Jorge Cancino (49) no tiene demasiados descansos. Como muchos, el presidente de la Comisión Nacional de Control de Dopaje (CNCD) ha debido soportar por casi un mes una cuarentena en la que el teletrabajo lo tiene avanzando en la redacción de sus investigaciones universitarias relacionadas con la fisiología del deporte, su especialidad. Pero además está siguiendo las confesiones de dopaje y antecedentes de redes que propician el, juego sucio que durante los últimos días remecen a ciclismo chileno.
¿Qué puede hacer la Comisión?
La Comisión tiene un plan de control programado, tanto en competencia como fuera de competencia y nos adscribimos al normamiento de la WADA. Eso es lo que hacemos y lo que venimos haciendo. Es evidente que en estas acusaciones que se están haciendo entre deportistas no tenemos mucho que hacer al respecto.
Hay un deportista que describe con nombre y apellido en esta red de dopaje.
Con las herramientas que hoy tenemos, hay dos opciones. Una es que un deportista puede entregar información que permita ser casual de lo que se denomina una ayuda sustancial. En este caso, un deportista sancionado podría solicitar esa opción y de comprobarse, el Tribunal podría eventualmente reducir su sanción. La otra es que como Comisión tenemos la posibilidad de que cuando recibimos alguna información, siempre que llegue formalmente, podemos hacer nuestras investigaciones y con ello realizar controles frecuentes y dirigidos.
¿Sólo esas herramientas tienen para combatir a los tramposos?
No tenemos más opciones. Es claro que para tener apoyo de control y lucha de dopaje más solida, se necesita una ley antidopaje, sin duda. Con una ley, situaciones como las que aparecen en el diario podrían ser investigadas por las policías.
El porte, el consumo y todo lo que tenga que ver con las sustancias prohibidas en Chile ni siquiera son faltas éticas para la Ley.
Es que muchas de estas sustancias son de uso terapéutico y eso no se puede sancionar. Por eso, con una ley antidopaje, también puedes involucrar a aduanas para controlar el transporte de sustancias que pese a estar dentro del marco legal, pueden ser utilizadas para cometer infracciones a las normas de dopaje. He visto que es la voluntad de las autoridades avanzar hacia ello.
¿Es urgente crear una ley antidopaje?
Sí. Están las voluntades y debemos recoger las buenas prácticas de otros países, que van avanzando a ella. Existe una red internacional de buenas prácticas en el control de las sustancias prohibidas, que incluye a la Interpol. En noviembre asistimos a una reunión mundial en Medellín, donde estrechamos lazos para ir aportando como CNCD para una ley antidopaje. Con ella, se fortalecerían los trabajos de control, porque se establecerían algunas infracciones como delito, y las policías investigarían y desbaratarían redes de dopaje.
O sea, pese a todos los antecedentes la CNCD no puede hacer mucho.
Lo que hacemos es lo que está a nuestro alcance: controles dirigidos, acusamos en casos de resultados analíticos adversos y el Tribunal de Expertos en Dopaje (TED) sanciona. Necesitamos una ley antidopaje.
¿Qué se puede hacer, entonces, con las denuncias de Nicolás González?
Lo que hemos venido haciendo, muy eficientemente por lo demás. Hemos detectado los casos, pero es evidente que el tramposo intenta siempre escabullirse. Nosotros hemos detectado a muchos y, claramente si estas declaraciones hubiesen salido sin tantos casos comprobados, no estaríamos haciendo nuestro trabajo. El tramposo tiene herramientas para hacer trampa, pero nosotros tenemos cada vez más herramientas para pesquisarlo. El siguiente paso es que la CNCD tenga el apoyo para ir desbaratando redes.
Si nos dejamos solo llevar por las acusaciones que se han hecho, pareciese estar claro quiénes son parte de esta red de dopaje.
Es que no hay un delito. Nosotros no podemos hacer más, porque no está dentro de nuestras facultades. Es más, si hiciésemos una denuncia a la Justicia, no serviría de nada porque el dopaje no es un delito en Chile. Si tuviéramos una ley en la materia, todas esas denuncias serían investigadas.
Entonces seguirán cayendo deportistas tramposos, pero no quienes suministran y coordinan su dopaje.
Solo con una ley que tipifique el dopaje como un delito podremos perseguir a la red completa.
¿Qué le parece que el COCh no pueda exigir a los deportistas desligarse de los entrenadores con reiterados casos de dopaje?
No puedo referirme a ellos, porque si no pueden hacerlo, por algo será.
Artur Lopes, presidente del Antidopaje de la UCI, concluyó que “en Chile hay una cultura que avala las prácticas de dopaje”.
Este diagnóstico sin duda es preocupante. Por eso, este informe es una oportunidad para acelerar el proceso y que como país tengamos más herramientas. Insisto, somos el ente que controla, que educa, pero no somos fiscalizadores, no tenemos garantías.
¿Qué es más grave: suministrar o consumir sustancias prohibidas?
Todo es grave. El deportista que consume y el entrenador que decide dopar a sus deportistas. Hoy los entrenadores no pueden ser sancionados y eso es parte de lo que se debe sancionar. La educación es fundamental y nosotros la hacemos. Ahí es donde debemos ir involucrando a actores de todo el país. La educación es algo que tenemos muy avanzado, pero necesitamos fortalecerla, para que los chicos que están en etapa de desarrollo entiendan que al final los grandes perjudicados son ellos. Hoy, no tenemos como ir detrás de las redes de dopaje.
¿Qué avances tiene en agenda la CNCD?
En cuanto a lo que nos compete, sería entrar en el pasaporte biológico y desarrollar los controles sanguíneos. El Estado nos apoya en lo que solicitamos.
El año pasado, un informe de la policía en el aeropuerto de Medellín indicó que Antonio Cabrera y Felipe Peñaloza portaban sustancias prohibidas. Este hallazgo fue desestimado por las autoridades deportivas colombianas y chilenas. ¿Por qué?
Hicimos todas las consultas respectivas a Colombia y de vuelta se nos respondió de que no había más (sustancias) que las declaradas en ese minuto. El caso se cerró allá.
¿Esa respuesta quién la entregó?
No recuerdo si fue Antidopaje o el Comité Olímpico de allá. Ahí hicimos lo que debíamos hacer: pedimos antecedentes al Antidopaje colombiano y ellos respondieron que la testosterona no estaba presente.
¿Entonces el policía a cargo del procedimiento mintió?
No sé quién hizo la declaración, pero esto es lo mismo que la denuncia actual. Cuando alguien habla también se podría interpretar como difamación o calumnia. Nosotros, responsablemente, hicimos todas las consultas formales en base a lo que su diario publicó, pero la información oficial que recibimos fue que no existían esas sustancias. Lo que dice alguien a un medio escrito no constituye prueba.
Da la sensación de que la Comisión está atada de manos ante este tipo de denuncias.
No hablemos de manos atadas, porque no es así. Nosotros operamos en el marco que el Código Mundial Antidopaje señala. Ahora, si se logra la confección de una ley que tipifique como delito el dopaje, evidentemente que crecemos.