Cuando Joaquín Niemann caminaba al green del hoyo 18 del Genesis Invitational, su rostro demostraba tranquilidad. A paso firme y mirada fija, el chileno avanzaba sin dudas a lo que sería el momento más importante de su corta pero explosiva carrera. En un pasadizo donde los nervios podían atacar hasta a los más duros, Joaco se ceñía al plan. Su mente en blanco, sin nada que la perturbara del objetivo. Ni siquiera las miles de personas que se posaban sobre las gradas que rodeaban la bandera final y que solo lo miraban a él.
Con una frialdad que solo se encuentra en las leyendas del deporte, afrontó la bandera con tranquilidad, casi con la misma postura que golpeó en el fairway del uno o durante los green del jueves, cuando la obtención del título aún solo era un pensamiento en su cabeza y no una realidad casi palpable.
Aquella travesía fue otra prueba de la mentalidad única de Niemann. Un chico de 23 años que deslumbra en uno de los deportes más complejos que uno puede practicar, y que pese a quedar fuera del corte esta semana en el Honda Classic, sigue siendo uno de los nombres estelares del PGA torneo a torneo.
Estrella en una disciplina donde la cabeza es tu arma más valiosa, pero también la que puede quitarte todo. En campeonatos donde debes enfrentarte a ti mismo por casi cuatro horas, durante cuatro días seguidos y en donde cada golpe que realizas va alivianando o complicando el camino, la capacidad de controlar las emociones es algo primordial. Y Joaco tiene la suerte de poseer un don especial. Una capacidad innata, que sumada a horas de práctica y maduración, dieron como resultado una cabeza que, según especialistas, “vale oro”.
Que el talagantino esté dentro de los mejores del planeta no es solo fruto de su potente drive ni de la gran evolución que ha tenido en los approach al green. En esa ecuación una gran parte del éxito se la debe a su mente, una que aquí es explicada por quienes más lo conocen.
La cabeza de oro
Eugenio Lizama es un psicólogo especializado en neurociencia y alto rendimiento. Durante los 15 años que ha ejercido su profesión, ha trabajado con pilotos de MotoGP y de la Fórmula Uno. Ha formado parte del AC Milán de Italia y del grupo de especialistas del proyecto que llevó Carlo Ancelotti cuando asumió la banca del Chelsea de Inglaterra. Además ha estudiado a tenistas y golfistas. Entre estos últimos se encuentra Joaquín Niemann.
Aquel encuentro se dio en 2017, cuando el olímpico chileno recién daba sus primeros pasos en el PGA y en donde su apellido, pese a estar dentro de las promesas del continente, aún no figuraba en el colectivo nacional, ni menos internacional. El inicio de la relación que armaron se gestó con una evaluación que le realizó Lizama, una que arrojó datos asombrosos y que ejemplifican la fortaleza mental que se esconde en el cuerpo del mejor golfista nacional de la historia.
“Le hice diferentes pruebas de electroencefalograma y biofeedback, y hubo dos cosas que me llamaron la atención, que incluso me emocionaron al analizarlas. La primera es su capacidad de shiftar el cerebro. Eso es cuando los atletas están en algo y pueden cambiar de estado automáticamente. Si uno le dice ‘cálmate’, él se calma. Si le dices ‘ponte alerta’, lo logra. Esa capacidad es super importante en el golf, porque quiere decir que uno puede fallar un tiro, pero inmediatamente sacárselo de la cabeza y volver a estar fresco para el siguiente”, comenta Lizama, quien actualmente trabaja con el otro gran golfista que tiene el país, Mito Pereira.
Pero no se queda ahí, porque otra capacidad fue la que impactó aún más a Eugenio: la habilidad de “silenciar” la mente. “Yo siempre he dicho que lo que encontré con los instrumentos que lo medí, es oro en la cabeza. Para un golfista, poner la mente en silencio es muy valioso. Esto se refiere a la capacidad que tiene el atleta de que aunque te estén mirando miles de personas en el último putter, en el último hoyo, cuando te estás jugando el campeonato más importante, lo haces en silencio y el movimiento te sale fluido”, lanza su ex psicólogo, quien también es gestor de NeuroHIT, una aplicación que evalúa el estrés diario de las personas con diversas preguntas y usando la cámara del teléfono.
Aquellas dos habilidades quedaron marcadas para Lizama, quien pese a trabajar constantemente con campeones del mundo, pocas veces había podido ver tales resultados. Concretamente, el estudio trataba de mirar las ondas cerebrales y compararlas con grupos normativos. En ese caso, el contraste se hacía con una base de datos de deportistas top, logrando armar un perfil psicofisiológico de estrés. En palabras del experto, la prueba buscaba “cada ciertos minutos estresarlo y después darle minutos para que supere ese estrés. Los instrumentos miden la adrenalina, ritmo cardiaco, tensión sanguínea, respiración. Así pudimos ver cómo hacía funcionar su cabeza de mejor manera que otros deportistas. Cambiaba muy rápido de estrés a calma y después estaba muy lúcido para volver a responder”, recuerda.
