José Mourinho, entrenador de la Roma, se fue realmente enojado tras la derrota de su equipo ante Sevilla, en la final de la Europa League. En el estadio Puskás Arena, el técnico portugués vivió un último round con el árbitro inglés Anthony Taylor.
Y es que fue casi premeditado. Después de la ácida conferencia de prensa, el carismático DT lusitano tomó rumbo al autobús que llevaba a la delegación del equipo de La Loba, todavía con el recuerdo fresco de sus propias palabras.
“El árbitro parecía español; no tuvo una, sino muchas… Pero ya está, se acabó. Lo dimos todo, pero el juez sacó muchas tarjetas amarillas”, aseguró Mou tras el duelo y agregó que “a Erick Lamela tenía que sacarle la segunda tarjeta amarilla. No la sacó y luego marcó uno de los penales”.
Sin embargo, minutos más tarde, la furia de The Special One se descargó con todo. Justo en el estacionamiento del estadio, el técnico se encontró con el juez británico, a quien ya había reventado en sus declaraciones tras el empate 1-1 que le arrebató el título en los penales, ante el Sevilla de España.
Al verlo, comenzó a insultarlo, mientras el juez se dirigía a la van que llevaba a todos los oficiales de la UEFA que estuvieron en la final disputada en Budapest.
“Eres una puta desgracia”, le dijo en tono insultante, mientras el italiano Roberto Rosetti -presidente de los árbitros en el organismo continental- intentaba calmar al enfurecido entrenador luso.
Pero no pudo. Mourinho volvió a acercarse al transporte que llevaba a Taylor y continuó insultándolo, ante la mirada atónita del resto de los encargados de impartir justicia en el encuentro.
“Hasta Rosetti pudo decir que no era penal (ese que había dado inicialmente, pero que después canceló) … No eres realmente capaz”, vociferó el entrenador europeo.
El ambiente se tornó aún más crispado, cuando Mou volvió a acercarse a Taylor, cuando este subía al vehículo. Ahí lo volvió a increpar y le dijo “Eres una puta vergüenza… No tienes cara”.