Jadue: los 1.664 días de vacaciones de El Presidente

Jadue en Miami

La serie recién estrenada sobre Sergio Jadue revive el interés por el escándalo donde cayó el calerano. Este es el relato de su vida en Miami, en donde disfruta comodidades mientras es utilizado por la fiscalía estadounidense como un informante confeso de corrupción.



Ese 27 de mayo de 2015, en la víspera del 65° Congreso Internacional de la FIFA, Sergio Jadue decía en una entrevista a La Tercera que ni siquiera tenía que “estar preocupado” por la redada policial que terminó con siete dirigentes detenidos en el lujoso hotel Baur au Lac de Zúrich. Con soltura, repetía que su nombre no salía en ninguna hoja de los extensos informes del FBI, que desde 2011 llevaba secretamente una investigación para desbaratar la red de corrupción del fútbol. No titubeaba, se le escuchaba muy tranquilo. Como el mejor adivino cuando vende sus predicciones. O como alguien que maneja e intercambia mucha información.

Ese mismo día, Mauricio Etcheverry, su mano derecha en Chile, llamaba con preocupación al amigo. Tenía miedo de que él estuviera metido en el escándalo y de su reacción. La respuesta que recibió fue la misma. Firmeza y un llamado a la calma. El mensaje también llegó a la casa de María Inés Facuse, donde la esposa del presidente del fútbol chileno, hoy su gran enemiga, y sus dos hijos también sentían miedo. Así lo relató la propia mujer en marzo de 2019: “Me llama un dirigente y me dice que teme lo peor, que está encerrado en una pieza y no sabe bien qué es lo que está haciendo, que no quiere abrir, tiene el celular apagado. Y me dice ‘yo no sé si es posible que tú lo llames, porque es capaz de suicidarse’”.

España vs Chile
Joseph Blatter, presidente de la FIFA y Sergio Jadue (arriba), en el partido entre España y Chile, en el Mundial de Brasil.

No hubo ninguna tragedia de ese tipo y el congreso igual se realizó. Joseph Blatter fue reelecto presidente de la FIFA, pero 48 horas después renunció. Jadue, de vuelta en Santiago, ya instalado en su oficina de Quilín, moviendo a toda el área de finanzas para que mostraran depósitos por US$ 1,5 millones que fueron entregados desde la Conmebol a la ANFP. Según él, y es lo que transmitió a todos los medios de comunicación, esos recibos eran la prueba de su blancura.

Defensa y fuga

El informe estadounidense decía que solo uno de los 10 presidentes de federación de Sudamérica estaba limpio. El también llamado “Doctor” sostenía que él era esa persona. Polémicas, dudas sobre su gestión, presidentes de clubes que lo defendían a muerte, una auditoría interna dirigida por Jaime Estévez (entonces dirigente de Universidad Católica) que decretó su administración prístina de la asociación y, lo más importante, la Copa América 2015 en Chile. En medio de todo eso, al menos una vez al mes, según relatan varias personas que estuvieron cerca de él en esos días, Jadue se escapaba a la embajada de Estados Unidos. Un vehículo negro lo retiraba y después lo dejaba en el mismo lugar donde lo tomaba. El calerano estaba preparando su escapada.

La auditoría forense que realizó Deloitte durante el período de Arturo Salah concluyó que empezó a trabajar su adiós de Chile desde que estalló el FIFA Gate, instruyendo al secretario ejecutivo de la ANFP de ese entonces, Óscar Fuentes, para que organice una red de protección a costo de la asociación. José Pablo Forteza, del estudio jurídico Insunza Abogados, fue el otro jurista que se encargó de coordinar con los asesores del chileno en Estados Unidos. En total, cerca $ 280 millones para defender a Jadue, de acuerdo a la investigación de Deloitte. Sin sumar 35 pasajes a nombre de los profesionales para trasladarse a Norteamérica entre mayo y noviembre de 2015. Todo a cuenta del fútbol chileno y con cláusulas muy precisas en los contratos. La asesoría “no depende de su condición de presidente de la ANFP y tendrá continuidad independientemente si el Sr. Jadue pierde el cargo”, fue uno de los ejemplos que apareció en la auditoría.

