Javier Castrilli: “Buscaron manchar el apellido Castrilli con mentiras y calumnias; quiero justicia”
El expresidente de la comisión de árbitros repasa sus turbulentos seis meses en el cargo, que acabaron con una denuncia que terminó siendo un complot para sacarlo de Quilín.
Javier Castrilli (64 años) dejó la jefatura de la comisión de árbitros hace más de un mes. El argentino, ex juez FIFA, fue despedido de la ANFP apenas seis meses después de haber asumido el cargo. Luego de una denuncia orquestada por un grupo de jueces en su contra, que finalmente fue desestimada tras una investigación realizada por el oficial de cumplimiento, en la que se determinó que todo fue un complot de un grupo de jueces para sacarlo del cargo, el transandino se desahoga. Está a la espera de las conclusiones de sus abogados para determinar los pasos a seguir.
¿Se arrepiente de haber venido a Chile?
No, para nada. Siempre cuando uno puede cambiar una realidad que lo rodea estará dispuesto a cruzar la vereda de la crítica para comprometerse y participar de un plan.
Pero dejó un trabajo estable en ESPN por venir a Chile...
Sí, pero el arbitraje es la pasión de uno. Lo abracé desde mis 17 años y hasta el día de hoy sigue siendo mi pasión.
¿Se quiso manchar el apellido Castrilli?
Absolutamente. Se buscó por todos los medios ensuciarme, calumniarme, a mí y a mis colaboradores para lograr el objetivo que fue la destitución.
¿Se logró manchar su apellido?
Sí, por supuesto. Buscaron manchar el apellido Castrilli con mentiras y calumnias, con una campaña para desestabilizarme. Esta asociación de árbitros, que se fueron enquistando en el poder del arbitraje chileno, desde el inicio de mi gestión, de manera sistemática, y acudiendo a periodistas que les prestaron oídos, me llenaron de mentiras y calumnias con el exclusivo fin de desestabilizarme.
Su familia vive en Argentina. ¿Por qué sigue en Chile?
Porque mi trabajo acá no ha concluido. Yo no dejo las cosas hasta la mitad. Mi presencia acá no solo obedece a la búsqueda de la reparación del daño que me hicieron, sino que encontré un grupo de amigos que me hace sentir bien.
¿Demandará a todos los que participaron en el complot?
Los abogados están en la tarea de analizar cada uno de los hechos y tomar las medidas pertinentes.
¿Busca disculpas públicas, compensaciones económicas, volver a la ANFP?
Quiero justicia. Confío en eso. Hay derechos fundamentales consagrados en la constitución nacional que fueron violentados. Hay una historia consumada, mi nombre fue envuelto a nivel internacional en una mentira vil. Me ha generado un daño que excedió lo nacional, fue algo que se esparció por todo el mundo. Eso merece una reparación.
¿Cree que puede volver a la ANFP?
Siempre que se dieron las condiciones me comprometí con la realidad para cambiarla. Y como es mi pasión siempre estaré dispuesto a hacerlo. Incluso asumiendo los riesgos que pueda tomar esa decisión. Pero siempre que lo hice o haga en el futuro deberá contar con un respaldo político. Porque aquellos que pretendan un cambio estructural deben considerar que deben estar absolutamente convencidos de que quieren eso. Y deben conocer los riesgos.
¿No cree que su fuerte personalidad le pasó la cuenta?
No, la contra siempre estuvo dada por la resistencia de esta organización por perder el poder. No es el arbitraje chileno en su conjunto. Nosotros le brindamos al arbitraje de Primera División nombres y caras nuevas, incluso la aparición de María Belén Carvajal, que la hicimos debutar, le dimos la oportunidad, a sugerencia de Talamilla. La resistencia la puso esta organización, no el arbitraje chileno.
¿Cómo puede levantar el arbitraje chileno?
Mientras continúe esta organización en el poder del arbitraje chileno, seguirá existiendo la mediocridad como común denominador.
¿Realiza una autocrítica? ¿Se arrepiente de alguna decisión?
Siempre me someto a la autocrítica. Y lo hicimos como comisión todos los días. Pero más allá de eso, lo que primero se me ocurre, si se volviese a repetir el escenario, no aceptaría la gradualidad de despidos que se me propuso.
Es decir, de entrada, hubiese despedido a los 14 jueces...
