John Beattie y el plan Arsenal anti hooligans
El inglés John Beattie fue clave en los métodos de convivencia en el estadio y prevención que hoy usa el cuadro 'gunner'.
Miles de personas simpatizan con el Arsenal inglés. Con 133 años, es uno de los más grandes equipos de la Premier League y ante la masividad de su hinchada han debido hacer frente. Desde hooligans a una versión más tranquila, luego de un proceso de seguridad adoptado por el club y en el que John Beattie, gerente de operaciones del Emirates Stadium, fue importante.
Conocedor de cómo se maneja el primer mundo del fútbol, Beattie explica que la clave fue que los equipos se hicieran cargo de la seguridad. "En el Reino Unido no tenemos policías en partidos. Proveemos seguridad con guardias privados. En Chile es difícil porque los clubes no pagan por policía. Si quieren tener su propia fuerza de seguridad, deben invertir".
La decisión del Arsenal obedeció a motivos económicos, pues era más barato tener guardias que pagarles a las policías, aunque también pesó la experiencia que querían entregar al hincha. "Tener cientos de policías no ayuda. Sí tener unos cuantos por si ocurre algo fuera de la ley, pero si suavizas el acercamiento a los fans, ellos no sentirían que están entrando a un evento militar y atraerías más familias. Se logra gradualmente".
Los guardias del Arsenal son empleados del club, entrenados para saber cómo actuar. "Buscamos técnicas de comunicación, porque también importa cómo lo dices y el fan reaccionará a eso. No solo son guardias, también guías capaces de entender cómo funciona el estadio". Cuando algo ocurre, "la seguridad actúa antes de que el incidente crezca. Luego las cuadrillas de respuesta salen a controlar. Como último recurso, llamamos a la policía".
El cambio se logró luego de años enfrentando incluso hooligans. "No quisimos entregarles poder. Tuvimos que erradicar el problema. El 2000 tuvimos un incidente en la final de la UEFA, en Copenhague. Identificamos a las personas, nos aseguramos de que fueran arrestadas y de que recibieran duras prohibiciones".
El Arsenal tiene cámaras de seguridad en todo el estadio y en el país rigen leyes que castigan delitos en el fútbol, como comentarios racistas e invadir y tirar objetos a la cancha. "La gente que incumple queda impedida de ir al estadio. Si vuelven y son descubiertos, van a la cárcel", cierra Beattie.
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