La jornada en Melbourne Park se calma. Los partidos de las clasificaciones hace rato que terminaron y los espectadores, que asistieron de manera gratuita, ya fueron desalojados. Casi todas las canchas están vacías y los funcionarios ya van saliendo hacia sus casas. Y ahí está Nicolás Jarry (23 años) en la cancha 7, cuando el sol cae. El chileno entrena duro -y esquivando el calor-, de cara a su debut del martes frente al argentino Leonardo Mayer (54º), el mismo que lo venció en sets corridos en su estreno absoluto en Australia en 2018.

Qué coincidencia la de sorteo.

Las probabilidades de que se repita el rival, más encima en el mismo torneo, son mínimas, pero puede pasar. Ojalá tener una mejor actuación que la del año pasado aquí. Es que siento que estoy mucho más maduro, lo que me tiene más tranquilo. Hice una excelente pretemporada, trabajé muy duro con mi equipo y llego a Melbourne en correcta forma dentro de lo posible, ya que el calendario ofrece pocos torneos previos. Por suerte la ampolla que me sacó de Sídney se drenó rápido y volví a correr sin problemas.

El año pasado Mayer le dio muy pocas chances. ¿Qué estrategia piensa usar esta vez?

Yo he cambiado muchísimo desde ese partido. Tengo la experiencia de haber jugado los cuatro grand slams y avanzar de ronda en dos de ellos (Wimbledon y USA Open). No hay dudas que llego con otra cara. Leo es quien hoy tiene la presión por haberme ganado esa vez, pero es un rival durísimo que ha logrado destacar y que puede alcanzar un gran nivel. Yo me siento fuerte, con claridad sobre lo que tengo que hacer, así que toca solamente hacerle frente a los partidos que vengan y manejar la presión.

¿Siente que en los grand slams tiene una oportunidad inmensa para seguir escalando este año, considerando que solamente defiende dos partidos ganados?

No. Miro la temporada de manera general, y puedo llegar a lo más arriba posible con cualquier tipo de torneo. De cualquier manera, los grand slams son una linda oportunidad en donde puedes medirte con todo tipo de jugadores, desde los más importantes, hasta tipos que la vienen luchando desde las clasificaciones. Eso los hace tan lindos, además de la gran cantidad de gente que apoya en la cancha que sea. El ambiente es una locura y la energía es inmensa. Es en estos eventos donde más aprendo.

¿Qué apuesta para este año?

No hay meta en cuanto a ránking o números. Las metas son netamente personales y apuntan a mi crecimiento como tenista. Todavía estoy en mi proceso de creación. Soy muy chico y atravieso un tiempo de mucho progreso. Lo único que me preocupa es entrenar bien, porque así todo el resto llega con ese esfuerzo. Mi pretemporada fue un reflejo de esto que estoy diciendo: no tuve días malos y en lo que lleva el año solo tuve uno. Así que puedo decir que la meta es mejorar la confianza, creer más en mí y mantener esa intensidad en cada práctica.

Aquí se registran los mejores logros chilenos en un Grand Slam.

Ríos y González hicieron campañas increíbles en Melbourne, pero no tiene nada que ver conmigo. Yo era muy pequeño. Cada jugador tiene su torneo favorito y sé que a Fernando le acomodaba mucho jugar aquí. Yo recién empiezo, con suerte llevo un año en el circuito, así que no puedo decir qué campeonato es el que más me gusta o me acomoda.

¿Le motiva pensar que puede romper esa sequía y dar a Chile su primer major en algún momento?

Sería muy bonito, pero me queda un largo camino. Ahora no soy ni favorito y tengo que crecer mil veces más en relación a lo que soy ahora. De a poquitito sé que se irá dando.

¿Le siguen generando nervios llegar a este tipo de eventos?

Siempre surgen sensaciones más fuertes. Yo creo que salvo para los Rafa o los Roger, que ya están acostumbrados a que les vaya bien, un grand slam produce nervios extra.

¿Qué le aporta la presencia de Christian Garin en el cuadro?

Es muy bueno que seamos dos los chilenos que estemos representando al país en uno de los main draws más importantes. Christian es una compañía que se aprecia dentro del camarín y suma fuerzas para la banda hispana.

¿Se apoyan mutuamente, o llevan más bien una relación entre profesionales?

Nos apoyamos, obviamente, ¡Cómo no! Entrenamos juntos cuando niños y siempre supe que él estaría acá, que llegaríamos los dos. Era cosa de tiempo y con su tremendo cierre de año, ganando tres challengers seguidos, lo demostró.

¿Cómo anticipa su partido frente a Goffin?

Veo a Christian con chances de ganar. Viene mostrando su mejor nivel, y como dice él mismo, anda con una mentalidad distinta. Goffin, en cambio, no llega de la mejor manera. Tuvo que cerrar el año anticipadamente por las lesiones, en Doha perdió en primera ronda y hace tiempo que no gana. Con confianza no llega, al menos.

La Next Gen viene metiéndose arriba, ya hay seis de su misma edad en el top 20. ¿Cómo se sientes dentro de esa categoría?

Cuando la ATP comenzó con este marketing de la Next Gen, yo ya era mayor de edad, así que nunca fui oficialmente considerado ahí, pero de todas formas nos llevamos rebién entre todos los jóvenes. Soy un tipo amistoso dentro del circuito, que saluda a todo el mundo y mantiene buena onda con cualquiera.