Nicolas Jarry (69º) dejó ir una gran oportunidad para alcanzar su primera final de ATP 500 en Hamburgo. Su rival, el georgiano Nikoloz Basilashvili (81º y proveniente de la qualy) aparecía como un escollo abordable. Sin embargo, el chileno fue presa de sus propios errores y terminó inclinándose por 7-5, 0-6 y 6-1, en una presentación muy irregular.

El partido tuvo un comienzo inmejorable para el chileno, que fue dominador absoluto. Logró un quiebre en el quinto juego y se perfilaba a ganar el primer set. Sin embargo, el partido se suspendió por más de dos horas por lluvia y viento.

Al regreso, parecía que el chileno continuaría con su nivel e, incluso, tuvo tres puntos de set. No obstante, los desaprovechó y cedió su saque dos veces seguidas, lo que le terminaría costando el parcial.

En el segundo capítulo, el Príncipe mostró lo mejor de su repertorio y demolió a su rival, ganándole por 6-0, en apenas 23 minutos, gracias a una gran mejoría en su porcentaje de errores no forzados.

El set final fue desconcertante. El georgiano mejoró su actitud y el pupilo de Martín Rodríguez cayó en una laguna mental de la que no se recuperaría. Dejó ir la victoria, principalmente por sus errores más que por los aciertos del rival. El 6-1 del último parcial fue el reflejo de que la irregularidad todavía es un factor que le juega en contra.

A pesar de la derrota, Jarry trepará hasta el puesto 53 del ranking mundial y en el ATP 250 de Kitzbuhel, donde debuta ante el español Roberto Carballés, buscará dar el salto al top 50.

Pero no todo fue malo en Hamburgo, pues en dobles Julio Peralta y el argentino Horacio Zeballos derrotaron por 4-6, 7-5 y 10-7 al japonés Ben McLachlan y al alemán Jan-Lennard Struff. Hoy irán por su primer ATP 500 ante los primeros favoritos, el austriaco Oliver Marach y el croata Mate Pavic.