Informe del juez Juan Lara individualiza incidentes protagonizados por “simpatizantes de Colo Colo” en La Florida

El término del partido entre Audax Italiano y Colo Colo estuvo marcado por una situación extraña. Pese a que los albos se imponían con comodidad al conjunto local, en el estadio Bicentenario de La Florida se producían graves incidentes. Un grupo de fanáticos del Cacique comenzó a lanzar objetos al campo de juego. La mayoría, papeles de los que hasta ahí no se tenía certeza de su naturaleza.

La revisión posterior certificó que se trataba de documentación municipal y dejó al descubierto la otra parte del problema: que los barristas albos habían irrumpido en una bodega de una dependencia de la entidad edilicia y que habían sustraído desde ahí los elementos que lanzaron a la cancha y que quedaron a espaldas de Brayan Cortés, quien ocupaba ese sector en el complemento. La reacción municipal no tardó en producirse: junto con iniciar las respectivas acciones legales en contra de los responsables, el alcalde Rodolfo Carter anunció que no le volvería a facilitar el recinto a la entidad que preside Gonzalo Cilley, con la que venían restableciendo una relación armónica.

Al margen de la determinación que anunció el encargado de conducir a la comuna en que está enclavado el reducto, queda por conocer cómo actuarán las autoridades del fútbol. En ese contexto, un elemento clave que restaba por conocer era el informe del juez del encuentro, Juan Lara. El documento es crucial, pues constituye la base de las determinaciones que puede adoptar el Tribunal de Disciplina.

En el capítulo Incidencias, Lara detalla la bochornosa situación. “Desde el minuto 80 en adelante, simpatizantes de Colo Colo, ubicados en el sector Norte del estadio, lanzan papeles (documentos municipales) y elementos contundentes (butacas, una escalera, una pizarra) al terreno de juego”, consigna, textualmente, la referencia entregada por el referí a la Primera Sala del tribunal deportivo, que la revisará en la audiencia de esta noche.

Más allá del estigma que cargan los hinchas albos por las actuaciones de su facción más radical, este año el Cacique ya ha tenido que purgar por la indisciplina de sus seguidores. En febrero, durante la disputa de la Supercopa, frente a Huachipato, también en el sector en que se ubica la Garra Blanca, se produjeron incidentes de alta gravedad, que obligaron a la suspensión del encuentro.

El costo lo pagó el club albo: al margen de la suspensión de un encuentro en el que estaban en ventaja, la corte deportiva los sancionó con la clausura del sector norte del estadio Monumental en los primeros cinco encuentros en condición de local en el Campeonato Nacional, lo que implica un altísimo costo. La sentencia se tomó, más tarde, como jurisprudencia en otros casos de mal comportamiento.

En esta oportunidad, sin embargo, se estima que un eventual castigo tendría, cuando menos, algunos matices, dado que no se produjeron situaciones que en Ñuñoa, efectivamente, se registraron, como la invasión a las inmediaciones del campo de juego o la obligación de suspender el desarrollo del partido.