El Mundial 2026 ya tiene su primer clasificado por la vía de las Eliminatorias. Se trata de Japón, el cual -tras una notable campaña en las clasificatorias asiáticas- consiguió su boleto a la cita planetaria que se desarrollará en Canadá, Estados Unidos y México.
El equipo dirigido por Hajime Moriyasu llegó al duelo con Baréin con la posibilidad de abrochar su participación en la fiesta universal y no la desperdició. Claro que no le fue fácil, pues no les anularon un gol a los 10 minutos y luego no lograban derrotar la resistencia del portero rival, Ebrahim Lutfalla.
Sin embargo, los nipones no se rindieron y Daichi Kamada abrió el marcador a los 66′ para hacer estallar el estadio Saitama (ubicado a unos 30 minutos de Tokio). Pero faltaba asegurar los pasajes y Takefusa Kubo puso cifras el 2-0 definitivo en el minuto 87.
Triunfo que sirvió para ratificar su liderazgo absoluto en el Grupo C de las Eliminatorias de ese lado del mundo, logró 19 puntos, y su paso arrollador por la competencia: suma seis victorias, un empate y solo dos goles en contra (24 a favor).
Japón: el gigante asiático
Al ser -prácticamente- inalcanzable para los otros rivales del grupo (Australia con 10, Arabia posee 9, Indonesia 6, Baréin 6y China 6), los japoneses se convirtieron en unos asiduos participantes de la Copa del Mundo. Con la del año venidero, sumarán ocho presencias consecutivas desde que dijeron presentes por primera vez en Francia ‘98.
¿Lo malo? Nunca han logrado superar los octavos de final y aunque con Moriyasu en la banca han tenido resultados espectaculares y llegaron a Qatar 2022 dando la sorpresa, fueron primeros de su grupo y eliminaron a Alemania, cayeron en dicha instancia -en la tanda de penales- ante Croacia.
Hoy arribarán al evento norteamericano con un equipo joven y cuyos clubes de base son todos europeos. Sus grandes referentes serán Take Kubo, el volante de la Real Sociedad, y el goleador del Feyenoord, Ayase Ueda.
Además, el portero Zion Suzuki (22) consolidará la elección que hizo al representar a Japón, pues pudo jugar por Estados Unidos (nació allí), Ghana (su padre era originario de ese país) y los nipones (por su madre). Pero optó por estos últimos, pues se formó como portero en los Urawa Reds y desde allí fue cedido al Parma el año pasado.