Jorge Osorio: “Los técnicos cumplen una función y dentro de ella no está protestar cada decisión del árbitro”

Jorge Osorio

El presidente de la Comisión de Árbitros reflexiona acerca del desarrollo de la actividad referil y de los planes que tiene para su gestión. También habla de su rol docente y de la irrupción de las mujeres en el referato.



Jorge Osorio es multifacético. Ingeniero industrial de profesión, árbitro por vocación, ex dirigente sindical de los jueces y profesor en el INAF, hace cinco meses que asumió una labor demandante y expuesta a críticas: reemplazó a Enrique Osses en la presidencia de la Comisión de Árbitros de la ANFP. Vale decir, es el hombre fuerte del referato a nivel nacional. Desde ese puesto, intenta darle un cariz propio a la gestión. “Voy a partir del inicio. Fue complejo, puesto que tuvimos que jugar muchas fechas en poco tiempo, dada la pandemia. A veces tuvimos tres partidos por semana, lo que nos generó bastantes problemas en recursos humanos, disposición de árbitros, protocolos sanitarios que había que cumplir. Sudamos mucho, primero, para cumplir con tener árbitros en la cancha. Por lo tanto, el tema técnico no pudimos abordarlo quizás de la manera en que hubiésemos querido. Es decir, poder hacer una evaluación más exacta, haber hecho trabajos prácticos para desarrollar ciertas habilidades en los árbitros que no estaban mostrando. Es lo que se nos presentó, pero este año tenemos más planificación. Pudimos hacer una planificación de un año completo, cosa que no pudimos hacer antes por estar en la gestión, en la práctica día a día. Estamos contentos, porque considero que este año podremos desarrollar varias cosas que quedaron pendientes del año pasado”, dice en El diván del Kily, de El Deportivo, a modo de resumen de sus cinco primeros meses a cargo del organismo.

¿Va a buscar un sello para el árbitro chileno en su gestión?

La verdad es que yo siempre he ido a la pregunta de qué se quiere de un árbitro y si yo le pregunto por el mejor árbitro, seguramente va a concordar en una persona o dos. Es bastante claro lo que se quiere de un árbitro. De un árbitro se quiere que sea una persona que aplique las reglas del juego sin tener excesivo protagonismo. Y lo más importante no está relacionado con que acierte en todas las decisiones, sino con la credibilidad, con la forma de conducir el juego. Más que un sello, que quedaría muy definido y no es lo que quiero dejar, buscaré potenciar competencias en los árbitros para que busque este perfil, que, realmente, no tiene un sello definido. La verdad es que debe tener varias condicionantes, características especiales. Habilidades sicológicas y, sobre todo, comunicativas. El árbitro que se comunica bien con el jugador, puede persuadirlo en su accionar. Es decir, más allá de sancionar bien, que es muy importante para el control del juego, también tiene que ver con cómo se relaciona con el medio. Yo trabajaría más en estas competencias con las que el árbitro pueda conducir un partido de forma efectiva y donde todos quedemos convencidos de que el arbitraje pasó desapercibido.

Jorge Osorio en su época como juez.
Jorge Osorio en su época como juez. (Foto: Agenciauno)

¿Estamos asistiendo a un cambio generacional en el arbitraje chileno?

Sí, bueno, bastante obligado, bastante empujado. Nosotros somos bastante tradicionales en nuestros procesos. Es difícil que un árbitro salte muchas categorías sin haber quemado las etapas. Porque consideramos que un árbitro se hace, en parte, por los errores que ha cometido. No hay ningún árbitro que esté en la alta competencia que no se haya equivocado. Todos se equivocaron. Necesitamos que el árbitro cometa errores, porque esos errores lo fortalecen para no volverlos a cometer. O le dan la habilidad para poder salir de ciertos errores que haya cometido en el juego y no quede condicionado. Somos bien tradicionales en el proceso, pero producto de la pandemia y de las burbujas sanitarias tuvimos varios árbitros que estuvieron meses en el exterior y tuvimos que poner rápidamente árbitros en la cancha. Árbitros que son de Primera División, que tienen un nivel, pero que quizás no hubieran estado en partidos tan detonantes como en los que sí estuvieron. Y que nos resultaron. Árbitros que demostraron que tienen las competencias para estar ahí y faltaba un poco más de nuestra confianza, que hoy la ganaron. Hay una generación nueva

¿Habla de Juan Lara, Rodrigo Carvajal…?

