Clasificó Inglaterra. Esa es la buena noticia para el seleccionado de Gareth Southgate, que cumplió con lo mínimo. Pero el resultado no logra esconder bajo la alfombra el pobre desempeño del combinado británico en la Euro 2024, a la que llegó como uno de los grandes candidatos. En Colonia, los ingleses igualaron sin goles con Eslovenia, lo que le bastó para pasar en el primer lugar de la zona C.
Tras superar por la cuenta mínima a Serbia, en un duelo donde fue de más a menos, igualó con Dinamarca, dejando más dudas que certezas. Por lo mismo, en el cierre de la fase grupal, el cuadro de los Tres Leones requería mejorar; poder mostrar algo según las expectativas cifradas hacia un plantel de alto calibre. El hecho de no convencer en sus partidos previos, para el equipo más valioso de la Eurocopa (avaluado sobre los 1.500 millones de euros según Transfermarkt), ha generado una serie de críticas hacia la figura de Southgate.
El DT, otrora zaguero central, hizo solo un cambio. No aplicó cirugía mayor. Hizo ingresar a Conor Gallagher en reemplazo de Trent Alexander-Arnold en el mediocampo. Para el técnico, el jugador del Liverpool es volante y no lateral, pero la apuesta no ha logrado cuajar. El desempeño de Gallagher tampoco pareció convencer, porque al entretiempo ingresó el joven del Manchester United, Kobbie Mainoo. El resto no lo tocó.
El primer periodo del encuentro entregó a una Inglaterra con la posesión de la pelota (registró el 69% de tenencia), aunque sin la velocidad necesaria para destrabar el engranaje defensivo esloveno. Era todo muy anunciado, lento y obvio. Al no romper, le permitía al rival afirmar su 4-4-2 para no dejar espacios ni recibir peligro real en el área de Jan Oblak. El meta del Atlético de Madrid es el capitán y figura de la nación que perteneció a Yugoslavia.
Los ingleses carecieron de construcción ofensiva, lo que perjudicaba directamente a Harry Kane, quien no participaba demasiado de las acciones. La acción más prolija sucedió en los 20 minutos, con el gol anulado a Bukayo Saka, por un fuera de juego de Phil Foden. Se trató de la mejor jugada en ataque en la primera parte del partido. Si bien la combinación de resultados le entregaba el primer lugar del grupo (evitando caer en el lado más difícil del cuadro), lo hacía con un enorme signo de interrogación en la frente.
Después del descanso, Inglaterra fue esbozando una reacción, al instalarse en campo contrario y exponer otra energía. El problema radicó en la falta de sintonía fina para terminar las jugadas. En ese sentido, la participación de Jude Bellingham no fue la más resonante. El valor del Real Madrid se notaba apagado, quizás cansado. No podía ser un factor diferenciador en favor de su selección.
A 20 minutos del final, llegó el turno de Cole Palmer, el gran crédito del Chelsea, quien no había sumado minutos en el torneo. En los descuentos, el hábil zurdo sacó un disparo bajo que le llegó a las manos de Oblak, en la única jugada colectiva del complemento.
Los movimientos realizados por Southgate no dieron el efecto deseado. La poderosa Inglaterra no logró encontrar la llave para abrir a la defensa de Eslovenia. No exigió en demasía al portero rival, salvo por la opción de Palmer antes mencionada. En tres partidos sacó cinco puntos de nueve posibles. Pese a este escuálido registro, le alcanzó para clasificar como primero de su grupo y así evitar el lado del cuadro donde están España, Alemania, Portugal y Francia.
Aguardan por su próximo rival, que será uno de los terceros (una alternativa es Países Bajos). El segundo fue Dinamarca, que empató con Serbia. Los daneses van a enfrentar a Alemania, el primero del grupo A. Eslovenia se asegura avanzar siendo tercero, lo que implicó la eliminación de Croacia, que esperaba un milagro.