José Luis Sierra (49 años) ha sufrido con el jet lag. Lleva 15 días en Chile, luego de casi dos años en el Al-Ittihad Jeddah Club, en Arabia Saudita. "Los primeros días me despertaba a las tres de la mañana y no sabía qué hacer. Las siete horas te matan", comenta mientras saluda a socios del Estadio Español, escenario elegido por el DT para dar la entrevista. El Coto está relajado, muy diferente a aquel personaje esquivo que era con la prensa durante su paso por Chile. Se pide un café con leche y un agua mineral con gas. Se ríe, cuenta anécdotas, y no huye de ningún tema. Quiere compartir su experiencia y su crecimiento como técnico, luego de conseguir dos títulos locales.
¿Qué balance realiza de estos dos años en Arabia Saudita?
Más allá de los títulos, que son lo que te dan repercusión, el balance es más que positivo por adaptarme a un idioma y una cultura distinta. Fue un desafío y un aprendizaje. Hoy, después de dos años en Arabia Saudita, me siento mucho más completo a cuando salí de Chile.
¿En qué cambia el Coto de hoy al que se fue de Colo Colo?
Uno va aprendiendo de sus errores y desde que llegué allá creí que tenía que adaptarme a ellos, no ellos a mí. Hay muchas cosas que flexibilizar para estar en un medio exigente. Fui el único DT dos años en un mismo equipo.
¿Le chocaron las restricciones que sufren las mujeres en Arabia?
Uno no está acostumbrado, te choca. Creo en la libertad y las decisiones de cada uno, de cómo vestirse mientras no se invada el espacio de otro. Al principio la vestimenta, que vayan tan tapadas, como que te impacta, pero después uno va entendiendo que su cultura es así. Y que la mujer lo acepta y le acomoda esa forma. Otras no lo quieren hacer, y ahí uno piensa que no está en esa libertad. Es complicado. Yo tengo dos hijas y no me gustaría que ellas crecieran en una cultura así.
¿Qué le parece el movimiento feminista que se vive en Chile?
Me parece bien. Lo que no me gusta son los extremos, la exageración, eso no lo comparto. Pienso que al final va a tender a normalizarse y a dejar los extremos. La mujer necesita igualdad en muchos aspectos, en muchas relaciones laborales, en todo.
¿La liga chilena es más fuerte que la de Arabia Saudita?
Eso es difícil de evaluar, son distintas. Yo podría dar muchos argumentos de por qué la de Arabia Saudita es más fuerte. Por ejemplo, todos sus seleccionados juegan en Arabia Saudita. Te podría decir que fue Juan Miguel Callejón, que hoy está en Bolívar, y apenas duró seis meses y ahora es figura en Bolivia. Es difícil evaluar. Arabia Saudita también va al Mundial. Sí te puedo decir que es una liga competitiva.
¿Le contactó Pizzi antes de tomar la selección saudí?
Me preguntaron a través de su ayudante (Manuel Suárez) para tener información de la liga, de los jugadores, de cómo era. Siempre le dije que había buenos jugadores, una liga competitiva. Pero mi gran duda es que como todos juegan acá, el día que se enfrenten a Italia, Alemania, España o Suiza no sé cómo van a competir. No es tanto el nivel, sino el "oye, a este jugador que lo veía por televisión ahora lo tengo al frente". Esa es mi duda, pero tiene buenos jugadores. Creo que buscaron al contratar a Pizzi un tipo con experiencia, que le fuese bien, ver el tema currículum.
Parece que no vieron su tramo final en Chile.
Claro, pero en la parte final hay muchos temas. Sí vieron que jugó la final de la Confederaciones.
¿No le molesta que Pizzi dejase fuera a Chile del Mundial y vaya con Arabia Saudita?
Lo entiendo como trabajo. Uno no se puede quedar pegado en lo que pasó. A Pizzi le tiene que haber dolido tanto como a los jugadores o la gente lo que pasó. Después de haber ganado la Copa América en Estados Unidos, ir a la final de la Confederaciones, tuvo que pensar que iba al Mundial y hacía algo potente.
¿Se fue por dinero a Arabia?
Te voy a decir una cosa y la podrás creer o no. Mi contrato en Unión era muy bueno, y salí por un contrato no muy distinto a Colo Colo. Cuando fui a Arabia Saudita tampoco era muy distinto en lo económico, pero lo miraba como algo más de desafío, de darme a conocer. Yo no tengo por qué pensar que en ese lugar del mundo me van a conocer como el técnico que ganó títulos en Chile. Me podría haber quedado en Colo Colo con el contrato que tenía, pero eso es otra historia.
¿No se va para sacarse la presión de su salida de Colo Colo?
Puede ser que inconscientemente haya sido así. Miro para atrás y en ese aspecto fue muy bueno. Fui a un lugar en el que no entendía el idioma y donde no entendía nada de lo que publicaban, lo que decían. Para mí fue liberador mentalmente. Me preocupé de las cosas importantes, no de cosas externas. Quizás sí me empujaron esas situaciones.
¿No le dio miedo perderse luego que lo apuntaran como el DT del futuro?
No sé, nunca me consideré el técnico del futuro, no lo pensaba así. Cuando tomé la decisión tampoco evalué algo así. Sí sabía que irme a una liga como Arabia Saudita era dejar de tener visibilidad a nivel nacional, pero ganaba otras cosas.
Su salida de Colo Colo fue traumática. ¿Se le valoró poco?
No sé. Estaba expuesto a la crítica, pero las entiendo. Uno sabe. A mí no me duele tanto la crítica, lo que a uno le duele es el tema que te criticaban por criticar, que nada era positivo. Yo lo sentía así, pero quizás era subjetivo. Yo lo veía así. No me considero menos valorado, ni me quiero victimizar. Es lo que me tocó y lo aceptó.
