Tal vez Thomas Briceño (25) ni siquiera sabía que en la historia de los Juegos Panamericanos Chile sumaba dos preseas de bronce en el judo, conseguidas más de una década antes de que naciera. Ayer, el santiaguino borró ese pobre palmarés con un triunfo, una medalla de oro en el día de cierre de Lima 2019.
En cuartos de final, Briceño se impuso al colombiano Carlos Garzón, por ippon, la mayor puntuación del judo. En las semifinales, el rival era el cubano Liester Cardona, a quien venció por Waza-Ari, es decir, someter al oponente por algunos segundos.
La final fue diferente. El estadounidense L. A. Smith III le dio un trabajo distinto al chileno, medalla de bronce en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba 2018. De hecho, el norteamericano se encaminaba a la victoria con un Waza-Ari, pero Briceño reaccionó y cerró un ippon el primer triunfo nacional en este deporte.
El movimiento final del chileno fue brillante. Tomándolo con un O-soto-gari (técnica de pie para zancadillearlo) y finalizando con un Ura nage (agarrándolo del brazo y volteándolo contra el piso) para dejar a su oponente con la espalda sobre el tatami. La celebración de Briceño no esperó.
Es que Briceño tenía una espina adentro, como él mismo señaló ayer. Los de Lima eran sus primeros Panamericanos, pues a Toronto 2015 no pudo acceder por una lesión.
"En Toronto no pude estar y eso me dejó una espina, pero con esto me la saco totalmente. Me enfoqué, quise el oro todo este tiempo y pese a todo no había una excusa de por medio para poder ganarlo, lo quería, lo luché y aquí estamos".
Al menos Briceño se dio el gusto de estar en Río 2016. En los Juegos Olímpicos, en menos de 90 kilos esa vez, pudo ganar un combate y caer en el segundo. Esa experiencia le abrió el apetito para lo que pueda hacer en Tokio 2020, cita a la que por ahora estaría clasificando por cuotas continentales, aunque él apunta más alto.
Briceño lleva casi 20 años en este deporte, eligiéndolo como principio de vida en varias oportunidades. "Este es un pequeño paso para las cosas que se vienen, después viene Tokio. En estos momentos iría por cupo, pero mi idea es clasificar directo y estoy luchando por ello: vienen varios Grand Prix, varios Grand Slams y el Panamericano de 2020".
Emocionado como nunca antes, el estudiante de mecánica decidió dar un mesaje en su despedida de Lima, con un oro colgado al cuello: "Estoy orgulloso de haber aportado este oro al judo chileno y al Team Chile también. Estoy muy feliz de poder lograrlo y poder decir que si uno se lo propone, tu familia te apoya y está detrás todo, se puede lograr. Eso es para los más pequeños que vienen detrás".