José Luis Navarrete se transformó oficialmente este lunes en el cuarto presidente de la historia de Azul Azul, tras Valdés, Yuraszeck y Heller, su amigo. De golpe y casualidad (o no tanto), el contador auditor de profesión tomó formalmente un puesto que hasta aquí ejercía interinamente desde el 17 de marzo.
Pero, ¿quién es José Luis Navarrete Medina? ¿Cómo llegó a tomar la testera de uno de los clubes más grandes de Chile? ¿Es mera eventualidad su asunción?
El empresario llegó a la concesionaria el 11 de marzo de 2015, tras adquirir el paquete accionario que vendía por ese entonces José Yuraszeck. Con el tiempo ya posee el 8,95% de los papeles según la SVS y su injerencia en el directorio ha sido notoria.
Y es que, tal como hace 40 años, llegó ahí empujado por Carlos Heller, con quien mantiene casi 40 años de amistad. Muchos, internamente, lo han catalogado como el Pepe Grillo del saliente timonel azul.
Justamente, Navarrete ha vivido casi toda su vida bajo la sombra de Heller. No por nada han compartido en empresas como LAN, Colmena, Falabella y Mega, llegando a ser el secretario general de Bethia, conglomerado del cual Heller es dueño, en 2011. Ese logro laboral es posible de apreciar en su LinkedIn, al igual que su puesto de administrador de servicios generales SpA.
Actualmente, incluso, es miembro del directorio del Club Hípico, al igual que Heller. Fue en ese lugar donde fue denunciado en la Inspección del Trabajo en 2011 por "menoscabar la posición de los dirigentes sindicales". La situación no pasó a mayores para él.
En el entorno empresarial de los dos han señalado que Heller literalmente lo llamaba cualquier día y a cualquier hora por temas consultivos y resolutivos. Y que Navarrete, fuera lo que fuera, respondía e intentaba solucionar inmediatamente.
A su antecesor lo conoció en Punta Arenas hace casi cuatro décadas. De ahí para adelante compartieron sus gustos por los caballos, y sobre todo por el fútbol. Los negocios terminaron por hacerlos casi inseparables, aunque siempre con la pelota como eje.
Y es que Navarrete ha estado casi toda su vida ligado a la actividad, incluso tras haber partido de su casa a los 16 años, momento desde el que tuvo poco contacto con su familia, con excepción de su madre.
Antes de eso veía cómo su hermano Sandro, ex volante y mundialista con Chile en el sub 20 de 1987, se dedicaba al fútbol como jugador. Sus cercanos dicen que de chico le gustaba Huachipato, equipo donde jugó Sandro y que se identifica con Talcahuano, la ciudad donde reside el club y donde él nació, aunque varias veces se ha declarado amante de la U. ¿Y el fútbol? Aún lo juega con amigos. Incluso ha adoptado cábalas propias de jugadores, como usar la misma ropa cada vez que va al estadio.
Navarrete también pasó por la Escuela Militar, donde hizo cursos de comando y hoy es capitán en retiro. Además hizo un magister en comunicación estratégica en la Universidad Adolfo Ibáñez y un master de 'Business Administration' en la Universidad del Desarrollo.
Poco antes de llegar a la U fue presidente de Iberia (por petición de Heller). En el club de Los Ángeles no consiguió muchas cosas, salvo pelearse con Ronald Fuentes cuando era DT por diferencias de manejo. Luego coincidirían en el Romántico Viajero, donde también discreparon algunas veces, al Navarrete ser miembro activo de la comisión fútbol.
Justamente, en la tienda azul no ha pasado desapercibido. Por hechos dentro y fuera de la cancha: fue criticado duramente por el resto del directorio cuando negoció el contrato de Musrri y Castañeda, por establecer una cláusula de continuidad si es que el equipo clasificaba a la Sudamericana, cosa que ocurrió. En el propio CDA dicen que es muy impulsivo y que eso se reflejó en que quiso despedir a Becaccece apenas iniciado su trabajo.
Esa personalidad explosiva también le ha valido líos en partidos de la U: siempre es el primero en defender a Heller y literalmente mirar con desprecio a quienes insultaban al extimonel en los partidos del León, al punto de casi llegar a los combos tras la eliminación de este año de la Copa Libertadores a manos de Melgar.
Para muchos, Navarrete es la continuidad de Heller. Para otros más atrevidos, Navarrete será la cara para que Heller siga operando. "Nuestro trabajo va a responder a lo que quería Carlos Heller", dijo recién asumido su interinato.