“Mi vida en ese momento se vino abajo”, contó María Inés Facuse, identificada en El Presidente, la serie que acaba de estrenar Amazon, como la Primera Dama del balompié criollo. Según versiones obtenidas por este medio, ella se enteró del delito completo de su marido en julio del año en que la Selección ganó su primera Copa América. En el living de su casa, enfrentada por el propio Jadue y sus asesores. Él lloraba, ella le gritaba “¡qué hiciste!”, relatan conocedores de la historia.

Sergio Jadue se dirige al mall con su señora.
Sergio Jadue y María Inés Facuse, en 2013.

Tres semanas antes del 17 noviembre, día de la fuga a Miami, el calerano le avisó a su familia del viaje sin fecha de retorno. La misma noche en que la Roja de Jorge Sampaoli era vapuleada 3-0 por Uruguay en Montevideo, el último partido del casildense dirigiendo a la Selección, el presidente, su esposa y sus dos hijos (Nicolás y Sabja), aparecían por el aeropuerto de Santiago en una imagen que quedará para el recuerdo. Un demacrado Jadue que pesaba menos de 65 kilos, con una sonrisa entre incómoda e irónica, esbozando como única frase que se iban “de vacaciones” por “unos meses”. Hasta hoy, 54 para 55 meses, 1.664 días de vacaciones.

En Miami esperaban los agentes del FBI, horas de interrogatorios y un desfile por la hotelería de la ciudad. No había tiempo de desempacar las maletas y ya era hora de un nuevo traslado. Nunca se registraron con sus nombres verdaderos, era parte del operativo y el trato con un delator compensado. Jadue moviéndose de Miami a Nueva York una vez al mes, todavía lo hace, para entregar más antecedentes a los fiscales, quienes se han ido turnando para llevar el caso. Hoy están a cargo Samuel Nitze, Kristin Mace y Keith Edelman. Y la jueza es Pamela Chen, quien ya recibió la confesión de culpa del chileno.

Tras varios meses de un estilo de vida nómade, la familia finalmente fue ubicada en Sunny Isles, un barrio residencial y tranquilo en la ciudad del estado de Florida. Años después vino otro cambio, a Aventura, un sector mucho más acomodado y donde actualmente reside el corrupto confeso. Autos de lujo, un yate (a nombre de su señora y que ya fue vendido por ella) y otras comodidades son las que ha disfrutado. “Playa, piscina, libre, sin trabajo, short, chalas, sol, arena= Vacaciones. Y el resto que se vaya a la CTM (sic)”, fue el estado de WhatsApp que se le vio en marzo de 2016.

No ha podido tener un trabajo estable, dicen quienes mantienen contacto con él, primero porque no lo necesita tanto y, segundo, porque cuando lo ha intentado la postulación siempre se cae por sus manchados antecedentes. Frente a un magistrado, sin embargo, afirmó que es el FBI el que no se lo permite.

Dinero y juicios

¿Cómo se mantiene Jadue? “En conexión con mi caso en Nueva York, recibo asistencia para pagar mi casa y dinero para mi vida”, reconoció el mismo calerano en un Juzgado de Familia, donde hoy está enfrentado con María Inés Facuse. Según los antecedentes del caso, las autoridades norteamericanas le asignan cerca de US$ 2.500 para gastos. No son sus únicos ingresos, ya que en Chile dejó propiedades y otros negocios que le reportan ganancias.

“Su mamá (Gloria Jadue Jadue, de 65 años) viaja regularmente y le lleva dinero. Se queda allá por un buen tiempo, un mes, 40 días”, comenta Juan Pablo Sánchez, abogado de Facuse en Chile, quien lleva una querella por apropiación indebida contra la madre del exdirectivo, cuya audiencia de formalización está fechada para el 23 de julio de este año.

No es el único familiar que ha viajado a visitarlo. En 2017, por ejemplo, durante los días de mayor peligro del paso del Huracán Irma por Miami, los hermanos José Miguel y Marcelo Jadue Baglietto estuvieron con el extimonel de la ANFP en una casa que arrendaron en Orlando. La emergencia climática visó el permiso para el traslado temporal. Sergio también ha recibido a sus pocos amigos de Chile durante este período de colaboración con la justicia.

En la formalización de Gloria Jadue, apunta Sánchez, se espera que se definan medidas cautelares para ella. Entre estas, una orden de arraigo que le impida salir del país. “También lo dice la fiscalía, aquí hay un potencial peligro de que por sus constantes viajes a Estados Unidos para ver a su hijo, se quede allá para evitar el juicio”, destaca el abogado. Facuse acusa a Gloria de no pagar la mitad de $ 215 millones, que es dinero obtenido por la venta de un departamento en Concón que estaba a nombre de la sociedad San Nicolás, que Sergio, antes de fugarse del país, dejó a nombre de su madre y su esposa, en partes iguales.

