Inter mantuvo el inicio perfecto, no sin pasar apreturas en el estadio Bentegodi de Verona. El cuadro Lombardi debió dar vuelta el marcador para vencer por 3-1, gracias al correcto ingreso de Arturo Vidal, quien inició la jugada del segundo gol. Sin embargo, el argentino Joaquín Correa, quien sólo llegó ayer al club neroazzurro se llevó los aplausos tras marcar los dos goles finales.

El equipo lombardo perdió la memoria por un rato y se olvidó de ser la aplanadora que fue en la primera fecha ante Genoa. La presión asfixiante del Hellas dio grandes problemas al campeón en el primer tiempo.

Por eso a nadie extrañó que el serbio Ivan Ilic abriera el marcador para el cuadro local cuando sólo se jugaba el primer cuarto de hora.

El técnico Simone Inzaghi no descifraba el puzle que le ponía el técnico rival Eusebio di Francesco. La pelota pasaba muy rápido desde la última línea interista hasta los dos delanteros, con un mediocampo inexistente.

La férrea marca de los jugadores locales desesperaba al monarca y el marcador no se movía más en la primera parte, en la que el visitante se marchaba con muchas dudas al vestuario.

Reacción temprana

Pero Inter tuvo la fortuna que careció en otras ocasiones. Cuando no se completaban siquiera los dos minutos del segundo tiempo, Lautaro Martínez encontró el gol con una jugada preparada desde un lateral.

Una conquista que liberó al equipo de Milán. Entonces las ocasiones de gol se sucedieron y el mismo delantero argentino tuvo la opción de dar vuelta las cifras, prácticamente con el mismo expediente.

Entonces Inzaghi movió las fichas. Diagnosticó la falta de juego en el medio y dispuso el ingreso de Arturo Vidal. La entrada del chileno le dio más equilibrio a la mitad de la cancha y volumen ofensivo. Incluso, el propio volante tuvo un par de ocasiones de aumentar las cifras, primero con un cabezazo y después con un débil remate.

Cuando el campeón ya pensaba en el empate, el segundo salió desde una jugada iniciada por el goleador de la Roja en las eliminatorias, a siete minutos del final. El de San Joaquín, quien ya anotó en el inició de la liga, esta vez habilitó desde propio campo a Matteo Darmian y el centro del lateral terminó en la cabeza del argentino Joaquín Correa (el refuerzo que pidió el DT desde Lazio), quien remató de manera precisa para el 2-1.

Cuando el duelo se iba, el mismo mediocampista argentino puso la tercera cifra con un ajustado derechazo, en los descuentos, para que el cuadro neroazzurro complete la campaña perfecta en dos fechas.

El volante chileno, quien ya fue confirmado por la dirigencia del club, busca espacio en el mediocampo de Inter y no se la pondrá fácil al entrenador.