¿Le hubiese gustado salir de otra forma de Colo Colo?
Sí, totalmente. No es la forma que me hubiese gustado salir de Colo Colo. Me hubiese gustado salir como salí de Unión. Una salida menos traumática, menos mediática, menos congestionada. Algo más tranquilo y normal.
Dos años ya desde que salió de Colo Colo. ¿Qué conclusiones saca de la pelea con Suazo?
Lo de Humberto lo hubiese manejado de una manera distinta. Mirándolo para atrás, creo que lo hubiese hecho de otra manera.
¿Hubiese intentado dialogar más con Suazo?
No, porque yo lo intenté. Él no quiso arreglar la situación. Lo que sí, no hubiese ido hoy a tribunales. En ese momento me sentía con la responsabilidad por el club de dar la cara en el juicio. Hoy, mirándolo para atrás, no iría al juicio. Me sentía con la responsabilidad de llegar al final para contar cómo fue todo.
¿Nunca más tuvo contacto con Suazo?
No, nunca más.
¿Y el manejo de la situación Barroso? Lo criticó públicamente.
Lo de Julio fue de la forma en la que creía que era la correcta. Tratarlo y solucionarlo de forma interna. Eso no lo cambiaría. Creo que las cosas que pasan de forma interna se deben solucionar ahí, y lo público es otra cosa. Si tengo algo que decirte a ti, no te voy a mandar un mensaje.
Pero Barroso hizo sus descargos de manera pública.
Sí, está bien. Pero yo no tengo por qué contestarle públicamente. La mejor manera es de forma interna. Cuando yo tuve algo que decirle a un jugador en Colo Colo, o en Unión, o en Arabia, siempre lo hice de forma privada. Ahí se deben solucionar las cosas. Yo no soy el dueño de los que hacen ellos. Lo privado es privado. Y ojo, con Julio no tengo ningún problema. Al contrario, después de que hablamos, siguió jugando. Cualquier técnico dice que no juega más y listo.
¿No le guarda rencor a Mosa?
No, yo no guardo rencor a nadie. De alguna manera estoy agradecido que haya pensando en mí para hacer un esfuerzo y llevarme a Colo Colo. Es un privilegio ir a Colo Colo. Dentro de Chile, o dirigir la U, es lo máximo. Y la U también pensó en mí en un momento para dirigir. Eso también me hacía sentir orgulloso. No guardo ningún rencor de nada.
¿Ni siquiera a Guede, a quien se acusa de negociar antes que usted saliera?
No, no guardo rencor con nadie. Es que las formas son las que son y yo no soy nadie para criticar las formas de otro. Cada uno hace las cosas como quiere, como siente que son correctas y en este caso siento lo mismo. No soy nadie para decir que fue correcto o incorrecto. Es lo que hay, y no es nada distinto a lo que pasa en muchos clubes del mundo.
¿Quiere volver a Chile?
No lo descarto. Siempre creo y pienso que donde haya un proyecto entretenido, que me seduzca, estoy dispuesto a escuchar y ser partícipe. Eso pasa por cualquier lugar, no sólo por Chile, que no está dentro de mis prioridades. No renové ahora en Arabia porque después de dos años consideré que un tercer año no tenía la misma motivación, la misma fuerza y energía. Mi idea es seguir por esos lados.
¿Qué le falta al técnico chileno para ser protagonista?
No podría decir qué falta. En el último tiempo ha habido una gran cantidad de extranjeros trabajando en Chile, y creo que también que hay muchos chilenos que cuando han tenido la oportunidad han demostrado capacidad. Está Rivero, Bozán, Héctor Tapia, Mario Salas. A mí me da vuelta que Pellicer no tenga trabajo, Jaime Vera igual, siendo que hay equipos que les harían muy bien ese tipo de entrenadores. Y de repente se apuesta por otros entrenadores. Están Pellicer y Jaime Vera, y apuestan por algo desconocido.
¿Le hubiese gustado ver un técnico chileno en la Selección?
A mí me hubiese gustado ver a Pellegrini en la Selección. No tengo nada contra Reinaldo Rueda, no lo conozco. Pero creía, y sigo pensando, que en la Selección podría haber un técnico chileno. Y hubiese sido ideal que Pellegrini tomara el cargo, sería un salto tremendo. Dirigió al Madrid, al City. Nos debiésemos sentir orgullosos y creo que no tiene repercusión en nuestro medio. Hubiese sido un lujo tener a Pellegrini.
Por su estilo de juego le bautizaron Coto Siesta. Y ahora son varios los que juegan así. ¿El tiempo le dio la razón?
No. Yo tengo una idea de juego. Fui finalistas en Unión en 2012 y gané el título en 2013. Con similitudes y grandes diferencias. Uno juega con los jugadores que tiene. Me adapto a las características y luego doy la idea que creo, con la que me se siento identificado y convencido de ganar. A unos le gustará la forma, a otros no. La idea es una, pero al final los detalles y lo fundamental te lo dan los jugadores.
¿Le molestaba ser apuntado por no jugar como Bielsa?
No, porque a mí me gustaba el estilo de Bielsa. Es una forma y para Bielsa es exitosa. Pero si fuese tan fácil replicar la fórmula de Bielsa y decir cualquiera la puede hacer, volveríamos a lo mismo. El más bielsista de todos era Sampaoli y resulta que después Sampaoli pasó de imponer mucho vértigo a que había que incorporar la posesión. Y por eso trae a Lillo.