Alberto Heller sigue siendo el mejor chileno en el Rally de Concepción, una actuación que lo tiene segundo dentro del parque de WRC2. A 300 metros de terminar la última especial hizo un trompo que le significó entregar la punta al japonés Takamoto Katsuta (Ford).
Pero el éxito del menor de los Heller es casi una excepción en una prueba más exigente que las locales, pues 16 de los 28 autos nacionales han debido abandonar, provisional o definitivamente.
Drama aparte fue el de Emilio Fernández, quien tras su accidente del viernes, cuando su Skoda del equipo Susaron terminó en un río en la segunda especial, no fue recogido por las grúas. "Quedé esperando todo el día. Me decían que llegaban en dos horas, en tres, al final, pasé toda la noche ahí, si me hubieran sacado a tiempo, hubiera podido reenganchar", dice Fernández, que asegura también que pondrá "un reclamo formal por esta discriminación".
Rally duro para los chilenos en general. Pedro Heller sufrió no solo una agresión en la presentación del jueves, sino que abandonó después de haber avanzado 10 de los 304,81 kilómetros cronometrados.
Alberto Heller comenta la diferencia entre las competencias: "El rally chileno es para velocistas, menos tramos y más cortos. Aquí son tantos tramos largos y distintos que al final es de velocidad con enduro, donde se trata de saber dónde atacar y llegar con el auto sano".
"Para graficarlo, en esta fecha corremos en un día lo que se corre en un rally completo en Chile. Tenemos especiales largas, donde hay que mantener la concentración. Hay más oportunidades para cometer un error", analiza Cristóbal Vidaurre (Skoda).
Para Chaleco López (Peugeot), que disputa su primer Mundial, "es súper pesado y complejo. Aprendí que hay que ir más lento para poder llegar. Los WRC rompen mucho el piso".
En las penalizaciones también hay dolor. Hasta ayer, de los nueve castigos, siete eran para chilenos, especialmente por llegar tarde a los parques de asistencia e incluso, uno, el de Tirso Gonzalo, por entrar antes.