Juan Ignacio Chela: “El gran desafío es poder elegir el tiro correcto; a veces Nico se apura un poquito en eso”

Juan Ignacio Chela
El argentino Juan Ignacio Chela es el nuevo técnico de Nicolás Jarry.

En medio de su paso por el ATP de Santiago, el argentino habla con El Deportivo sobre su nuevo trabajo como entrenador de Nicolás Jarry. Detalla las claves de su pupilo y también hace una repaso por la actualidad del tenis en el continente.



Dentro del circuito latinoamericano, la figura de Juan Ignacio Chela tiene un peso particular. Como jugador ganó seis títulos ATP, llegó al puesto 15 del mundo y disputó tres cuartos de final de Grand Slam. Como entrenador, dirigió durante siete temporadas a Diego Schwartzman, llevándolo a ser ocho del mundo, semifinalista de Roland Garros, cuartofinalista del US Open en dos ocasiones y finalista del Masters 1000 de Roma, donde eliminó a Rafael Nadal en la ronda de los ocho mejores.

Fue tras su viaje con el Peque, que decidió sumarse al equipo de Nicolás Jarry. Un vínculo que recién comienza, pero que de alguna manera ya da frutos: en su primer torneo juntos, el chileno derrotó a Carlos Alcaraz en semifinales de Buenos Aires, para luego caer en la final ante el local Facundo Díaz Acosta. Mientras que en Santiago cayó sorpresivamente frente al polémico jugador francés Corentin Moutet.

También destaca por su particular humor, uno que lo ha llevado a ser una referencia tuitera para los fanáticos del tenis. “Me divierte mucho, tengo el personaje de antihéroe”, confiesa a El Deportivo en una terraza de San Carlos de Apoquindo. Distendido, aborda no solo aquella faceta, sino que también su nuevo trabajo con el número uno de Chile, el complejo momento que vive la gira sudamericana y su relación con Fernando González y Nicolás Massú. También tiene palabras para el difícil presente por el que atraviesa su ex dirigido, quien no gana un partido ATP desde octubre de 2023.

Nicolás tiene un juego totalmente opuesto al de Diego Schwartzman, ¿fue un gran desafío para usted como entrenador?

Sí, la verdad que sí, son dos jugadores completamente diferentes. Con Diego fue un proceso largo, muy bueno y cuando empecé a charlar con Nico y ver cómo encarar este proyecto, también fue eso; un gran desafío por las características de Nico. Me puse a estudiarlo, a ver cuáles son sus fortalezas, debilidades y a partir de ahí armar un plan de estrategia para hacerlo cada día un jugador más completo.

Una cosa es estudiarlo, pero otra entrenarlo. ¿Qué fue lo que más le sorprendió?

A nivel de día a día, mental y de profesionalismo, me sorprendió para bien cómo tolera la carga de trabajo. Él puede estar de nueve de la mañana a ocho de la tarde dedicándose a su tenis y su carrera, ya sea con el fisio, con el entrenador o con el preparador físico, Los días de pretemporada eran muy largos y en ningún momento se le vio frustrado o cansado. Creo que eso no todos los jugadores lo pueden tolerar. A veces es difícil sostenerlo mentalmente y él lo consigue, lo logra.

¿Y tenísticamente?

Tiene muchas armas, es un jugador muy vertiginoso, que genera incomodidad y vértigo en cualquier jugador. No importa la categoría o el prestigio del rival, se lo genera a todo el mundo. El gran desafío es complementar eso con consistencia y con regularidad durante un partido y durante todo el año.

¿Cuál es el desafío que tienen con su juego?

Creo que el gran desafío es poder elegir el tiro correcto al momento correcto desde la posición en que te encuentres en la cancha. A veces él en eso se apura un poquito y termina generando algún error de más.

¿Qué falta para llegar al top 10?

La realidad es que no hay mucho misterio. Hay que ganarles a los mejores en los torneos grandes. Hay que ser regular durante todo el año o por lo menos una gran parte del año. Creo que lo positivo que tiene Nico es que él juega bien en todas las superficies, puede jugar bien en césped, en indoor, en cemento, en tierra... Sabemos que es un proceso y un objetivo, que es algo posible, pero a la vez realmente muy difícil. Lo bueno que tiene Nico es que es un jugador que vive para esto. Es súper profesional y lo está buscando. Su techo nadie lo sabe, pero ese es el trabajo que estamos haciendo. Sin ir más lejos hace 10 días le ganó a Alcaraz, que es uno de los mejores del mundo.

