Nicolás Jarry (60°) tenía un desafío mayúsculo en los octavos de final del ATP 250 de 's-Hertogenbosch: el griego Stefanos Tsitsipas, número seis del mundo y primer cabeza de serie del torneo. Para superarlo había que jugar realmente bien, y Nico así lo hizo. Venció por 6-4, 3-6 y 6-4, en un intenso duelo.
De entrada, el chileno marcó diferencias con un quiebre en el primer juego del partido, lo que le permitió tomar el control inmediato del set ante un helénico que se veía muy incómodo ante la profundidad de tiros de Nico, cuya variedad de juego le permitió salir de situaciones complejas. Así, el primer set favoreció al nacional, por 6-4.
En el segundo parcial, el pupilo de Martín Rodríguez aflojó en el comienzo y terminó pagándolo caro, pues el griego logró romperle el servicio para ponerse en ventaja en el segundo juego. De ahí, algunos errores no forzados no le permitieron recuperar el quiebre, por lo que la manga se definió para Tsitsipas, por 6-3.
El partido tuvo puntos espectaculares, con ambos tenistas lanzándose al suelo para conectar la pelota, como si fueran arqueros de fútbol, lo que causó el deleite del público, en un emocionante tercer set, donde Nico salvó dos oportunidades de quiebre en el quinto juego, apoyándose en su gran servicio, que no bajó de los 215 kilómetros por hora. También salvó otra en el séptimo.
Lo más importante para Jarry fue que nunca bajó los brazos ni perdió la concentración. Eso fue clave para quebrarle al griego en el décimo juego y cerrar una de las victorias más resonantes de su carrera, la cuarta ante un top ten, tras vencer el año pasado a Dominic Thiem y a Marin Cilic y este año a Alexander Zverev.
Su paso a las semifinales la disputará ante el ganador del partido entre el francés Richard Gasquet (42°) y el kazajo Mikhail Kukushkin (47°).