Exactamente. Y así, otros nombres. Yo diría que son fácilmente seis nombres que nos van a dar muchas satisfacciones. Cuando lleguen a ser árbitros internacionales nos van a representar bien

A propósito de renovación, ¿me puede explicar bien qué es mano y qué no, según las últimas modificaciones?

Hubo una modificación a las reglas del juego que estamos incorporando desde esta fecha, que ya comenzó. Efectivamente, respecto de las situaciones de mano, que son las situaciones controvertidas que hemos tenido en Chile y en el mundo, FIFA estableció que no toda situación de mano debe ser considerada infracción. El hecho de que un balón toque en la mano no es necesariamente una infracción por mano. Y después dejó establecido que la mano se puede justificar siempre que vaya en consecuencia al movimiento propio de esa acción. Es decir, el árbitro tiene que evaluar si esa mano, ese movimiento, es causa del movimiento natural para esa acción, considerando que el jugador va a mover su cuerpo y sus manos se pueden mover producto de esa acción. Y hay otras en que el jugador simplemente quiere actuar como una muralla, como un bloqueo. Entonces, su intención es interponerse. Si tiene abierto el brazo, pasaríamos a cobrar.

¿Está bien que, en alguna medida, se les devuelva el criterio a los árbitros?

Siempre ha sido muy a interpretación del árbitro, porque tiene que entender el fútbol. El árbitro debe ser futbolizado y entender el momento del juego. Esto es complejo porque lograr la consistencia entre un árbitro y otro no es una cuestión de un día para el otro. Es un trabajo continuo. Hay que tener 100 videos para consensuar una decisión en cada situación distinta. Eso no asegura que no aparezca la 101 en un partido y el árbitro va a tener que ocupar su lectura, su sentido futbolístico, para poder tomar la decisión.

¿Concuerda con lo que declaró Gustavo Poyet, quien se mostró sorprendido porque acá se reclama por todo? Además, ahora, por los estadios vacíos, se escucha más.

Si. Yo creo que es una combinación de ambas. Efectivamente, se perdió un poquito, por parte de algunos técnicos, eso de entender que ellos cumplen una función en el campo de juego y dentro de ella no está protestar cada decisión del árbitro. De hecho, la regla del juego sí establece que el director técnico, el cuerpo técnico, los oficiales de la banca deben cumplir con un comportamiento adecuado. Desde ese entendimiento, sumado a que hoy todo se escucha, así como nos tuvimos que adaptar a la tecnología y hacer entrevistas vía Zoom, también van a tener que adaptarse a que cada grito y cada situación de reclamo es escuchada y si el árbitro considera que el comportamiento no es el adecuado, va a tomar las medidas disciplinarias que correspondan

¿Qué instrucciones tienen, en ese sentido, los árbitros?

Por parte nuestra hay una instrucción específica. Nosotros consideramos que lo que necesita un arbitro para poder dirigir bien un partido es concentración, en el juego. Todo lo externo viene a atentar contra esa concentración. Por lo tanto si un árbitro viene escuchando estos reclamos, que son reiterados, que lo están complicando o que le están ocupando parte de su concentración, tiene que tomar las medidas. Esa instrucción está dada y los árbitros tienen que aplicarla, solamente.

Jorge Osorio, como árbitro, discutiendo con el entonces técnico de Palestino Germán Cavalleri.
Jorge Osorio, como árbitro, discutiendo con el entonces técnico de Palestino Germán Cavalleri. (Foto: Agenciauno)

La herencia de Osses

¿Ya no hay margen para lo que antes llamaban conducción?

Lo que pasa es que así como nosotros desarrollamos ciertas habilidades comunicativas en los árbitros, también el árbitro debe ser capaz de desarrollar sus habilidades sicológicas en el sentido de poder identificar con quién puede conversar, quién va a atender la solicitud del árbitro y quien, definitivamente, no va a entender. Y eso es una capacidad que cada árbitro va a poner en práctica en su partido. No necesariamente va a ser un árbitro igual que el otro. Habrá alguno que tiene una comunicación más efectiva y no necesariamente tendrá que llegar a las tarjetas. En función de eso, los árbitros tienen toda la gama para ocupar en su partido. Desde advertencia hasta expulsión.

