Nicolás Jarry (47º) cayó ante el español Roberto Carballés (114º) por la primera ronda del ATP 500 de Río de Janeiro, por 6-3 y 6-7 (5) y 6-7 (6).

La lluvia del lunes había suspendido el partido. Antes de que el agua hiciera imposible seguir el juego, el europeo había quebrado una vez el servicio del chileno. Ese día, Jarry se mostró incómodo con el estado de la arcilla del court Guga Kuerten y no jugaba de buena manera al momento de la suspensión. Tal vez, la lluvia favorecería su renacer.

Este martes, el compromiso se reanudó y el nacional volvió a ceder un juego, para el cierre 3-6 de la primera manga.

En la segunda, Carballés Baena quebró en el octavo juego y dejó el partido servido para la victoria, pero el nieto de Jaime Fillol revivió en el momento preciso para romper el saque de vuelta y seguir con vida, al menos hasta el tie break.

En el desempate, el chileno se impuso luego de intercalarse varios miniquiebres, alargando el duelo a una tercera manga.

En el definitivo, el número uno de Chile quebró a la primera oportunidad. El chileno había recuperado la confianza, pero el europeo igualó para quedar 3-3. Luego rompió el servicio del nacional, para quedar 5-4 y sacando. Nico salvó dos match points e igualó a cinco. Era su mejor momento en el compromiso.

En el tie break, el nacional partió 3-0 arriba, con dos rompimientos, pero perdió esa ventaja rápidamente y luego se repuso. Jarry tuvo tres puntos de partido a su favor (solo el tercero con el saque), pero no pudo celebrar. El tinerfeño se defendía de buena manera y pudo sellar una victoria que se le escapaba de las manos.

El vencedor tenía un buen premio, pues en segunda ronda lo espera un rival abordable, el boliviano Hugo Dellien (113º), que derrotó al argentino Guido Andreozzi (76º).

La derrota hace caer a Jarry, como mínimo, hasta el puesto 59 del ATP, pues defendía 180 puntos por las semifinales que consiguió el año pasado en este torneo.

La próxima semana defiende 150 unidades de la final del ATP 250 de Sao Paulo. Sin embargo, este año optó por no jugar allí e ir al ATP 500 de Acapulco, en cemento, donde enfrentará a rivales de mayor jerarquía. Eso sí, una derrota en el estreno en México lo hará caer hasta cerca del puesto 84.