Javier Torrente cuenta los días para el regreso del fútbol. Y lleva contados al dedillo los que la activiad ha estado suspendida por culpa del coronavirus. “El 15 de marzo comenzó la inactividad y el encierro, pero, bueno, estamos utilizando la comunicación por el Zoom. Tenemos una reunión semanal con todo el grupo y después el ‘profe’ va pasando los ejercicios de mantenimiento de la forma deportiva con ellos. Se va comunicando también con ellos el nutricionista para ver cómo están de peso y todo eso. Y, bueno, expectante, esperando que llegue el momento de que nos autoricen, en algún momento, a volver a los entrenamientos”, dice el técnico de Everton, quien participó en la sexta edición de En Cuarentena, el programa de El Deportivo de La Tercera en el confinamiento.
¿Cómo ha sido este proceso para Everton y para usted? Ya van más de 60 días…
Más, porque el 15 de marzo comenzó la inactividad y el encierro, pero, bueno, estamos utilizando la comunicación por el Zoom. Tenemos una reunión semanal con todo el grupo y después el ‘profe’ va pasando los ejercicios de mantenimiento de la forma deportiva con ellos. Se va comunicando también con ellos el nutricionista para ver cómo están de peso y todo eso. Y, bueno, expectante, esperando que llegue el momento de que nos autoricen, en algún momento, a volver a los entrenamientos.
¿Cómo se lleva esta pandemia desde lo personal y como líder de un equipo de trabajo?
Primero el mensaje es a todos, que se cuiden. Que usen los barbijos (mascarillas), que bajan mucho las posibilidades de contagio, usar alcohol gel, lavarse las manos, tratar de evitar los lugares con mucha gente, tratar de manejarse bastante tiempo en su casa. O, si es necesario salir, tratar de hacerlo a lugares aireados, libres, donde no haya mucho encierro, mucha acumulación de personas. Hay que respetar las normas, hacer la cola del banco a dos metros del otro, tratar de no exponerse al virus permanentemente. Esas son medidas que son positivas para que no circule el virus. Con respecto al individualismo de cada uno de los jugadores, cuerpo médico, cuerpo técnico, dirigentes, nosotros tomamos la postura de respetar el parate. Después del primer mes de parate les dimos tres semanas de vacaciones. Algunos futbolistas se fueron a Santiago y eso nos preocupaba un poco. Acá la cuarentena no es de encierro total, por lo que algunos futbolistas salían a correr, a la costanera, a un parque, pero lo hacían de a dos o de a tres jugadores. Evitando un problema, cuando regresamos de las vacaciones, se les hizo una batería de exámenes a todo el plantel, en la que todos ya conocen hubo un jugador que arrojó un positivo. Se le aisló, se le mantuvo a él y a su esposa en un departamento, no tuvo muchas grandes molestias y mejoró. Ya le dio negativo el test rápido que tomamos nosotros y está a la espera del test definitivo, que es el que dirá si ya negativizó el virus. Está en perfecto estado de salud, pero respetando esa cuarentena. Acertadamente, pudimos neutralizar el problema rápidamente. Estamos tomando test cada dos semanas. El viernes pasado todos pasamos por la batería, todos negativos. Así lo vamos a seguir haciendo, esperando el regreso al fútbol o la autorización para entrenar.
Tener un futbolista contagiado, ¿implica adoptar precauciones adicionales? Hay protocolos en desarrollo, pero ¿siente que hay que extremar esas medidas?
En nuestro caso, el que tuvo problemas de contagio lo tuvo en Santiago. Había salido a hacer ciertas actividades en sus vacaciones que, evidentemente, lo llevaron a este problema. Otros futbolistas también estuvieron en Santiago, pero mantuvieron el aislamiento y no tuvieron problemas. Y todos los que estaban acá en Viña, tampoco. El regreso a los entrenamientos lo haremos en el momento en que nos autoricen y con las medidas y protocolos que consideren la federación, los médicos están reuniéndose, que ya sacaron uno: llegar en distintos horarios, a determinada distancia, el no uso del vestuario, que el jugador llega vestido y se va, evitando que el virus circule. Teniendo todos el negativo, tomando los test, manteniendo el aislamiento, pareciera que se podría volver a entrenar en un corto plazo. Pero todo está sujeto a los que analizan. Hay gente que les quiere decir a los infectólogos lo que tienen que hacer. Y ellos para eso estudiaron. Y si proponen un protocolo, tendremos que tratar de respetarlo en un 100 por ciento.
