No era fácil, pero hizo historia. Nico Jarry juagaba contra el austriaco Dominic Thiem, finalista de Roland Garros y el octavo mejor jugador del mundo. Con un doble 7-6 y un juego agresivo, la primera raqueta nacional se metió en la semifinal del ATP de Hamburgo, cosechando el mejor triunfo de su carrera.

Sin dudas el austriaco era el favorito y confirmó sus credenciales en el inicio del primer set. En el tercer game, tras una doble falta del chileno, Thiem se puso 1-2. El partido siguió este curso, sin embargo Jarry jugaba bien: agresivo, con gran porcentaje de tiros ganadores y su saque equilibrado. Llegó el décimo juego y el finalista de Roland Garros debía mantener su saque para llevarse la manga. Pero lo de Nico fue espectacular. Tremendas devoluciones y un juego muy agresivo le dieron la chance de quiebre. El único que tuvo, lo aprovechó e igualó en 5 la primera manga. Llegó el tie-break y nuevamente Nico tuvo que remar desde atrás. Estaba 4-5 abajo y Thiem tenía dos saques. Una tremenda devolución puso a Jarry 5-5 y luego vino el otro. Al chileno no le tembló la mano para sellar el set, con un 7-6 a favor.

El segundo set fue reñido y Jarry comenzó quebrando, sin embargo, no lo pudo mantener. Fueron cuatro quiebres consecutivos hasta que el partido se emparejó y nadie cedió más el saque. Nuevamente tie-break y el chileno comenzó perdiendo. De hecho, estaba 6-3 abajo y logró remontar esos tres puntos con una tranquilidad inquebrantable. El tie break terminó 9-7 a favor del chileno y selló de la mejor manera el partido.

Luego de nueve años un chileno logró ganarle a un top 10, el último fue Fernando González frente a Wilfred Tsonga en 2009. El chileno se medirá en semifinales frente al ganador del duelo entre el español Pablo Carreño y Peter Gojowczyk.