Isidora Niemeyer (21) sigue emocionada. Han pasado días desde que conquistó la medalla de oro en doble scull de peso ligero, pero los recuerdos continúan vívidos en su mente. Junto a Antonia Liewald fueron la primera presea dorada de las tres que logró el Team Chile en el remo.
Tras cruzar la meta, ambas entonaron el himno nacional en la Laguna Grande de San Pedro de La Paz, culminando un camino que inició hace cuatro años, en Lima. En los Juegos Panamericanos llevados a cabo en la capital de Perú, Niemeyer ya se había colgado el oro en los sculls cuádruples. Le faltaba en el doble, donde junto a Yoselyn Cárcamo se habían llevado la plata. Ahora, en compañía de Liewald, son las mejores de la competencia.
¿Por qué Chile marca la diferencia en el remo?
Somos un equipo. Eso es importante. Nuestro entrenador, Bienvenido Front, nos tiene super ordenados. Somos disciplinados. Nunca hemos faltado a un entrenamiento. Si faltas te bajan del bote. Es así. Si llegas tarde, te echan. Tenemos una disciplina dura, pero eso es lo que nos ha llevado lejos. Los entrenamientos y la competencia positiva entre nosotros, ese sistema que trajo Bienvenido desde Europa es algo que no teníamos y acá ha funcionado super bien.
¿Recuerda el momento en que consiguieron el oro?
Llegamos a la meta y estaba tan feliz de haber logrado el objetivo que teníamos y además de haber hecho una regata excelente, de principio a fin sin errores, todo lo que habíamos entrenado salió perfecto.
Fueron el primer oro en la disciplina...
Después de la llegada empezamos a remar más tranquilas y me doy cuenta que somos el primer oro del remo en estos juegos, lo cual me hizo sentir aún más emoción. Cuando nos acercamos a la gente y estaban todos gritando nuestros nombres, no aguanté más. Con mi compañera llorábamos de emoción al sentir todo el cariño de la gente y de nuestras familias. Fue un momento inolvidable y hermoso.
¿Cómo fue en diálogo previo a la competencia?
El día anterior mi compañera me dice no sé que haría o como me sentiría si no ganamos. De verdad, es lo único que teníamos en mente. No era ni necesario hablarlo porque lo sentíamos. Sabíamos que las dos estábamos conectadas con ganar como sea. Había que dar todo o más.
¿Qué viene tras el oro en Santiago 2023?
En marzo tenemos la clasificación olímpica continental. Después de unas semanas de vacaciones necesarias pondremos todas las energías en eso.
Ha sido un trabajo de años para lograr sus objetivos...
Cuando chica siempre me gustó el deporte. Fue algo innato. Mis papás nunca fueron deportistas ni me metieron a hacer esto. Sola se me empezó a dar. Me gustó desde siempre. Hacía todos los deportes que podía. Por ejemplo, a los 11 practicaba tenis. Un día llegó un señor y le propuso a mi mamá que yo ingresara a remo, porque tenía las condiciones físicas. Ella me preguntó y le dije que sí, porque mientras más deportes practicara, mejor. Al final me quedé con eso.
¿Cómo se toma el ser bicampeona panamericana a los 21 años?
Cuando entré a remar, incluso cuando llevaba años, seguía siendo una niña. Era un juego para mi. No sabía lo que significaba estar en la selección. Más adelante, cuando empecé a dar los controles, caí en cuenta de lo que realizaba. Pero era lo que se me daba en el día a día. No pensaba en el futuro, en lo que pasaría años después. Mi primer objetivo era entrar en la selección y de ahí fui subiendo de a poco.
¿Qué se debe hacer para masificar la disciplina?
Lo que falta para masificarlo es una laguna en Santiago. Eso sería genial, porque es donde vive más gente. Por ahora los que practicamos somos de región. También se dice que en este deporte necesitas dinero para surgir, pero ese es un mito, un mito super grande. No es algo caro. Sale 15 mil pesos por mes y los niños van todos los días, de lunes a domingo, por ese valor. Considero que es algo accesible. Los botes se ganan en proyectos. Hay que desterrar el pensamiento de que es inalcanzable practicar remo. Si a eso le sumamos una laguna en Santiago, mucha más gente saldría. Con gente de provincias es una disciplina exitosa y masificándose en la capital sería una locura.
¿Competir de local marca la diferencia?
Fue algo mágico, en verdad. Antes que empezara igual me lo imaginaba, pero vivirlo superó cualquier cosa que pensara. El cariño de la gente fue impresionante. Hasta en la calle se escucha que gritan “vamos Chile”, o “vamos chicas, con todo”. Es algo increíble, después de competir también la gente nos aplaudía en la calle. Han sido momentos inolvidables y agradezco a la vida haber podido vivir esto.