Johnny Herrera: "Estaba desgastado; yo ya tenía todo acordado para salir ahora de la U"

Johnny Herrera

Mañana empieza oficialmente la temporada 2019. Al menos para la U, que parte en la Libertadores ante Melgar. Un año que el arquero (37) asume con la sensación de que quizás sea su último de azul. Acaba contrato en diciembre.



"Oye, Nano, ponte la polera. No eres tan rico para andar paseándote así, hueón", dice un relajado Johnny Herrera, desatando risas entre los asistentes a una clase de CrossFit en Barbell box, su última gran inversión. La escena es del jueves. El capitán de la U se presenta con guantes de boxeo. Los deja arriba de la mesa y posa sin problemas para las fotografías. Se toma todo el tiempo necesario. Ya no se ve al Johnny pasado de revoluciones: "El nacimiento de mi hijo me hizo bajar un cambio. No te voy a latear describiendo lo que se siente, pero cuando ahora me dan, pongo la otra mejilla. Eso sí, las anoto".

¿Ve alguna diferencia en esta U que se está armando?

Desde que volví, que no había tanto recambio. Son 10 nuevos y se fueron hartos. Fue un remezón fuerte. Se fue Jara, el Quili, Lorenzetti, jugadores con mucha trayectoria y que obviamente te mueven un poco el piso.

¿Se ilusiona con 10 refuerzos?

Creo que sí. Quizás es un poco frío lo que digo, pero es muy difícil que todos los que llegaron den resultado altiro. De hincha, hasta yo puteé a Montillo y veía que no pasaba nada. Después, todos le celebramos goles. La experiencia te dice que puede suceder esto cuando se llega a un equipo tan grande. Es de esperar que Oroz y Jimmy se logren afiatar lo antes posible. En esos puestos, se necesita más experiencia que talento.

¿Era necesario este remezón?

Sí. A veces los futbolistas se echan en sus buenos contratos. Por haber ganado tantas cosas, les da lo mismo jugar o no. Cuando pasa eso, tiene que haber un cambio. Los que nos quedamos tenemos que ponernos las pilas. Llega un compañero nuevo y te quita el puesto porque pasó la vieja. Estoy consciente de que tengo que rendir todos los días, partido a partido, más allá de que sea el jugador más exitoso del club. Eso no sirve. El hincha nuevo de la U se volvió muy exigente, demasiado, se volvió demasiado exitista.

¿Los que se fueron ya estaban "echados en su contratos"?

No, pero sí creo que algunos, como Gonzalo o Quili, no lo estaban pasando bien. Isaac Díaz es otro. Conversé harto con él y cuando te sientes muy criticado, muy apuntado, no lo pasas bien. Hasta a mí me ha pasado.

¿Este equipo da para pelear Copa Libertadores y Torneo Nacional?

Nos estamos conociendo todavía. Paso a paso. A medida que transcurra el año, vas conociendo lo positivo y lo negativo de todos.

Bajan la media de edad, pero ninguno es de la cantera. ¿Qué pasa?

Tema profundo. Hemos tocado ocho millones de veces lo pésimo que se hacen las cosas en cadetes. En cadetes me deben querer matar, pero cuando uno dice las verdades no tiene problemas en mirar a la cara a la gente. Nosotros somos un desperdicio de jugadores en cadetes. ¿Cómo hacer entender a nuestros dirigentes que tenemos una mina de oro que no hemos explotado? Somos jugadores de primera categoría. Los niños, a los primeros equipos que se van a probar son la U, Católica y Colo Colo. Si no logras explotar eso, y sí lo hacen otros como Audax, Palestino, O'Higgins, que sacan y sacan jugadores, es porque claramente algo no estás haciendo bien. Ahí debe haber un remezón importante.

Tocalli acusa que al cadete chileno le da todo lo mismo.

Sí. Hoy es una consigna clara la que tienen los cabros chicos. Con una vez que salieron en la tele, o los sigan más gente que a los amigos en las redes, se creen la raja. Como que consiguieron todo solo porque destacan un poquito más que sus amigos del barrio. Cambiar esa mentalidad es un trabajo fuerte, que debe hacer gente con personalidad.

¿Quería que Jeisson Vargas, un barrista de la UC, llegara a la U?