¿Ha cambiado la preparación de los árbitros en este proceso de partidos sin público? ¿le han dicho si son muy diferentes?

Yo, particularmente, lo viví. Efectivamente, eso del público que se comenta, los árbitros en realidad no lo sienten. Cuando lo han sentido, favorece, porque hay una motivación extra. Un buen ambiente, un estadio lleno lo motiva. El árbitro también juega un partido. Por lo tanto, que su partido sea atractivo también le genera motivación. Es un deportista y hay que entenderlo de esa manera. Ahora, que no hay público, obviamente nosotros tenemos que trabajar en mantener la concentración, en que cada situación externa que ocurra afecta la concentración del árbitro. Por lo tanto, nuestro trabajo está enfocado en mantener la concentración y en que el árbitro pueda mantener una conducción adecuada. Hoy, la comunicación entre árbitro y jugador siempre está muy expuesta y cierto diálogo que quizás antiguamente podía tener, bien entendido, ahora hay que cuidarlo y mantener las distancias apropiadas.

¿Qué recibió como herencia de la labor de Enrique Osses?

La verdad es que trabajé con Enrique mucho tiempo y me encontré con un grupo ordenado, con cosas que funcionaban bastante bien. Nosotros vinimos a hacer una continuidad, obviamente vamos a dar unas pinceladas donde corresponde, donde veamos puntos de mejora. Es imposible que el arbitraje esté funcionando a la perfección. El día que yo me vaya, seguramente mi sucesor va a tener que hacer algunas correcciones a áreas de mejora que yo no logré pesquisar en su momento. Así que yo diría que como continuidad fue bastante fácil para nuestro equipo, puesto que la estructura en general ya estaba armada y simplemente tuvimos que hacer algunos retoques en ciertas áreas.

¿Dónde hay que cambiar el arbitraje chileno?

Yo diría que hay que hacer una retroalimentación más efectiva con el árbitro. El aprendizaje logra su efecto si el arbitraje se cierra. Es decir, se abre con una planificación del partido y con un apoyo técnico. Es decir, un árbitro que va a un partido ya recibe todo el estudio táctico de los equipos que se van a enfrentar. Eso le sirve para su posicionamiento en el campo de juego, lo que nos asegura buenas decisiones. Partimos desde antes. Y luego se tiene que ‘cerrar’ con una retroalimentación que ya no es decir que ‘en el minuto tanto pasó esto’. Es verlo. El árbitro necesita revisar ese video, ver por qué no decidió bien una situación, porque su posicionamiento debió ser este y por qué no llegó ahí. Seguramente porque no anticipó la situación, no tuvo la lectura adecuada, sabiendo cómo juegan los equipos y no se adelantó a la siguiente fase de juego. Ese cierre es súper importante para que el árbitro tome conciencia de lo que debe mejorar para el siguiente partido y eso lo sumamos con un trabajo práctico donde el árbitro realice estos movimientos, los sistematice y en el siguiente partido no tenga que pensarlos para hacerlos.

Osses cuestionó la presencia de Manuel Rodríguez González en la Comisión, aduciendo el rol que cumple como asesor legal del directorio sindicato de árbitros en un controversia por falta de transparencia en el uso de los recursos de la organización ¿hay un conflicto de interés?

La verdad es que soy un técnico arbitral. Yo elijo a mi equipo de trabajo y lo valoro por lo que pueden entregar a este equipo. Mi equipo está elegido por mí, porque considero que van a ser un valor agregado a mi gestión. Después, comentarios más, comentarios menos, no es un tema que me preocupe mucho. Estoy enfocado en la parte técnica, en hacer un buen trabajo con los árbitros y, en realidad, siempre va a haber comentarios o temas relacionados a las personas, pero hay que entender que nosotros hacemos un trabajo técnico. Yo no me desconcentro con estas otras cosas.

Dentro de ese trabajo técnico, los árbitros aspiran a una autonomía respecto del directorio de la ANFP, ¿cómo es su relación con Pablo Milad? ¿Han podido consensuar el perfil de árbitros que formarán o la manera en que se conducirán los partidos, por ejemplo?

