Irán inició el grupo B de la Copa del Mundo con victoria sobre Marruecos. Los dirigidos de Carlos Queiroz sorprendieron al cuadro africano y terminaron sumando tres puntos impensados por la forma en que se dio el compromiso.
Las acciones se iniciaron a ritmo trepidante. Marruecos presionaba sobre la zona media e intentaba generar desdoblamientos a alta velocidad, sobre todo por la banda. Irán, con mucha voluntad, se replegaba, buscaba recuperar la pelota en la medianía de su zona e intentó de contragolpe acercarse al arco rival. Y así, entre fricción e imprecisiones, el partido se presentó parejo.
Las mejores ocasiones corrieron por cuenta del cuadro marroquí, que tuvo en Hakim Ziyech a su principal generador de juego. Sobre la media hora de partido, eso sí, el polifuncional volante del Ajax holandés se vio acorralado por una doble marca, que le impidió maniobrar con comodidad y perdió preponderancia en el juego.
Sin el control de las acciones, los embates ofensivos del equipo africano se limitaron a la pasada constante de Amrabat por el sector derecho y los incontables centros que lanzó sobre el área iraní. No lograron capitalizar ninguno y, por si fuera poco, en el segundo tiempo perdieron la claridad y el trámite del partido se volvió abúlico y predecible.
El representativo de Irán, en tanto, no varió su propuesta en el complemento y siguió apostando por el contragolpe para intentar dañar a su adversario. Y cuando no lo logró, apeló al juego brusco, cortando constantemente el partido y quitándole fluidez a las acciones.
La lesión de Amrabat, en tanto, que salió luego de un cabezazo que lo dejó a maltraer, le restó aún más protagonismo a Marruecos, que en los minutos finales sufrió más de la cuenta. Entre el ímpetu para ir a buscar el partido y los espacios que dejó en el fondo, terminó propiciando el adelantamiento iraní, que terminó ganando el partido en el quinto minuto de descuento, merced al autogol de Aziz Bouhaddouz.
Irán suma, así, su segunda victoria en una Copa del Mundo. Histórico. Y Marruecos cortó una racha de 18 partidos invictos, que lo elevaban como candidato a figura en el grupo B, que comparten con Portugal y España.
La competencia en la zona se reanudará el miércoles, cuando los marroquíes se midan ante los portugueses y los iraníes ante los españoles.