Es un tema complejo. Siempre abogué porque los jugadores fueran lo más identificados con nuestro club, era lo ideal. Después, eso se desvirtuó porque llegaron ex Colo Colo que me taparon la boca. Caroca, si hubiese salido de la U, hoy sería ídolo absoluto por lo que corre y mete. Ante eso, que Jeisson viniera o no viniera, ya me daba lo mismo. Incluso soy cercano a un familiar de Vargas, y el gallo se moría por venir a la U. Si él tenía tantas ganas de venir, y que el club que lo formó le prive, le corte las alas y las piernas, no me parece. Lo privan de una oportunidad tan grande de jugar en un equipo como la U solo por temas de ellos. Es triste porque no dejan crecer a tu propia gente. Si el gallo quería venir acá, enderezar su carrera, y le iba bien, hubiese sido espectacular. Rara decisión de Católica de haber pataleado tanto porque venía un jugador de ellos. Más aún porque nunca se pronunciaron, hicieron todo por debajo de la mesa.

¿No hay una fijación de la U en jugadores de la UC?

¿Quién dijo eso?

Quisieron a Hans Martínez, Silva, Meneses, Mirosevic...

No, nada que ver. Yo diría todo lo contrario. Ellos se llevaron a Ponce, a Olarra y que incluso llegaron allá. A Hans Martínez no me acuerdo que alguien lo quisiera traer. A Meneses, Sampaoli sí lo quiso. Pero hay que ver el interés de ellos también. Conozco muchos en la Selección que, sin dar nombres, vendrían felices a jugar a la U. El mismo caso de Jeisson.

Kudelka pensó en irse. ¿Lo ve más tranquilo?

Estaba tranquilo hasta hoy por lo menos. Vamos a ver cómo sigue. Tiene muchas ganas de hacer algo bueno. Con los días, puede exigir un poquito más y pedir jugadores. Lo veo conforme con el plantel, pero denoto que necesita un par de jugadores más, y yo también siento lo mismo. Alguien que acompañe a Jimmy Martínez en el medio, por ejemplo.

¿Se le debe renovar a Kudelka?

Más allá de los resultados hay que ver cómo se siente él. Hay que ver las ganas que tiene.

¿La directiva escuchó la reestructuración que usted pidió?

En parte, sí. Hoy echaron gente, siguen echando gente, y eso es lamentable. También son tantas las aristas que fallan que realmente no debe ser fácil cambiar un cuento completo. En cadetes debe haber un remezón fuerte. Pareciera que muy poco les importa cadetes, te lo juro. No veo un hambre en los cabros que llegan a entrenar con nosotros. Hoy hicimos pelota parada y de 50 pelotas, no nos ganaron ningún cabezazo. No hay un jugador que uno diga "este sí, este te quiere comer las patas". No sé si me hicieron caso, pero sí me gustaría que entendieran que lo único que quiere uno es que al club le vaya bien. Para mí, apretando más, siendo más paco, estando día a día ahí, resultaría todo mejor.

¿Se expone Heller al seguir hablando de un estadio que parece cada vez más difícil?

Es que lo dijo cuando llegó. Y si lo dijo, lo tiene que mantener, no se va a desdecir. Si lo prometió, lo tiene que cumplir. Está difícil, porque hoy parece que llevar un estadio significa delincuencia. Y no es así. El proyecto es súper bonito.

¿Es necesario tener un estadio?

A todo el mundo le gustaría tener casa propia. Si la U construye un estadio me retiro en él feliz. Me gustaría porque además es una arista que siempre te saca la contra: "el estadio, el estadio, el estadio". Pero ya vendrá.

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¿Le llamaron la atención los cambios a nivel gerencial?

Lo de Pablo Silva fue desgaste personal. No es fácil estar al mando de la U. ¿Le cuento algo? En mi caso fue parecido. Estaba desgastado. Yo tenía un acuerdo para salir ahora de la U, en diciembre pasado. Toda la gente decía: "no, este hueón vende humo, eso que dice es mentira". Yo llegué a un acuerdo con Pablo Silva y quedó sujeto a aprobación del directorio, en lo económico y todo. No sé qué habrá pasado. También era por un tema de desgaste generalizado. Tenía que estar pendiente de muchas cosas, no solo de lo que pasaba en la cancha. Uno se cuestiona por qué no se puede dedicar solo a jugar a la pelota. Esos detalles te desgastan y te dan ganas de querer salir, como me pasó en su minuto. Pero ahora estoy renovado, el mes de vacaciones me sirvió y con objetivos nuevos. Este año tiene que ser el mejor para mí. Me di cuenta que esta es mi casa y es difícil abandonarla.

¿Lo llamó Everton?

Sí, me llamó Everton. Me ofreció mucho amor, amor, amor y amor.