La relación Comisión de Árbitros con el directorio debe ser fluida. Y eso se está cumpliendo cabalmente. No tengo nada que decir. Siempre desde la mirada de cómo pueden aportar, entendiendo que el arbitraje es un área conflictiva, que siempre genera controversias. Entendiendo que nuestra función es compleja, pero teniendo la disposición de apoyarnos. La autonomía siempre ha existido y es algo que vamos a defender siempre. Por eso las comisiones están aparte de un directorio, porque necesitan la autonomía para tomar esas decisiones técnicas, con personas de competencias técnicas. Por eso nuestra comisión está conformada por ex árbitros internacionales.

¿Qué tipo de árbitros le gustan: los dialogantes o los tarjeteros?

Mi opinión sería sesgada puesto que yo era más dialogante. Pero, insisto, sería un sesgo. Creo que existe un árbitro para cada partido. Es mi opinión en la perspectiva del tiempo. Necesitamos árbitros con otro estilo, dependiendo del partido. Tomar una decisión para un árbitro en cada partido depende de varios criterios. Y tiene que ver cómo es el árbitro. Un árbitro que dialogue más puede servir para un partido en que sabemos que las pulsaciones serán altas y que una tarjeta que sale muy rápido le puede generar un problema después al partido. Es importante que identifiquemos estos perfiles, pero no tratar de imponer uno. Cada uno puede triunfar en su perfil, en su estilo. Tenemos esa convicción. Hoy ya no tengo preferencias.

A Tobar ya debe ser difícil cambiarle el estilo, que por lo demás les gusta a los jugadores, pero ¿a los árbitros jóvenes hay que llevarlos por una línea?

No. No estoy de acuerdo con eso. Nosotros tenemos que entregarle las competencias a cada árbitro. El sello es su esencia. Y no voy a cambiar su esencia. No puedo obligar a un árbitro a hacer algo que no le nace, porque no va a ser natural, el jugador no lo va a ver natural. Por lo tanto, considero que cada uno tiene que buscar su estilo, que lo va a ir generando partido a partido. Por eso hablaba antes de los procesos. Cada árbitro genera el suyo. Nosotros tenemos que trabajar en las competencias, técnicas, de habilidades comunicativas. El estilo tiene que nacer propio.

¿Igual se les corrige a un Tobar o a un Julio Bascuñán?

Todos los árbitros están sometidos a las mismas instrucciones. Por lo tanto, un error de un árbitro A respecto de un árbitro Z también es abordado de la misma manera, pero no solo desde el punto de vista desde la sanción o la recriminación, sino desde la retroalimentación, para que el árbitro identifique en qué está fallando y el próximo partido lo mejore. En el fondo, lo que nosotros queremos no es quedarnos sin árbitros, no es que estén todos sancionados. Lo que queremos es que dirijan bien el siguiente parrtido.

A propósito, y esta es la pregunta que quiero hacer desde siempre, ¿los árbitros, si dirigen mal, reciben castigo?

Sí. Efectivamente, existe un reglamento interno que establece tramos de sanciones, así como el código de disciplina de los jugadores, que establece tipos de sanción dependiendo del error. Obviamente, los que tienen menos castigo son aquellos errores de apreciación, que el árbitro interpretó mal porque estaba mal ubicado, estaba cansado o no le llegó oxígeno al cerebro en ese momento. Son errores que tienen menor sanción. Hay otros que tienen mayor castigo, que son los que tienen que ver con mala aplicación de las reglas del juego.

¿Va a llegar el momento en que nos enteremos de que un árbitro X fue sancionado con dos partidos, porque se equivocó en un Superclásico, por decir algo?

Yo creo que hoy todo se sabe, la verdad. Es difícil que algo no se sepa, pero por nuestra parte no se van a enterar, porque entendemos cuál es el beneficio para el árbitro, que es lo que nos interesa mejorar. ¿Cómo entra el árbitro al próximo partido después de dos o tres fechas de sanción? ¿Qué le van a decir los jugadores cada vez que tome una decisión? Por lo tanto, desde nuestra parte, no, independientemente de que nosotros tenemos nuestro conducto regular e informamos al directorio de cualquier sanción.

¿O sea, hay que comparar la nómina de la fecha pasada con la siguiente para sacar conclusiones?

