En el fútbol boliviano, Destroyers se puso 1-3 en casa del Oriente Petrolero. Nestor Clausen, entrenador de los locales, no aguantó más. Se despidió de sus colaboradores y del cuerpo técnico visitante y se fue a los camarines. Es que el momento del club, uno de los más grandes del fútbol altiplánico, no es bueno: en ocho partidos han sumado nueve unidades (dos ganados, tres empatados y tres perdidos).
Lo cierto es que, sin querer, el argentino campeón del mundo en 1986 quizás demostró que el problema era él, pues justo en el momento en que se fue sus dirigidos empezaron a remontar y terminaron 4-4.
Según informa la prensa boliviana, la continuidad de Clausen en Santa Cruz de la Sierra aún es incierta.
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