Jeisson Vargas lanzó sus primeras palabras como refuerzo de Universidad de Chile. El futbolista, formado en Universidad Católica, posó por primera vez con el equipo estudiantil tras su paso por Unión La Calera.
“Creo que le puedo aportar muchas cosas a la U. Mucho juego asociado, profundidad en el ataque, hartas ocasiones de gol y balones detenidos”, se autodescribe el ariete.
Luego agrega que “tengo muchas ganas de que Universidad de Chile vuelva a estar donde se merece: entre los primeros lugares, peleando copas internacionales, todos los años, y yo estoy muchas ganas de pelear cosas importantes”.
Vargas reconoce también cuál es su objetivo personal en este traspaso de La Calera a la entidad estudiantil. Quiere volver a dar el salto al extranjero. “La U es un equipo grande, que posee mucha vitrina y es lo que necesito y le puedo sacar mucho provecho a esta instancia”, detalla. Pero advierte que mientras vista la tricota estudiantil “siempre daré mi 100%, para que la U pelee cosas importantes”.
Uno de las temas más tocados, cuando Jeisson comenzó a sonar en el CDA, fue su vida fuera de la cancha. El talento que nació en el Sudamericano de Ecuador 2017 y que registra dos fallidos pasos por clubes americanos (Estudiantes de La Plata, 2017) y Montreal Impact (Canadá, 2018), fue acusado de violencia.
El año 2016 tuvo que concurrir a los Tribunales de Justicia por amenazas a un transportista en la vía pública. Luego al año siguiente, la policía trasandina acudió al domicilio del jugador por una discusión con su pareja y el 2019 fue denunciado por violencia intrafamiliar y los Tribunales sentenciaron orden de alejamiento de su entonces pareja.
Ninguno de estos antecedentes pesó a la hora de la contratación y sólo su promesa de estar más “maduro” es lo que se pudo obtener de la versión oficial. “Me siento súper contento y esto me pilla en una etapa de mi vida muy buena, de madurez y aprendizaje increíble”, dice el puntero.
Actos seguido complementa que “tengo muchas ganas de afrontar esta temporada con esta nueva camiseta, pues vengo de una etapa en mi vida de mucha maduración, de mucho aprendizaje” y concluye que “La Calera me sirvió mucho para ese camino, para afrontar todo lo que viene en este proceso”.
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