Jaime Valdés repasa su feliz y eterna historia en el Superclásico: “La U entraba bien, pero eran muy frágiles; les metíamos un gol y sufrían mucho”

Jaime Valdés
Jaime Valdés, durante el homenaje que se le realizó antes del partido entre Colo Colo y Huachipato. FOTO: AGENCIAUNO

Pajarito alista su despedida del fútbol, en un homenaje que incluirá a grandes figuras. De reojo, mira el Superclásico, un partido que nunca perdió y del que recuerda sus participaciones más emblemáticas.



Jaime Valdés tiene, por estas horas, varios motivos para estar algo ansioso. Pajarito se prepara para su despedida del fútbol, un evento que se desarrollará el domingo 24 en el estadio Monumental, el recinto en el que tardó poco en transformarse en ídolo con la camiseta de Colo Colo y en el que hoy se jugará su partido favorito: el Superclásico frente a la U. “Espero que sea una tarde llena de emociones. Que la gente nos acompañe, a mí y a todas las figuras que van a estar ese día, partiendo por Iván Zamorano, el Pibe Solari, Lucas Barrios, Esteban Paredes. La idea surgió desde hace tiempo. Yo no quería mucho, en un inicio, pero al final mis amigos, la gente y, sobre todo, mi familia, me convencieron”, sostiene en relación al homenaje, cuyas entradas se venden a través de Puntoticket. Del Superclásico hablará luego.

¿Por qué no quería?

Porque sentía que no todos los jugadores podían hacer una despedida. Por mi sencillez y humildad sentía que a lo mejor no me iban a acompañar, pero he notado un cariño tremendo de parte de toda la gente, que me empujó mucho a llevar a cabo este último partido.

¿Las despedidas de Matías Fernández y Esteban Paredes le activaron el bichito?

Sus despedidas fueron cómo tenían que ser y se dio lo que querían. Lindas, emotivas, estadio lleno. Son dos ídolos de la institución, que le dieron mucho. Entonces, no tenía dudas de que iba a ser así. Ahora, conmigo tengo muchas dudas de que el estadio se vaya a llenar, pero sí creo que me acompañará un marco de público amplio. Igual lo tomo con calma. Lo vamos a pasar bien igual.

¿Cómo evalúa su carrera?

Fue una carrera exitosa, por lo que viví, conseguí, sabiendo que vengo de una familia súper humilde y el inicio fue súper complicado. Me costó mucho llegar a ser futbolista profesional, por problemas económicos, de logística, un montón de cosas. Gracias a Dios lo pude lograr. Cuando firmé mi primer contrato, se estabiliza un poco mi entorno y pude dedicarme a jugar. Conseguí cosas que ni yo me esperaba. Me voy súper agradecido de lo que me entregó el fútbol y de lo que pude entregarle.

Saltó desde La Cisterna al primer mundo y volvió para ser ídolo en su equipo favorito.

Mi carrera fue más linda de lo que esperaba. Me tocó enfrentar a los mejores jugadores a nivel mundial. Compartir con ellos fue increíble. Con Ronaldinho, Ronaldo, Shevchenko, Maldini, Cannavaro, Zidane. Y culminar mi carrera en Colo Colo. No pude tener un final de carrera mejor que ese. Venir fue una decisión muy acertada, porque pude terminarla con un broche de oro. Pude demostrar lo buen jugador que fui durante mucho tiempo en Italia. La gente me empezó a reconocer.

¿Antes de venir a Colo Colo no le saludaban en la calle?

Venía a Santiago y la gente no me conocía. Y no se esperaba mucho de mí, tampoco. Cuando empecé a jugar y a mostrar el nivel en que estaba se generó algo especial con la gente, con la institución, con mis compañeros y esa confianza me llevó a demostrar toda mi calidad como futbolista. En Italia estaba bien valorizado, pero venía de vacaciones a Chile y la gente no me conocía. No daba entrevistas, no salía en la prensa. Los más futboleros conocían mi nombre, pero andaba en la calle y nadie me pedía fotos ni autógrafos. Venir a Colo Colo fue un cambio radical para mí y para mi familia. Ya no podía hacer lo mismo.

Con usted en la cancha, Colo Colo nunca perdió un Superclásico. Se ganó la chapa de clasiquero. ¿Cuál es la receta?

El Superclásico es un partido especial. Yo, como jugador grande, con experiencia y jerarquía, tenía que demostrarlo en esos partidos, porque la gente lo exige. Uno se prepara distinto. Aparte, soy colocolino, todos mis amigos también. Gracias a Dios, siempre en los clásicos me fue bien, estuve a la altura, con asistencias, goles y, sobre todo, pude ganar muchos. Esa estadística queda y la chapa de clasiquero, también.

Jaime Valdes
Jaime Valdés celebra un gol en un Superclásico.

¿Se le hacía fácil ganarle a la U?

Es un partido especial y todos los jugadores nos preparábamos distinto esa semana, porque sabíamos que podíamos quedar en la historia así como pasó, ganando y jugando bien. La receta es prepararse bien y entrar concentrado. Y desarrollar el juego colectivo. Eso permite ganar partidos difíciles como los clásicos.

Y al revés, ¿por qué cree que la U no ha podido ganarle a Colo Colo en todo el tiempo en que estuvo e incluso más?

Creo que es porque Colo Colo todos los años tiene buenos jugadores, buenos equipos. En Colo Colo se siente la presión de querer ganar y no poder perder. A la U se le hace sumamente difícil ese partido, por toda la estadística, por lo que se habla de que no pueden ganar hace tanto tiempo. Puedo hablar por el tiempo en que jugué. La U entraba bien, pero eran muy frágiles. Al momento de que nosotros convertíamos un gol, sufrían mucho. Les costaba mucho reponerse y nosotros nos aprovechábamos de eso. Ojalá que sigan perdiendo por mucho tiempo más (se ríe). Como exjugadores e hinchas, queremos que Colo Colo siga ganando el clásico.