¿Los tiempos del fútbol no pueden sobrepasar los de la pandemia?
No. Por supuesto que desde el punto de vista económico el mundo está perjudicado. No es la única actividad que se ve perjudicada. Están los cines cerrados, los teatros cerrados, no se juega al básquet, no se juega al fútbol, no se juega a todo lo que son deportes de contacto. Creo que hoy tenemos que esperar, ir evaluando. Y tratar, en la medida de que se pueda mantener un protocolo que evite el contagio, respetarlo y en la medida de que, con el paso del tiempo, empiece a haber un ‘ok’ para volver a la actividad o aparezca la vacuna, es esperar y ganar tiempo. Que de esta pandemia podamos salir como humanidad lo mejor parados posibles. La caída económica en países donde no se respetó la pandemia fue tan fuerte como en países donde se respetó y se hizo cuarentena. Nadie tiene la receta. No estamos acostumbrados. Esa una señal de alarma que nos pone la naturaleza.
Everton aceptó la rebaja salarial con un incentivo peculiar: recuperan el dinero si clasifican a un torneo internacional ¿cómo evaluó esa medida?
Fue una propuesta de los jugadores. La realidad es que el mundo está en una crisis económica debido a la baja de la actividad. Todos los ingresos que entraban por venta de entradas, de camisetas, el shopping. Hubo una baja en los ingresos que el club tenía planificado para afrontar el año. Si bien a nadie le gusta afrontar una rebaja salarial, hay mucha gente que está más afectada que nosotros, que no puede seguir trabajando, que tiene una baja económica mucho más importante que la que tenemos nosotros. Entonces, apelando a la sensatez de darle cierto sustento a esta etapa del club, tuvo muy buena aceptación de parte de los futbolistas la rebaja del 30 por ciento. Ahora, por otro lado, si el equipo clasifica a una copa internacional, le devuelve al club una cuota importante de divisa, que permitiría devolver los descuentos. Me pareció una medida que el presidente aceptó gustoso, que los jugadores propusieron gustosos. Llegaron a un acuerdo fácilmente. Me parece que todo el mundo estuvo muy positivo con todo eso.
Es probable que el futbolista que retorne a los entrenamientos sea muy distinto físicamente y que se necesitará un tiempo para readapatarlo. ¿Cómo proyecta el retorno a las prácticas?
Hemos visto la liga alemana, donde se dio muy poco tiempo de preparación, volvieron a competir rápidamente y en los primeros cuatro partidos hubo ocho lesionados. También escuchamos números en que la cuarentena había dado valores de una pérdida física de un 40 por ciento. Entonces, como medida, empezamos a planificar la idea de tomar algunos test para saber bien qué nivel físico se encuentran los jugadores y planificar la vuelta sabiendo bien en qué nivel están. Porque si los exigimos demás les podemos generar algún tipo de lesión. Y si los exigimos menos, no los estaríamos entrenando a los niveles que precisa la competencia. Entonces, me parece acertada la decisión de dar un tiempo prudencial mínimo antes del regreso a la competencia. Hay que tratar de sobrellevar estas medidas de la mejor manera.
¿Se verá un fútbol más lento a la vuelta?
Probablemente a la vuelta se vea un fútbol más lento. Y también, si se aprueba esto de los cinco cambios, va a haber más posibilidades de refrescar el equipo cuando los jugadores estén cansados. Probablemente haya más partidos entre semana para llegar a fin de año a cumplir con el torneo. Me parece una medida positiva que haya más cambios y se convoque 22 o 23 jugadores, que se pueda rotar. Y que este esfuerzo se reparta entre varios. Vamos a ver un fútbol más raro, me parece.
Un fútbol sin el marco que le aporta el público ¿Cuánto influye?
A mí no me gusta jugar sin público, pero el regreso a las grandes aglomeraciones no va a estar aprobado hasta el año que viene ¿Qué hacemos, no jugamos hasta el año que viene? Queda el torneo por la mitad, no se sabe quien juega la Libertadores el año que viene. Buscando el mal menor, estamos pidiendo que la gente se quede en sus casas. Que se juegue sin público, pero por televisión y que la gente pueda verlo, termina siendo positivo para que el jugador compita, para que el torneo se desarrolle. Todo eso sabiendo que jugar sin gente puede no gustarte, pero termina siendo el mal menor.