Joaquín Niemann: “Al final nadie se va a acercar al PGA si sigue así”
El mejor golfista de la historia del país vivió un año de cambios. Abandonó el circuito norteamericano para mudarse al emergente LIV Tour, cuyas millonarias cifras llevaron a grandes nombres, incluyendo al chileno. Aquí habla sobre su experiencia y sus esfuerzos para sumar a Mito Pereira. “Me encantaría traerlo, estoy haciendo todo lo posible”, dice.
Joaquín Niemann (Santiago, 7 de noviembre de 1998) vivió un 2022 plagado de emociones y cambios. De ser una de las estrellas de mayor proyección del PGA, lo que ratificó con su brillante triunfo en el Génesis Invitational en febrero, se transformó en uno de los golpes del mercado del flamante LIV Golf Tour. El actual número 22 del ranking mundial remeció al mundo con su llegada, a cambio de US$ 75 millones, y dejó al certamen estadounidense sin su mayor figura latinoamericana.
Pese a que el nuevo circuito, financiado por el fondo de inversión pública saudí, se juega con tres rondas y no otorga puntos para el ranking mundial, el talagantino confía en que este escenario cambiará. Al menos su fama no ha disminuido un ápice y una prueba de ello es el The Match, la exhibición benéfica que jugó junto a Mito Pereira en el Club de Golf La Dehesa, donde el deportista nacional fue asediado por más de 1.500 fanáticos que lo esperaron pacientemente en busca de una foto o un autógrafo. En medio de esa vorágine, Joaco se dio el tiempo de analizar su temporada junto a La Tercera.
Su visión del año es más bien particular y lo aclara de entrada. “Para mí no es cómo anduve un año o cómo fue, sino que voy tratando de mejorar el día a día. Lo que sí, mirando atrás desde el comienzo del año, pude ganar en Riviera después de haber tenido una buena temporada en el PGA Tour”, señala.
En ese sentido, coincide en que la llegada a la nueva liga significó un giro enorme para su vibrante y exitosa trayectoria. “Pasar al LIV Tour fue un cambio muy grande para mi carrera”, sostiene, junto con relatar cómo se empezaron a dar las cosas y cómo se fue desencantando del todavía máximo circuito mundial: “Yo siempre soñé con estar en el PGA Tour, y de a poco las cosas fueron cambiando. Me di cuenta de que hay muchas cosas que el golf puede hacer para crecer mundialmente, no solo en Estados Unidos, y el LIV Tour es una plataforma que está precisamente hecha para poder expandir el golf en todos los continentes y no solo en Estados Unidos. Y eso es lo que más me motivó, y más con el grupo de gente que se fue para allá, como Jordan Spieth o Dustin Johnson…”.
¿Si algo en particular le abrió los ojos? Es una respuesta que él mismo piensa con un dejo de nostalgia y también de esperanza. “Hay muchas cosas por detrás que no se ven y uno se da cuenta estando en el PGA Tour. Al tomar la decisión, económicamente es muy bueno; puedo planearme un calendario mucho más ordenado; puedo organizar mejor mis tiempos de entrenamiento, de vacaciones y de competencia, y poder ser parte de un equipo… Porque jugar en equipo siempre me ha gustado y en el PGA era solo individual. Ganar en equipo es lo que más me motiva”, reflexiona.
Otra de las grandes complicaciones que ha encontrado la naciente superliga está en la imposibilidad de sumar puntos para el ranking mundial, lo que hace que los “rebeldes” que han sido vetados por el PGA deban buscar alternativas para no desaparecer del listado que, entre otras cosas, fija el ingreso a los Juegos Olímpicos. Pese a los sucesivos portazos que han recibido del Official World Golf Ranking (OWGR), Niemann está confiado en que esta negativa desaparecerá pronto y que no habrá restricciones para todos los que decidieron cruzar la vereda para sumarse a la nueva propuesta.
“Ya contamos con todos los criterios para tener ranking mundial en el LIV. Si no lo han hecho es por puro monopolio que hay ahí, temas políticos por los que no lo sacan… Pero todos los criterios ya los tenemos. Tenemos a los mejores jugadores del mundo en el Tour y, si no lo hacen, al final ellos van a quedar mal”, declara enérgico.
Su convicción es tal que cree que no tendrá problemas para conseguir los puntos necesarios para estar en los grandes eventos, como París 2024, y asegura que habrá un cambio de opinión de las máximas autoridades del golf. “Sí, va a alcanzar”, apunta. “Este año va a haber ranking mundial y para mí no es tema. Sí o sí vamos a jugar los Juegos Olímpicos”, resalta.