Justamente la noche en que los Jadue-Facuse partieron de Chile comenzó a fracturarse la pareja que regía en Quilín. Hoy, Sergio y Nené están separados de hecho, enfrentados en un juzgado de familia de Florida por causas de pensión de alimentos, tuición y visita de menores y violencia intrafamiliar (denuncia de él contra ella). En una de sus declaraciones legales, Facuse aseguró que en esa huida, el primer vicepresidente de la Conmebol llevaba una mochila con $ 350 millones. “Antes de salir de Chile, él me pidió que hiciera un retiro de plata de Corpbanca, de Las Condes, de 500 mil dólares, y se lo entregué al señor Jadue”, expuso. “El brazo del FBI es largo. Él se llevó millones de pesos cambiados en dólares, sin ningún problema. Nadie puede portar más de 10 mil dólares en un viaje así, pero él no tuvo problemas para sacarlos de Chile ni para meterlos en Estados Unidos”, complementa su asesor.

El exdirigente es quien vive con los dos hijos del matrimonio. Nicolás, eso sí, solo es hijo de María Inés, quien hace más de un año que no los ve. Ella actualmente trabaja en una amasandería, haciendo pan y atendiendo tras un mostrador. Acusa que no recibe un peso de su marido (todavía no firman el divorcio), pese a que el tribunal decretó que él debía pagarle 1.500 dólares de pensión. Jadue se ha excusado, explicando que no tiene un trabajo estable y acusando a Nené de infidelidad y violencia contra la hija menor. “Las pericias y las conclusiones de órganos especialistas, mandatados por el tribunal, han desmentido esa denuncia tajantemente”, recalca el abogado Sánchez.

La serie

Por estos días, la historia de Sergio Jadue ha vuelto a ganar interés. Porque a fines de abril se cumplió el noveno aplazamiento de su condena en EE.UU., que ahora quedó para noviembre, y, especialmente, por el estreno de la serie El Presidente, curiosamente el mismo día del cumpleaños de Sabja, la hija menor. El calerano sabe que levanta polvo en Chile. Siempre ha estado pendiente de todo eso, desde que se subió al avión en Pudahuel. Desde las 7 de la mañana revisa todos los medios criollos y las Redes Sociales. Se busca. Lo disfruta. Y en una primera etapa, además, buscó revelar información de sus antiguos colaboradores en la ANFP, que según él lo traicionaron.

Uno de esos personajes fue Cristián Varela, vicepresidente de la asociación en los días del escándalo. Contactado por La Tercera, entregó una respuesta: “Honestamente, fue una etapa negra que quiero dejar atrás. Me hizo mucho daño a mí y a mi familia. Desde luego el único responsable de lo que me pasó soy yo. Jamás debí haberme metido en ese mundo, más allá de la pasión que tengo por el fútbol”.

Jadue seguramente ya vio la serie y se comparó con la elogiada actuación del colombiano Andrés Parra, quien lo personifica. Si bien hay pasajes que se ajustan en algo a la realidad, la mayor parte es ficción. Lo dice Ken Bensinger, periodista estadounidense que sigue el FIFA Gate hace nueve años. “La narrativa dista mucho de la realidad. Está tan lejos de la verdad que hace daño”, sentencia, para luego agregar un dato nuevo sobre el futuro del calerano: “Su situación se seguirá aplazando, porque ahora la Fiscalía lo seguirá utilizando. Hay tres nuevos procesos, contra Hernán López, Carlos Martínez (dos exejecutivos de Fox Sports) y el empresario español Gerard Romy (Imagina), donde Jadue deberá entregar información”.

A la espera de una condena que se ve lejana -ni hablar de un retorno al país-, Jadue pasa sus días en Miami entre comodidades y juicios. La Tercera también solicitó para este reportaje respuestas de José Miguel Jadue (el primo), Mauricio Etcheverry (la mano derecha), Nibaldo Jaque (el secretario general) y Jaime Estévez (el encargado de la primera auditoría). Ninguno respondió. Como casi todos durante estos cinco años, prefirieron no hablar.

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