Los Mundiales de Atletismo arrancan el próximo viernes y solo dos chilenos verán acción en la cita. A diferencia de los ocho representantes que hubo en Londres 2017, solo Gabriel Kehr (23) y Humberto Mansilla (23) dirán presente en Doha. Ambos buscarán una final inédita en el lanzamiento del martillo, para continuar avanzando en su principal meta: la clasificación a Tokio 2020.
El lanzamiento de martillo chileno parece vivir en una isla aparte. Enclavados en el Centro de Entrenamientos de Ñielol, a cargo del entrenador Mario Saldías, los martillistas sobresalen en un momento en que el atletismo nacional trata de huir del páramo en el que se ha convertido.
La brillante participación de los temuquenses en los Panamericanos de Lima, oro y plata, sumada a la reciente plusmarca nacional de Mariana García (20), que la fijó en 66,87 metros, tienen como estandarte al martillo.
"El grupo de Temuco está dedicado, son chicos que viven para el atletismo. Y no son la primera generación de Mario; ya ha tenido a otras dos. Pero con estos consiguió llegar al alto rendimiento". Quien habla es Marco Antonio Verni, gerente técnico de la Fedachi y ex lanzador de bala de Chile.
Verni fue quien devolvió a los lanzadores chilenos a los Mundiales de atletismo después de una profunda sequía en el área. Fue en Edmonton 2001. Allí, el ex balista de la UC no consiguió avanzar a la final, pero demostró que los lanzamientos son la fuerza patria: es en esa área donde Chile ha conseguido los mejores resultados (ver infografía más abajo).
Y no es algo antojadizo. La llegada del técnico ruso Stanislav Vozniak, en 1993, sirvió para mejorar por todo el país. Muchos entrenadores, como Saldías o el propio Eduardo Sotomayor (formador de Claudio Romero) aprendieron de él. "Stanislav, mi ex entrenador, fue quien revolucionó los lanzamientos en Chile. Su conocimiento contribuyó mucho a lo que ahora se está consiguiendo", dice Verni.
Los lanzamientos gozan en Chile de un impulso adicional. Este área fue la que se vio beneficiada con el programa Promesas Chile. Los réditos con los martillistas se están dando ahora. Es el único área del atletismo chileno que contaba con este apoyo. Ahora también lo tienen los saltadores de altura. En todos los casos, los resultados están a la vista. "El conocimiento está más democratizado en los lanzamientos. Es el área donde hay más fluidez técnica, donde hay mejor comunicación y menos competencia entre entrenadores", explica el récordman nacional en la impulsión de la bala.
En los otros campos está el problema. En velocidad, el medio fondo y fondo, Chile no consigue salir del estancamiento. Pese a que mejoró en su 4x400 femeninos, para estos Mundiales no consiguió clasificar a nadie. Y aunque Isidora Jiménez y Carlos Díaz se encuentran recuperándose de lesiones, los principales nombres no consiguieron ni estar cerca de las marcas mínimas para clasificar.
"Que no vaya Isidora Jiménez no es un fracaso, pues no ha tenido un buen año y aún así nos rindió en el relevo en Japón con un tremendo récord nacional", explica Ximena Restrepo, bronce en Barcelona 92 y candidata a la vicepresidencia de la IAAF. "Van solo dos, pero son tremendos representantes. Están a un nivel competitivo y aspiran a quedar entre los 16 mejores y se ganaron su puesto en una prueba muy competitiva y difícil de clasificar. Demuestra la realidad por la que pasa Chile", cierra.
Reglas cambiadas
La baja participación de Chile no se explica solo por las lesiones. En 2017, la IAAF anunció un cambio en la ya histórica clasificación a sus Mundiales. La nueva forma establecía un ranking similar al del circuito ATP en el tenis, en que los atletas sumarían puntos por participar en competencias de menor o mayor nivel. Así clasificarían a los eventos importantes, como Juegos Olímpicos o Mundiales.
Ante las quejas de potencias como Jamaica o Estados Unidos, porque ya no podrán realizar clasificatorios internos, y sobre el repentino anuncio, la misma IAAF decidió postergar la implementación, empleando un sistema mixto para Doha y Tokio.
Para clasificar a estos Mundiales, existieron tres maneras. La principal fue cumplir con la marca mínima que establece el ente rector del atletismo mundial, que progresivamente aumenta la dificultad con los años. Para cada prueba, la misma organización tiene destinados cupos. Además de los estándares mínimos, completan los puestos los atletas con un estilo de wild card. ¿Quiénes? Los campeones de área, tal como sudamericano, africano, europeo, entre otros, los campeones mundiales vigentes y los ganadores de la Liga de Diamante que finalizó hace dos semanas. Kehr, por ejemplo, además de hacer la marca mínima, entró de esta forma.
Y existió la posibilidad de clasificar por aproximación de marca o ranking. Los mejores ubicados en el mundo que no tengan el registro mínimo, podrán participar del certamen. Pero nunca son más de diez atletas que entran por este formato, salvo excepciones como el 200m damas en esta edición. Chile no logró colar a ningún deportista por este camino.
¿Qué pasa con los países que tienen muchos atletas que podrían participar? Cada nación tiene un cupo para tres atletas por prueba, sin considerar los que dirán presente a través de las invitaciones o wild cards.
Se espera que para Tokio 2020 siga la implementación del nuevo formato, por lo que se aumentó la dificultad de las marcas de clasificación. La IAAF estima que un tercio de los participantes lo hará por haber cumplido los estándares y los restantes lo harán por el nuevo formato de ranking.
Según el atleta Alfredo Sepúlveda, esto no perjudica o no afecta a los atletas chilenos, pues el ranking considera las cinco mejores participaciones de la temporada. Si uno rinde de acuerdo a la instancia seleccionada, no cambiaría tanto la manera de clasificar actual. Chile no tiene excusa. Doha habla mal de su atletismo. Solo dos atletas estarán presentes. Kehr y Mansilla. Los de la isla del martillo.