Tampoco renuncia a su máximo sueño: ser número uno del mundo, algo que se ha encargado de dejar claro en cada entrevista que brinda. E, incluso, piensa que su actual planificación le puede ayudar bastante en este propósito, ya que tendrá más descanso. “Sigue intacto. Hay que jugar bien los majors, teniendo menos torneos. Cada torneo que juegue va a ser más importante, ya que va a haber más puntos. Así que sí, sigue intacto ese sueño”, refuerza.
Otra de las interrogantes que surgió del cambio de circuito del pupilo de Eduardo Miquel tiene que ver con cómo quedaron las relaciones con el PGA y los otros jugadores. “Obviamente con Jay Monahan (el comisionado), siempre agradecido de todas las oportunidades que nos dio”, dice. Y prosigue, en un tono más crítico: “Cada uno luchó por llegar ahí, y al final no hay nadie a quién agradecerle de los del PGA Tour, sino es más al revés: cómo ellos pueden ayudarte más a ti. Yo creo que eso le faltó un poco al PGA Tour, pero la relación con todos los jugadores sigue bien. Algunos no estaban de acuerdo, pero al final era una decisión que ya estaba tomada”.
El mejor golfista chileno de la historia defiende al LIV de las críticas sobre su sistema de juego. No han sido pocos los que han calificado a la nueva liga como un puñado de competencias de exhibición e, incluso, lo criticaron a él por la determinación, lo que también obligó a una respuesta de sus padres en las redes sociales, respaldando la decisión de su hijo. Es por eso también que Joaco intenta establecer algunos principios que diferencian esta competición del circuito estadounidense, y manifiesta que “el LIV está tratando de atraer mucho público más joven. La edad promedio de la gente que ve el PGA Tour a diario es de más de 60 años, y para hacer crecer el golf hay que enfocarse más en los niños, en menores de 30 para abajo, y la plataforma del LIV está enfocada en eso, en hacer eventos en la cancha, poner música y DJ después de los torneos, cosa de poder atraer más gente joven. Al final nadie se va a acercar a un PGA Tour si sigue así… Y ahí están buscando distintas formas en el LIV, pero el arte sigue estando dentro de la cancha”.
Actualmente, el golfista se encuentra en Chile, preparándose para un 2023 lleno de desafíos. “Ahora voy a tratar de descansar en las fiestas, Navidad y Año Nuevo, y después partir a mediados de enero de nuevo entrenando en Estados Unidos”, explica.
Convenciendo a Mito
Desde comienzos de septiembre, cuando disputó su primer torneo, no cabe duda de que Niemann se enamoró de este nuevo y millonario circuito. Sin embargo, a él no le gustaría ser el único chileno ahí. De hecho, su gran amigo y compañero de entrenamientos, Mito Pereira, está siendo tentado hace varios meses para unirse a un formato que cada vez tiene más latinos.
Actualmente, el oriundo de Pirque es el más destacado de esta parte del mundo en el PGA. Se ubica en el puesto 45 del ranking, luego de un gran año, donde estuvo a punto de ser el primer chileno en ganar un major, algo que se esfumó solo en el último hoyo. Hasta aquí, ha preferido mantener la incertidumbre sobre su futuro. Sin embargo, Niemann confiesa sus intentos para sumarlo a su liga. “A mí me encantaría traerlo, estoy haciendo todo lo posible, pero al final es decisión de él”, revela.
Tampoco se detiene a pensar mucho al ser consultado sobre si realmente ve a Pereira cambiando de aires. “Me lo imagino jugando el LIV. Sería ideal que estuviera en el equipo, pero eso todavía no se sabe. Ojalá sea. Para mí, por lo menos, sería ideal que estuviera en el equipo”, insiste.
Metros más allá y minutos después, durante la premiación del evento -que ganó Niemann-, bromean justamente sobre las diferencias, en un diálogo muy divertido, en el que Joaco se encarga de resaltar las virtudes de este formato, como el menor desgaste y el ambiente festivo que propone la superliga. Además, le dice que lo echa de menos. Pereira asiente, con una pícara sonrisa y coquetamente no confirma ni descarta la posibilidad de sumarse.
Las próximas semanas serán decisivas para saber si el LIV se queda con los dos mejores golfistas chilenos de la historia, dejando al PGA prácticamente sin representantes latinos de alto nivel, o si el oriundo de la provincia de Cordillera se queda en busca de su primer título en el prestigioso circuito norteamericano y, por qué no, una revancha en el PGA Championship, el major que acarició y que se ahogó en una fatídica laguna tras el tiro de salida de esa última bandera.
Mientras eso sucede, Joaco aprovecha de disfrutar de las vacaciones, en las que también ha tenido tiempo para dedicarse a los autos, su otra gran pasión, y de cosechar los frutos de un meteórico ascenso en el golf, que hoy lo tiene convertido en el deportista chileno mejor pagado de todos los tiempos, con tan solo 24 años, en un deporte bastante longevo para sus exponentes.
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