Nicolás Jarry tenía una gran oportunidad para llegar a su segunda final del año en el ATP 250 de Kitzbühel. Era favorito por ranking y por tenis ante el uzbeko Denis Istomin (95°). Sin embargo, al igual que la semana pasada, dejó ir la oportunidad.

El chileno tuvo un comienzo sólido, con un rápido quiebre y dominando por potencia a su rival, que se limitó a aguantar como pudo los embates del nacional. Pero, como ha sido la tónica en la carrera del número uno nacional, sus errores no forzados le dieron vida a su rival.

Así fue como el uzbeko aprovechó y rompió en dos ocasiones el servicio de un contrariado Jarry para quedarse con el primer set, por 7-5.

En el segundo parcial, el calor hizo mella en los jugadores. A la sombra había 29 grados, pero al sol la temperatura se empinó hasta los 41. Pese a ese factor, ninguno de los dos cedió su servicio. Esta vez Jarry logró ser más regular en el tie break y se impuso por 7-4.

Pero algo no andaba bien el chileno. El desgaste de las últimas dos semanas empezó a complicarlo. Se vio más lento y con molestias en una rodilla. Istomin, por su parte, aprovechó de defenderse bien y no errar mucho. Así, logró un tempranero quiebre y administró la ventaja hasta quedarse con la victoria por 6-4.

El balance de estas dos semanas no deja de ser positivo para Jarry, pues a partir del lunes será top 50. No obstante, queda el sabor amargo de no haber aprovechado oportunidades ante rivales abordable.