Iván Zamorano llora a Cantatore: “Cambió mi forma de jugar, de proyectarme... era como un padre”
Bam Bam se emociona al hablarle a La Tercera respecto de la partida del histórico entrenador, quien lo llevó al fútbol español, para defender al Sevilla. La relación se mantuvo en el tiempo y abarcó a las familias.
Iván Zamorano se advierte afectado por la muerte de Vicente Cantatore. Por momentos, la voz del histórico capitán de la Roja se quiebra. Quien ha partido fue una figura clave en el desarrollo de su carrera. El entrenador nacido en Argentina y nacionalizado chileno fue quien le abrió las puertas del fútbol español, cuando en 1990 lo llevó al Sevilla. Lo que vino después es conocido. Bam Bam dice que la deuda es eterna.
“Qué quieres que diga. Imagina lo que significa para mí Vicente Cantatore. Fue una de las personas más influyentes en mi carrera. Fue él quien me lleva al Sevilla para comenzar mi carrera en España, lo que me permitió después llegar al Real Madrid. Fue una persona que, sin lugar a dudas, cambió mi forma de jugar, de proyectarme, de seguir evolucionando en el fútbol. Era una persona muy cercana, valoraba mucho la parte humana. Más que un entrenador, era como un padre”, explica a La Tercera.
Bam Bam dice que el paso de los años no varió la relación. Por el contrario, el lazo se fortaleció. “No perdí nunca el contacto. Hace seis o siete años, que fue la última vez que lo vi, ya estaba un poquito deteriorado físicamente, pero tengo los mejores recuerdos. Estoy muy agradecido de él. De lo que significó en mi vida, de lo que significó en mi carrera. Y estaré eternamente agradecido”, añade.
Zamorano se emociona al recordar a uno de sus mentores. “Era un tipo extraordinario”, dice, con la voz ya más débil. “Tengo la imagen del cigarrillo siempre en la boca, dando las charlas. Era muy bueno para el dominó, extraordinario. Y conmigo siempre fue una persona que tenía el tiempo para un consejo, para una conversación, para un asado. Fue una persona extraordinaria. Con la señora Nelly (la esposa de Cantatore), con Marcelo, su hijo, generalmente compartíamos mucho. Con don Lucho Saavedra, su preparador físico, su señora, sus hijos, también. Teníamos un grupo extraordinario en el Sevilla y eso, por supuesto, me permitió generar una motivación extra poder llegar al mejor club del mundo, el Real Madrid”.
El remate de la reflexión es contundente. “Estaré eternamente agradecido de don Vicente Cantatore”, sentencia el emblemático artillero.
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