Nadie vive solo de amor.

Pero yo iba por amor, tenía ganas. Después me cambiaron las reglas. Conversamos, pero nunca hablamos de temas económicos. Solo quedó en una junta. También me llamaron varios equipos de Santiago. Me sentí hasta más querido que en la propia U, te juro. Por lo menos sé que tengo pila para rato y que hay gente del medio que reconoce que juegas bien. Eso me deja más tranquilo.

Se le vio molesto con Soteldo por tardar tanto en decidir su salida.

Si, lógico. Cuando uno quiere estar, está; y cuando no, se va nomás. Lo bancamos, lo protegimos, nos desvivimos para que su situación mejorara. Creo que lo solucionó. Estuve 40 minutos convenciéndolo para que pidiera disculpas públicas y no quería. Me decía que le tenía que preguntar a su representante. Es un extraodinario jugador, pero demasiado influenciable. Y le puede jugar en contra.

Critica continuamente el manejo del club. ¿Se siente intocable?

No, cero. Siempre he sido igual, pero soy cero intocable. Soy consciente de que la mitad del directorio me debe querer poner un voleo. Pero me gustaría que me lo dijeran a la cara. Y si les encuentro razón, se lo diría, les doy la mano. Como con Pablo Silva, que así fue la conversación de mi salida. Le dije que había un desgaste para los dos lados. "Ustedes no me quieren, lo sé, porque tampoco soy hueón; y yo tampoco los quiero mucho, a su administración". Me planteó una forma, acordamos, y se lo tenía que plantear al directorio. Y se fue, poh. Pero fue la mejor decisión haber continuado.

¿No le retan por sus palabras?

Pablo Silva me paqueaba. Parecía mi papá. Tenía casi mi misma edad y además se creía lolo. Yo le decía el Zabaleta de los pobres. Pero yo les preguntaba por qué les molestaba tanto que dijera la verdad. Ni siquiera les pedía que me hicieran caso, sino que hicieran lo que corresponde. El mismo caso de Pinilla: me junté con Sabino, con Pablo, con Ronald, convencí a mis compañeros, a todo el mundo, para que no lo echaran. Porque iba a quedar la cagada. Lo echaron y quedó la cagada. Son cosas que uno por experiencia se las sabe al revés y al derecho. Agradecería que escucharan un poco más la experiencia. Obviamente había compañeros que no lo querían de vuelta, pero es parte de lo que es un plantel.

¿No le da miedo que no le renueven por sus palabras?

Me daría lo mismo. Lo que vale es la cancha. Si me evalúan por lo que hago ahí, veremos cómo se da.

¿Se han acercado a conversar sobre su continuidad?

No, nada. Ahora está Sabino y le deseo lo mejor. Y que se apoye, uno nunca se las sabe todas. Es clave en el éxito. Estoy para ayudar. Me encantaría que entendieran que lo único que quiero es que al club le vaya bien.

¿La espalda no es un problema?

No, fui a un médico que me encontró la falla y se solucióno con la simple y sagrada prevalina. Empecé a tomar y se me quitó. Estoy perfecto. Tengo 37 años y estoy claro, porque estudié educación física, que el cuerpo empieza a perder en un diez por ciento. Sé que pasará, y que voy a bajar mi rendimiento, pero sinceramente estoy súper bien fisica y sicológicamente.

¿Pensó en retirarse por la lesión a la espalda?

Estuve jodido un tiempo porque no me dejaba jugar. Es cuando uno quiere y no puede. Estaba tan mal que sí se me pasó por la cabeza el retiro. También se me pasó por la cabeza operarme y pensé estar cuatro o cinco meses fuera y volver el último semestre. Pero gracias a Dios lo mejoré en poco tiempo. Eso sí, estuve cerca de tres semanas sin poder caminar, sin poder pararme cuando estaba acostado. Es un dolor que no se lo doy a nadie. Hoy estoy sanito.

¿Cuánto le queda en el fútbol?

No sé. Más allá que me resten condiciones, será cuando me aburra. Sinceramente me veo súper bien. Más allá que esté viejo, me veo maduro para el puesto.

¿Se está cuidando más? ¿Carretea menos?

Sí, es que también tengo familia. Antes carreteaba más porque estaba soltero. Hoy si no carreteo, voy a jugar tenis por ejemplo, o vengo al gimnasio. Me sigue sobrando pila, y por eso siento que me queda para jugar para rato. No sé si va a ser en la U, más allá de que si me voy sería por las diferencias con la gente que administra el club. Me siento súper bien.

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