Dentro de la cancha, Boca Juniors vencía por 1-0 a Gimnasia de La Plata, por los cuartos de final de la Copa Argentina, en el estadio Marcelo Bielsa, de Rosario. El gol Anselmino hacía suponer que sería una jornada normal para el equipo de Fernando Gago, quien decidió no contar con el chileno Gary Medel para este encuentro. Sin embargo, todo estuvo muy lejos de ser tranquilo.

Durante el entretiempo del duelo, hinchas Xeneizes comenzaron a lanzar algunas butacas, rompieron una de las rejas del recinto y superaron uno de los cordones de seguridad, todo para poder pelear con los barristas del Lobo. En ese avance, encontraron la resistencia de la policía argentina, quienes tiraron algunas balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar.

Los futbolistas se percataron de este grave conflicto, que estaba cercano al lugar en donde se encontraban sus familias, e intentaron intervenir desde abajo, en el campo de juego, entre los que estaban Marcos Rojo y el peruano Luis Advíncula.

La acción de Riquelme

En ese momento de máxima tensión, apareció el mismísimo Juan Román Riquelme, presidente de Boca Juniors, metido entre la multitud. El ídolo del club, se movilizó rápidamente del palco a la platea, pasó por entre los gases lacrimógenos y se puso por delante de los barristas, para evitar un enfrentamiento con las fuerzas de orden. En todo momento estuvo acompañado por Raúl Cascini y Marcelo Delgado, integrantes del Consejo de Fútbol.

Tras eso, el conflicto se enfrió y los barristas retrocedieron. La imagen de Román levantando las manos a la policía para que se detuvieran e intentando alejar a su barra de ese lugar será una de las más recordadas de este año en el fútbol sudamericano.