Jason Silva no escarmienta: una historia plagada de polémicas
En otras dos ocasiones, el mediocampista ha debido enfrentar a la justicia por sus excesos y errores.
Jason Silva vuelve a meterse en problemas. La detención por conducir en estado de ebriedad e intento de soborno a los policías que participaron en el procedimiento engrosa la lista de incidentes protagonizados por el mediocampista de 28 años, cuya carrera comenzó en Palestino y lo llevó a vestir las camisetas de Colo Colo, Antofagasta, Unión La Calera, Apollon Limassol y San Marcos de Arica.
En su paso por los albos se registró el primer episodio llamativo. Después del Superclásico del 6 de abril de 2014, el mediocampista fue detenido por Carabineros en el Estadio Nacional, por haber pisoteado un lienzo de Universidad de Chile. Ese día, Colo Colo había vencido a los azules y quedaba a un paso de obtener su trigésima estrella. Silva fue acusado de flagrancia y de incitar a la violencia en los estadios y trasladado a la 19º Comisaría de Providencia.
En julio de ese año, Silva, ya en Palestino, se acogió a la suspensión condicional del procedimiento para poner término a la causa judicial abierta en su contra y aceptó ante el 13er Juzgado de Garantía de Santiago quedar inhabilitado por un año para asistir a Superclásicos. Además, debió ofrecer talleres durante tres meses en un recinto semi cerrado de La Cisterna. De no haber aceptado esa salida, el jugador se exponía a una pena que fluctuaba entre los 541 días y los tres años de presidio menor en su grado medio.
El futbolista ofreció disculpas por su acto y reconoció haber recibido amenazas de parte de fanáticos estudiantiles
El 15 de marzo de este año, Silva volvió a meterse en problemas y nuevamente estuvo detenido. Carabineros lo sometió a un control preventivo mientras circulaba en su automóvil y detectó que la licencia que conducir que portaba era falsificada, por lo que lo trasladó a la 38º Comisaría de Puente Alto. Silva se defendió argumentando que el documento original estaba retenido, por lo que adquirió la documentación fraudulenta. Quedó en libertad y con firma mensual por 120 días. La pena para el delito que cometió partía en 541 días de presidio. Silva colaboró con la investigación entregando datos de la persona que le vendió la licencia.
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