Podría ser, aunque también no, porque puede haber lesionados o designaciones internacionales. Quedaría en la duda, pero quiero que entiendan que no es por el hecho de ocultar la información. De hecho, ahora nosotros estamos preparando un video al término de cada fecha, donde vamos a dar nuestra opinión técnica respecto de las decisiones cruciales que se tomaron durante la fecha. Por lo tanto, van a saber si la decisión fue correcta o incorrecta según nuestra opinión, como comisión técnica.

Esa respuesta la darán ustedes como comisión, pero los hinchas se preguntan por qué los árbitros no hablan…

No, porque el árbitro quedaría muy condicionado, muy comprometido para un siguiente partido con los equipos que están involucrados, para bien o para mal. Por lo tanto, nosotros consideramos que, para cuidar la investidura del árbitro, si hay alguien que tiene que salir a dar una explicación no es el propio árbitro, sino la comisión que está a cargo de ellos.

El profe Osorio

Usted es director de la carrera en el INAF, ¿lo llena tanto como dirigir o como encabezar a los jueces?

La verdad, me gusta mucho lo de la enseñanza, aunque, como se dice, y es así, es un proceso de enseñanza-aprendizaje, que va en ambas direcciones. Me interesa mucho desarrollar las competencias base de un árbitro en el futuro. Por lo tanto, en mi rol, desarrollamos un nuevo plan de estudios en 2019, modificamos varias asignaturas, las actualizamos a lo que necesita un árbitro de hoy y agregamos la tecnología. Pudimos conseguir un simulador de VAR permanente. Cada asignatura de tecnología aplicada va a tener la posibilidad de trabajar como VAR o AVAR. A nosotros nos llegó la tecnología y tuvimos que vivir el proceso en la competencia.

Ahora, al director de la carrera no le gustaba el VAR. Usted lo declaró.

Pensando como árbitro, efectivamente, quedaba en desventaja en relación a los que han tenido VAR, que no lo tuve. Y hay muchos exárbitros a los que les gustaría haber tenido VAR, porque son cuestionados hasta hoy por una decisión que tomaron en el pasado. Entendiendo que el VAR les permite a los árbitros poder ir a dormir tranquilos, situación que a muchos de nosotros no pudimos una semana por una mala decisión, obviamente es necesario. Le da a nuestra competencia un valor agregado que quizás no se ve, porque estamos acá, pero desde afuera una competencia que tenga VAR es una competencia organizada y que está apostando a la justicia deportiva. Sé que hemos tenido jugadas controvertidas, pero aún así, de los 190 errores que cometieron los árbitros en jugadas cruciales en 2020, 170 fueron corregidas por el VAR, dando mayor justicia deportiva. No total, porque siempre estaremos expuestos al error, puesto que detrás de la tecnología hay un ser humano, pero se reduce. No puedo asegurar un 100 por ciento de efectividad.

¿En qué nivel está el dominio de esta tecnología por parte de los árbitros chilenos?

Hablando porcentualmente, estamos en el 89 por ciento. Vamos por un camino correcto. Nuestro desafío es mejorar en 2021 los números de 2020. O sea, corregir más errores.

Hace poco hablábamos de la irrupción femenina en la carrera, ¿cómo la interpreta?

Es muy importante y es reflejo y resultado de la exposición que tuvieron las árbitras y de la capacidad y el conocimiento que demostraron, porque una cosa es estar nominadas y otra es hacerlo bien. Esto generó, obviamente, la decisión de estudiar. Vieron que se puede.

¿En cuánto tiempo veremos una árbitra FIFA?

Belén Carvajal es árbitro FIFA, ha participado en mundiales femeninos y puede participar en un Mundial masculino. Cualquiera de ellas puede ser nominada a nivel internacional, partidos de la Copa Libertadores, Mundial de Clubes, Eliminatorias entre otros.

¿Qué fortalezas tiene una jueza sobre un árbitro?

La verdad es que el tratamiento que hacemos con ellas es igual al que hacemos con los varones. No sé por qué será, pero las árbitras son más aplicadas en los estudios. Están siempre preguntando, consultando, tienen la personalidad para levantar la mano, hacer una consulta o rebatir. Eso es importante para el aprendizaje. Que venga una contrapregunta nos permite argumentar mejor. Eso es muy particular. Son más preocupadas del día a día, de sus estudios. Y respecto de las que están en el alto rendimiento, siempre están esforzándose en buscar esa retroalimentación.

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