El 4 de septiembre del año pasado, Necaxa jugaba al misterio, aunque ni tanto. Un posteo en la cuenta en Twitter del club mexicano, con un sugerente mensaje (Estado: esperando noticias) y dos íconos (una bomba y una bandera chilena), adelantaba la nueva incorporación de los Rayos. Días después se confirmaba el fichaje de Matías Fernández quien, tras salir del Milan, al que había sido cedido por la Fiorentina, ponía fin a su contradictorio paso por Europa. Su currículo generaba expectativa y llegaba como figura.
En el Viejo Continente duró 11 años. Una estadía que partió llena de ilusiones, con el calerano consagrado recientemente como el Mejor Jugador de América, por su gran aporte en la campaña de 2006 con Colo Colo, pero que terminó marcada por la decepción, al menos en lo referido a las entusiastas proyecciones iniciales. Aunque sus números puedan parecer aceptables, Fernández no llegó a ser la estrella que prometía. Y ocho meses después de su llegada a Aguascalientes, su futuro vuelve a ser incierto.
A México, Matigol iba precisamente para volver a ser Matigol. Un mediocampista de indiscutible talento, de presencia en el área rival y de contundencia en los balones detenidos, como había anunciado en su irrupción en Colo Colo. La cercanía cultural con el país azteca y la indiscutible menor exigencia que representa la liga mexicana respecto de las europeas en las que participó, auguraban una posibilidad de reencantamiento.
El vínculo con los Rayos termina, en rigor, en septiembre. Rige por un año. Sin embargo, puede terminar antes. Fernández no llegó a ser figura rutilante, pero está lejos de ser desechable. En el entorno del jugador explican la situación. "Necaxa jamás ha puesto en duda la continuidad de Matías Fernández, pero tampoco le pondrá piedras en la eventualidad de que llegue una oferta de otro club mexicano o de otro club en el mundo. Pero si no llega una oferta, se quedará ahí", aclaran. Y agregan que el futbolista, quien está de vacaciones, está cómodo en el país norteamericano y que su nombre genera interés en México y otros mercados, aunque aún no existen ofrecimientos concretos de por medio. También precisan que nadie de Chile se ha acercado a consultar por él.
En el club azteca prefieren la reserva, pero deslizan que la opción de que el volante siga en sus filas es remota, sin dar más antecedentes.
Por el torneo azteca, el calerano disputó 20 encuentros. En 14 de ellos apareció como titular. Totalizó 1.341 minutos en cancha y anotó apenas un gol: el 28 de enero, en la goleada del Necaxa 0-4 sobre el León. Recibió dos tarjetas amarillas y fue expulsado en una ocasión, el 18 de enero, frente a Pachuca. Por la Copa MX agregó cuatro presencias (246 minutos) y una conversión (el 15 de marzo, en la victoria por 1-2 sobre Pumas).
En cuanto a participación, Fernández se mantuvo dentro del promedio histórico de su trayectoria internacional. Muy por sobre la temporada en que menos jugó (626 minutos en 21 encuentros en el Villarreal del curso 2008-2009, su tercera campaña en Europa) y por debajo de la mejor que realizó (en el Sporting de Lisboa, con 1.435 minutos en 21 partidos, 16 apariciones como titular y cinco goles, entre 2010 y 2011). Eso sí, considerando la condición estelar en la que llegaba a un equipo de mitad de tabla de una competencia de nivel menor que las que integró previamente, las conclusiones son negativas ya que, partidos más, partidos menos, su nivel ha estado muy lejos del esperado. Y, hasta ahora, no hay certezas de que pueda contar con una nueva chance. El futuro de Matías, otra vez en el aire.