No, no a los 14. A más...
¿Hubiese seguido despidiendo?
Nosotros en seis meses, entre árbitros y personal administrativo, se vieron desafectadas 23 personas. En cuanto al arbitraje, si se hubiese repetido ese escenario, hubiese sacado a la totalidad de los que veía que no tenían proyección.
¿Por qué realiza la limpieza de árbitros con el campeonato en marcha y no al finalizar el torneo 2021?
Porque de momento que yo entregué la lista inicial de árbitros para ser dados de baja, en noviembre de 2021, me dijeron que no había dinero para el finiquito. En enero, en una reunión con el gerente general, se me ofreció hacerlo de manera gradual, cosa que se comenzó a implementar a principio de febrero. De cualquier manera, es inadmisible concebir que si un árbitro es ineficiente se debe esperar hasta el fin de la temporada porque ese árbitro ya ha demostrado que no está a la altura de las exigencias del arbitraje. Esto de esperar al finalizar una temporada parece absurdo.
¿La filtración de esa lista provocó el complot en su contra?
Ese fue el motivo por el cual los nombrados en las listas buscaron la inmunidad gremial refugiándose en una movida sindical como forma de escudarse en sus verdaderas intenciones de no ser despedidos. Y no al revés como se pretendió demostrar después en que dijeron que los despidos fueron como consecuencia de una práctica antisindical.
¿Sabe quién filtró la lista de despidos?
Estamos hablando de una verdadera organización que con el tiempo se fue empoderando. A través de sus prácticas, y de nepotismo, de la cultura del amiguismo, se fueron posicionando en distintas áreas, excediendo lo deportivo y llegando a las estructuras administrativas.
¿Pensó que el nivel del arbitraje chileno era tan bajo?
Nunca imaginé tan bajo en cantidad. La cantidad de árbitros mediocres en Primera División e internacionales responde a esa cultura de amiguismo que se abrió.
Roberto Tobar, uno de los que usted más elogiaba, no va al Mundial. ¿Le sorprendió?
El arbitraje mundial pierde una figura de tamaño talento como Tobar por haberse lesionado en la prueba física final. Y la FIFA es muy exigente en eso.
Y sí va uno que fue constantemente apuntado por usted: Julio Bascuñán...
Eso no me llama la atención. No va como árbitro central. No está capacitado para enfrentar semejante desafío como árbitro central. Lo hace desde otra función, totalmente distinta.
¿El arbitraje chileno es una mafia?
No quiero generalizar el arbitraje chileno. Estoy hablando de un grupo de personas que forman una organización.
¿Quiénes conforman esta organización que usted acusa?
La ascendencia sobre el arbitraje chileno que desde hace muchos años la tiene el señor Gastón Castro, Enrique Osses, Jorge Osorio, Manuel Rodríguez, Orellana, que dicho sea de paso muchos operaron desde el propio INAF. Eso es indiscutible.
¿Esperaba un mayor respaldo de Milad en su gestión?
Me queda la tranquilidad de conciencia de que en el mismo acto en el cual se me ofreció el cargo, yo advertí todo lo que ocurriría. Incluso la posibilidad de un paro. Y lo fundamenté porque toda reforma estructural, más cuando existe una asociación que a través del tiempo logró sus beneficios, va a encontrar una severa resistencia a los cambios. Esos cambios implican la pérdida del poder. El despido y echar por tierra el trabajo realizado por seis meses, no hizo más que poner al fútbol chileno de rodillas frente a la pretensión de este grupo de exárbitros y árbitros que exigió la destitución de la comisión entera.
¿Qué evaluación hace del castigo que recibieron los árbitros involucrados en el complot en su contra?
Eso queda a consideración del tribunal de disciplina. Lo que sí, insisto, es en la necesidad de reflexionar acerca de la suspensión a los árbitros implicados. En el caso de Gilabert, el principal juez será su conciencia. Y respecto de los suspendidos, considero que toda suspensión implica hablar de un periodo que vencido el mismo, las personas están en condiciones de volver a la actividad. Pero ¿con qué credibilidad? ¿Con qué transparencia? Cómo pueden volver a dirigir después de un acto tan deleznable. Semejante conducta, para la salud del arbitraje, hubiese sido necesaria acompañarla de una exoneración de por vida.
Gilabert fue promovido por usted como juez FIFA. ¿Cómo explica la acusación en esos audios?
