A doce fechas del final, Inter mantuvo su ventaja de seis puntos en el liderato. Pero la mejor noticia fue a quién venció en el Meazza. Atalanta, uno de los equipos más enconados de la Serie A, le dio dura pelea al equipo Vía Durini, que salió ileso tras vencer por la cuenta mínima.
Antonio Conte se acostumbró a las sorpresas. Si bien todos los medios importantes de Italia daban a Alexis Sánchez como titular ante Atalanta, el propio entrenador dijo que no. Quien sí asomó desde el inicio fue Arturo Vidal, pero sólo un tiempo, con más bajos que altos.
Pero los punteros pasaron zozobras en el inicio del partido. El juego vertical, a un toque, con un mediocampo incansable, puso en aprietos al elenco lombardo en el inicio. En el medio, el chileno Vidal no lograba tomar el control del duelo, un diagnóstico muy parecido al que hizo el DT.
Y aunque el meta bergamasco Marco Sportiello sacó con la cabeza un mal despeje de su defensa, la situación más clara del primer tiempo se produjo a seis minutos del entretiempo. Todo gracias a un remate por arriba del colombiano Duvan Zapata, que el meta interista Samir Handanovic sacó con extraordinarios reflejos.
En el complementario, Conte dejó a Vidal en el banco a partir del minuto 52 y nuevamente dispuso el ingreso del danés Christian Eriksen, su reemplazante natural. Coincidencia o no, los lombardos lograron romper la paridad. Pero no fueron ni Romelu Lukaku, ni Lautaro Martínez. Esta vez el defensor central eslovaco Milan Skriniar quien rompió el cero, después de una pelota parada.
En los minutos finales, Atalanta se fue con todo, mientras Inter trataba de poner una pausa para evitar el vértigo del cuadro de Bérgamo. Así se explica el ingreso de Alexis Sánchez, quien entró a los 77 minutos por Martínez.
Y aunque Atalanta obligó a un par de buenas tapadas de Handanovic, el 1-0 nunca se movió. Inter ganó y mantuvo la distancia de seis puntos sobre Milan, suficiente para soñar con un título después de 11 años.