Finalmente lanza una frase que demuestra lo especial de Joaquín. “Es algo poco habitual, cuando lo vi con mis ojos me emocioné mucho porque son cosas que uno define como la zona de slow o la mente en silencio, pero ahí lo vi con datos y números. En ese momento le dije: “Joaco, tú tienes oro en la cabeza”... Cuando lo veo ahora, me doy cuenta que sigue siendo congruente lo que analizamos en esa evaluación, con lo que él aún muestra en la cancha”, concluye el experto que también trabajó en Ferrari y quien lleva 10 años en el MotoGP.
Su paz interior en todo momento
Niemann es un tipo tranquilo, de eso no hay dudas. Los que lo conocen siempre destacan la calma con la que afronta las cosas. Puede estar disputando una ronda en un major, o apostando en una partida amistosa ante Mito Pereira y él siempre será el mismo. Estará concentrado, querrá ganar, pero no perderá la paz interior. Esa es otra de las claves de su éxito. El no perder los pies de la tierra ni la estabilidad.
Marcelo Ríos lo dijo hace poco más de un año en una entrevista para este medio. “Me hace recordar mucho a mí, porque el pendejo es demasiado relajado. Lo fui a ver cuando jugaba contra el número uno y dos del mundo y él iba bostezando (en aquellas rondas Niemann firmó mejores números que Dustin Johnson y Justin Thomas). Él vive su mundo y en el mundo en que vive lo hace la raja y la cagó. Si está en ese nivel, con esa edad, y puede competir con los mejores del mundo, es porque tiene un don y ojalá nunca lo pierda. Esa facilidad, esa confianza que se tiene”, comentó el Chino tras conocer a Joaquín en Tampa durante un torneo del PGA.
Esa serenidad también la confirman Edo Miquel y su hermano Lukas, quienes en conversación con El Deportivo hablaron de la personalidad que tiene el que va camino a transformarse en uno de los mejores deportistas de la historia del país.
“Siempre hemos trabajado mucho la parte mental, desde que empezamos. En la Academia hacemos mucho coaching y ya estos dos últimos años se ha trabajado con psicólogos. Alejandro Serrano (su actual psicólogo) nos ayuda mucho y es alguien a quien le tengo mucha confianza. Joaco naturalmente tiene una fortaleza neta en esa área y le sale bastante fácil conectar y poder entregarse en los momentos bajo presión. Es algo muy natural y es algo que suelo decir: Joaco es Joaco, teniendo que definir un torneo o en un día lunes sin torneo. Él es muy sencillo y natural. Es alguien muy estable mentalmente”, analiza Miquel, entrenador de Niemann y director de la EM Academy.
Para Eduardo, la clave de Joaco fue entender más cómo manejarse bajo presión, algo que gracias a sus fortalezas mentales innatas fue un proceso fácil. Ese cambio también lo confirma Lukas, quien además cree que la personalidad de su hermano puede dividirse en dos momentos, porque con la adolescencia también llegó un cambio en la forma de ser del talagantino.
“Antes cuando era chico él era muy callado, se enojaba harto, pero con el tiempo pasó a no ser tan explosivo, a saber controlarse. No era tan bueno para abrirse y eso cambió en el último tiempo. Ahora es muy difícil verlo taimado”, lanza su hermano, ingeniero de profesión y amante del golf.
Es en medio de esa conversación donde Lukas confiesa que no ve a Joaquín con una persona con muchas dudas de su juego. Se arriesga incluso a ponerse en el lugar de su hermano en el día antes de la definición del Genesis Invitational. “Yo te puedo asegurar que el sábado en la noche, él nunca le dijo a su novia, ‘oh, estoy súper nervioso con lo de mañana’, no me lo imagino así. No creo que tenga muchas dudas en esas instancias y si las llegara a tener, que no creo, no las anda comentando. Él tiene herramientas para salir de ese escenario”, asegura.
Muestras de una mente especial, serena, fuerte y única. Una que lo ha llevado a las esferas de los mejores del mundo, pero que también lo aleja de los cánones tradicionales de la disciplina. Aún es recordada la escena en Hawai el año pasado, donde el chileno antes del desempate por el título, se fue a comer con su buen amigo Sergio García. En un momento donde muchos podrían ir corriendo a practicar, Niemann confió en su juego, sus golpes y su cabeza. Una anécdota que, para Eduardo Miquel, refleja su forma de ser: “Él siempre va a ser él, pero aún así es un tipo muy disciplinado. Tiene su sistema, su disciplina, hace las cosas bien, se prepara bien, hace muy bien la parte física. Pero sigue siendo él, es súper balanceado”.