Esos audios que se alejan tanto de la realidad cada vez que son comparados con los audios del VAR, muestran que todo es una vil mentira. No se condice para nada con lo que ocurrió. Sancionó ese penal y nunca dijo tiro de esquina. Dijo que veía falta arriba y abajo. Cosas que después fueron acompañadas con las grabaciones del VAR.
¿Lo llamó Gilabert para ofrecerle disculpas?
Eso queda en su conciencia. Cuando tuve la oportunidad de escuchar esa grabación, nunca pude salir de mi asombro.
¿Pudo conversar con Gilabert?
Cuando todavía no había escuchado el audio, me llamó por teléfono para pedirme disculpas y para decirme que lo habían inducido a realizar esa grabación. Y que la misma fue en un contexto privado y en un audio de WhatsApp hacia un amigo, o hacia un supuesto amigo. Después me dijo que fue difundido sin su autorización.
Vamos al partido de la polémica. ¿Sabía de la denuncia que existía en el duelo entre Huachipato y Copiapó?
La investigación comenzó en los últimos días de enero, a los pocos días del partido. Empezó con un anónimo. ¿Qué tipo de denuncia es un anónimo? Se comenzó a investigar, a pesar que era un anónimo. Como tantos otros anónimos que, durante seis meses, calumniando y mintiendo, formaron parte de esa campaña de desestabilización. Nunca tuvo nombre y apellido esa denuncia. Aquel que denuncia un hecho grave tiene que tener elementos objetivos para hacerlo y debe poner su nombre y apellido. ¿Por qué denuncia? ¿Cuál es esa prueba?
¿Le quito el peso a la denuncia por ser un anónimo?
Cuando el oficial de cumplimiento dijo que iba a investigar ese anónimo, le di todas las posibilidades y fui el principal colaborador. Sugerí que, si realmente se iba a investigar un anónimo, este caso se llevara a la justicia ordinaria, a la fiscalía para determinar si existió un llamado y así intervenir los teléfonos.
En esa investigación usted no se enteró que el QM Mario Vargas incumplió el protocolo y sí se comunicó con el VAR...
No, eso surgió a través de la investigación y de las declaraciones de Vargas.
¿Mario Vargas nunca le reconoció que incumplió el protocolo?
No, es que yo ni siquiera hablé con él. Nunca le pregunté. Cuando el oficial de cumplimiento empezó a investigar, el que le sugirió todos los nombres fui yo. El que los llamó, los convocó, fui yo. Y yo les hice hincapié en que yo no iba a hablar con las personas que iba a investigar para garantizar que no se contaminara nada.
Pero sí reconoce que es una falta grave que el QM reconozca que sí hubo una intervención con el VAR...
No, no es una falta grave. ¿Cuál es la figura del QM que fue inventado por la Conmebol? La facultad del QM es decir dónde se tienen que hacer los cortes y cómo se tiene que operar el VAR. Ahora se cambia el nombre y es un asistente técnico que está para respaldar el funcionamiento del VAR. Las declaraciones que después haga cualquier persona corren por cuenta de quién las realiza.
Pero está claro que el QM no puede intervenir en una decisión...
¿Pero dónde interfirió? Por favor. ¿Dónde interfirió? Si el penal existió desde arriba, donde hay una agarrada de camiseta, el árbitro sanciona el penal y después no se escucha nada que interfiera con el árbitro central. Y si interfirió, ¿dónde existió si el árbitro principal después dice que vio falta arriba y abajo?
Pero más allá de que lo escuchara o no Gilabert, el QM no puede interferir...
¿Pero qué tiene que ver la comisión con eso? Eso es competencia de la persona que está desarrollando la actividad. De ninguna manera existió un llamado o sugerencia de la comisión para que el señor Vargas dijera absolutamente eso.
Yo no he dicho que la comisión de árbitros llamó a Vargas...
Sí, está claro. Pero acá hay que separar lo que salió de la calumnia, de la infamia, que se nos ubicaba a nosotros para que se sancionara el penal. Que eso quede claro. Nosotros nunca llamamos a nadie. Una vez despedido, me doy cuenta que el propio abonado podía pedir a la empresa de llamadas su tráfico. Yo lo hice. Hablé con los miembros de la comisión para que pusieran sus llamadas a disposición. Y todos lo hicimos.
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