Desde que llegó en 2014, el chileno Alexis Sánchez se convirtió en una de las principales figuras del fútbol inglés.
Los elogios llovieron desde todos lados. Prensa, hinchas rivales, exjugadores, analistas, compañeros y técnicos se fueron rindiendo a las virtudes del delantero chileno, que pegado a la banda izquierda o en el centro del ataque, se convirtió en el líder indiscutido y referente del Arsenal.
No hubo duda que Sánchez se trataba de un jugador diferente, capaz de desbordar, crear y definir frente al arco rival con una facilidad asombrosa, además de mostrar sobre el campo un inagotable deseo de ganar.
Puede que haya sido el mejor momento de su carrera, con el añadido de los títulos que conquistó con Chile en la Copa América disputada en su tierra en 2015, con Sánchez en plan estelar, y la edición Centenario de 2016.
Pero ese idilio duró poco más de dos años y desde entonces la percepción sobre Sánchez ha ido cambiado radicalmente.
No se duda de su calidad sobre la cancha, sino de todo lo que rodea al chileno, inmerso desde la temporada pasada en una nube de incertidumbre sobre su futuro.
Saga que está cerca de resolverse, pero que en el camino ha terminado por saturar su imagen y agotar la paciencia de los aficionados ingleses.
¿Diablo rojo?
La negativa de Sánchez de extender su contrato con Arsenal puede que tenga fundamentos deportivos dado el irregular presente del conjunto cañonero.
Sánchez siempre ha transmitido la imagen de ser un futbolista ganador, llamado a pelear por los mayores premios del mundo del fútbol, pero desde la pasada temporada fue evidente que eso era algo que no podía hacer en el norte de Londres luego que Arsenal no pudiera clasificar a la Liga de Campeones de este año.
El interés del Manchester City por hacerse con sus servicios parecía la salida más lógica para satisfacer la ambición del delantero chileno, pero se pudo llegar a un acuerdo en el último día del mercado de transferencias en agosto y el futbolista de Tocopilla quedó en un limbo del que todavía no ha podido salir.
No sólo hubo dudas sobre su irregular rendimiento, acentuado por la decepción de la eliminación de Chile del Mundial de Rusia 2018, sino que se comenzó a cuestionar lo que en verdad quiere para su futuro.
En especial luego que Manchester City anunciara que no iba a pujar por el jugador en una guerra económica frente a Manchester United, que apareció hace una semana en la ecuación con una oferta mucho más apetecible que la de sus vecinos de ciudad.
Los aficionados de todo los clubes ingleses, a excepción de los diablos rojos, se abalanzaron en contra del jugador chileno, a quién calificaron de avaro por favorecer el dinero que recibirá en Old Trafford por sobre la oportunidad de ganar títulos con el City.
A fin de cuentas esa habría sido su primera motivación para no seguir con Arsenal.
Otro punto es la información que se maneja sobre sus demandas salariales, que según informó el reconocido periodista alemán Raphael Honigstein habría sido la razón por la que el Bayern Múnich retiró su interés por el jugador el pasado verano.
Y que sería el motivo que también habría incidido en el cambio de parecer del City.
Camaleón, oportunista, avaro
Neil Ashton, del tabloide británico The Sun, llegó a calificar a Sánchez como un oportunista y que el jugador "ha sacrificado todo para completar el traspaso. Su moral, principios, trofeos".
"Le dio la espalda a Pep Guardiola, y al tradicional pacto de caballeros que habían acordado en septiembre, para llegar al Manchester United", sentenció.
Sin embargo, hay quienes han salido en defensa de Sánchez, como el exfutbolista Gary Neville, uno de los principales analistas de la televisión británica.
El que fuera capitán del United considera que su exequipo le puede ofrecer las condiciones necesarias para que Sánchez brille como jugador, además que como profesional es entendible que sea atraído por un salario que ronda las US$600.000 semanales, cifra que lo convertiría en el mejor pagado del fútbol inglés.
Hay quienes dudan que Sánchez valga ese gasto, más lo que se terminaría pagando por su traspaso al Arsenal y la comisión a su agente -que elevaría el total a unos US$200 millones- teniendo en cuenta que se trata de un jugador de 29 años que esta temporada ha estado lejos de su mejor rendimiento.
Además que cualquier club podría hacerse con sus servicios sin tener que pagar por su fichaje al Arsenal una vez que finalice la actual temporada.
Es por eso que en Inglaterra están cansados con la interminable historia sobre el futuro de Alexis Sánchez, un jugador al que sólo un título con el United le servirá para recuperar el prestigio perdido.