¿Los vio nerviosos? ¿Recuerda alguna cara que le haya marcado?

No. Obviamente uno notaba que cuando pasaba a estar en ventaja, ellos lo sufrían mucho, que les costaba el doble. Aparte, teníamos un tremendo equipo. Era difícil para ellos y los demás. Hacíamos valer la jerarquía.

¿Cuál es el clásico que más recuerda?

Uno que ganamos en el Monumental, con tres goles de Esteban (Paredes) y uno mío (en 2017).

En ese partido, Colo Colo resuelve rápido y le termina haciendo precio a la U.

Sí. El primer gol fue súper rapido, por una pelota que recuperamos y los pillamos mal parados. El mío, también. Jugar con un 2-0 te da confianza y te hace crecer. Logramos ganar 4-1, pero pudimos hacer un par de goles más. Los hubiésemos querido hacer, pero fue un partido en que le pasamos por encima a la U. De principio a fin.

En otro, jugó casi en un pie. Guede siempre lo recuerda.

Venía con un esguince grado 2-3. El profe no me quería hacer jugar, porque quería que me recuperara. Yo le digo que me esperara hasta el final, que lo podía hacer solo con la pierna izquierda. Durante la semana mejoré un poquito, aunque con mucho dolor. Jugué solo con la izquierda, salió bien. No es que lo gané jugando en un pie. El equipo que tenía me daba la tranquilidad y el soporte para poder jugar y ganar los partidos. Teníamos un tremendo equipo. Se nos hacía fácil jugar esos partidos. No es fácil jugar contra la U.

En 2019, con Mario Salas, sale desde la banca para que Paredes termine marcado en gol 216.

En ese partido, el técnico dice en el entretiempo que iba a entrar. Con la claridad que le pude dar, el equipo mejoró y logramos revertir el marcador y pudimos ganarlo, pero la verdad es que estuvo bastante difícil. Además, Esteban marcó el 216. La fiesta fue completa.

El Superclásico que viene

¿Qué le dice este Superclásico?

Va a ser súper parejo. La U va creciendo en lo colectivo, tiene buenos jugadores, pero Colo Colo es un equipo experimentado fuerte, con un técnico de experiencia. Me gusta lo que está mostrando. Intenta jugar siempre. Es un equipo corto, intenso. Va a ser un lindo partido. Ojalá que Colo Colo pueda ganar y celebrar un triunfo más.

Más allá del partido con la U, ¿le alcanza a este Colo Colo para rendir a nivel internacional?

Yo creo que el equipo está para poder hacer un buen papel en la Copa. Obviamente, la serie es durísima. Sería un error subestimar al rival. Todos los equipos paraguayos son complicados. Hay que jugar como ante Godoy Cruz, concentrados al máximo.

¿Cuánto pesa el retorno de Arturo Vidal? ¿Se parece, en alguna medida, a su llegada?

Muchísmo. Siento que el regreso de Arturo influye muchísimo en todo sentido. En el carácter y en montón de cosas más que entrega en la cancha y fuera de ella. Entre Arturo y yo no hay comparación. No me puedo comparar. No le llego ni a los tobillos a todo lo que genera Arturo, a lo que fue su carrera y a lo que puede entregar. Yo vine a aportar mi grano de arena y aporté mucho, en intensidad, en juego, en goles, en asistencias. Y pude ayudar a mis compañeros a crecer en todo sentido. Subió el nivel del equipo y tuvimos buenas campañas en la Copa Libertadores. A nivel nacional logramos muchísimo.

Jaime Valdés
Jaime Valdés, con la camiseta alba, en 2019.

¿Lo que logró Vidal con la Selección hace, probablemente, ese diferencial respecto de su carrera? ¿Le faltó consagrarse en la Roja para completar el círculo?

Hubiese sido ideal poder haber jugado más, pero no se dio. Yo entendía que con los jugadores de la Generación Dorada era muy difícil ganarse un espacio, pero lo que sí me generó ruido fue que en las giras de 2008 o 2009, cuando pasaron muchos jugadores y las oportunidades para mí fueron muy esquivas. Respetaba las decisiones de los entrenadores, pero no las compartía.

Medel dijo que usted no pudo aguantar el ritmo, que no le había dado para estar en esa Selección, ¿le pareció algo fuerte?

Puede ser… No, no tengo nada que decir. A Gary lo estimo como compañero y como hincha. Es un ídolo de todos. Me hubiese gustado jugar y demostrar lo que hice en Colo Colo en la Selección, pero, obviamente no tuve la oportunidad, por problemas físicos. Yo llegaba de Colo Colo muy desgastado. Tenía siempre el peso del equipo y de toda la temporada y ya tenía una cierta edad.

Y Sampaoli no perdonaba nada. Exigía al máximo.

Claro. Yo jugaba el domingo 90 minutos y el lunes tenía que entrenar súper intenso. Obviamente, mi cuerpo, a la edad que ya tenía, se resentía. Fue lamentable, pero me lo tomaba con tranquilidad, porque sabía que quizás en la Selección no iba a jugar, pero el domingo en Colo Colo iba a ser titular y la iba a seguir rompiendo. No era algo que sentía que me faltaba o que tenía que hacer sí o sí. Me gustaba ir, compartir con la Generación Dorada, ver cómo se entrenaban. Fue provechoso. Ver el nivel que tenían era impresionante.

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