Chela Jarry

El otro día, mientras entrenaba con Jarry, Fernando González le gritó desde la terraza. ¿Cómo es la relación con él y Nicolás Massú?

Muy buena, soy muy amigo de Feña y Nico Massú. Con Nico compartí entrenador dos ocasiones incluso, con Pablo Martín y Gabriel Markus. Nos vemos seguido, siempre que estamos juntos, pasamos un rato en un club o cenamos. Es una buena relación.

¿Hay similitudes entre ellos dos con Nicolás Jarry y Christian Garin?

Nico podría estar más cerca de Fernando González por la potencia y por buscar acortar un poco los puntos o tener la iniciativa, dominar el partido. Massú era un jugador de ritmo, como puede ser Christian. Los veo más cercanos en ese sentido.

Un paso por Sudamérica

Juan Ignacio Chela puede jactarse de haber estado dentro del circuito casi de manera ininterrumpida durante los últimos 24 años. Aquello lo posiciona como una voz autorizada para hablar del mismo.

Un estándar del que no escapa durante la conversación. A un costado del court central de San Carlos de Apoquindo y esquivando el intenso sol capitalino, el que también fue conductor del mítico programa Tenis Pro, habla sobre los problemas que aparecen sobre la gira sudamericana, el presente del tenis argentino (ocho jugadores en el top 100) y el complejo momento que vive su ex pupilo Diego Schwartzman, quien no gana un partido ATP desde octubre de 2023. También, tiene un minuto para hablar de su relación con Twitter, una red social donde ha dejado marca.

La gira sudamericana vive un momento complejo, ¿siente que la ATP no la potencia lo suficiente?

Como argentino y sudamericano estoy muy de acuerdo y contento con las declaraciones que hizo Andy Murray. Obviamente, por la economía de nuestros países, es muy difícil competir contra otras potencias, pero a nivel de cultura tenística, el espectáculo que se genera en cada país de Sudamérica es único. Un ejemplo es el partido de Wawrinka con Nico en Buenos Aires. Yo tengo mis dudas de que él haya sentido eso en Suiza alguna vez, porque la gente le gritaba, le cantaba y lo alentaba, fue algo impresionante. Si se pierde el ATP de Córdoba (existe la posibilidad de no renovar la licencia y se mude el torneo a Mallorca) sería una lástima para nuestra región. Me encantaría que hubiera más torneos y de mayor categoría, creo que tenemos la capacidad de organizarlos y muchos jugadores sudamericanos están a la altura de cualquier evento.

Justo hoy aparecen ocho argentinos en el top 100, ¿cómo se explica aquello?

Me lo preguntaban mucho en la época de la Legión, que teníamos a 15 argentinos en un cuadro principal de Roland Garros o cuatro top 10. Era una locura lo que pasaba y la realidad es que no había un trabajo de formación especial o particular que hiciera que salieran tantos jugadores. Era el esfuerzo de cada uno, que en Argentina hay mucha cultura tenística y que hay grandes profesionales. También el argentino está acostumbrado a lidiar contra todo, es como salir a la jungla y tener que defenderse. Cuando entras a la cancha para ganarte un punto te tienen que matar, entonces eso quizás te diferencia con otros lugares o federaciones donde tienen mucho dinero o infraestructura. Nosotros hemos tenido finalistas de Grand Slam en superficies que prácticamente no tenemos en el país.

Diego Schwartzman está fuera de ese grupo, ¿duele ver el momento que está atravesando?

La verdad es que con Diego tengo una relación muy especial, somos amigos, lo quiero mucho. Yo estuve presente y soy muy consciente de las etapas y los momentos de cada jugador. Para lograr todo lo que logró tuvo un desgaste físico y mental absoluto, es un ejemplo de superación. Él no podía bajar ni un poquito en cada partido, ya que al no tener grandes armas, su arma era la consistencia, la regularidad. Tácticamente es un jugador extraordinario. En cuanto detectaba un poquito de debilidad en el rival, no se salía de ahí. Lo podía sostener durante cinco horas en un Grand Slam, tuvo resultados increíbles. Yo veo muy normal su bajón. También creo que está en un momento de aceptar que está entrando en otra etapa, de relajar desde muchos lados su cabeza. Quizás darse un tiempito, un respiro, y volver, pero su carrera ya está hecha. Logró cosas increíbles y que todo lo que decida lo haga muy feliz.

El otro día fue nuevamente furor en Twitter. ¿Usted sabe lo que genera entre los seguidores del tenis?

Sí, por supuesto. Yo empecé con el Twitter siendo jugador y era la red social que más me gustaba. Ahora se volvió un lugar medio hostil, como que cualquier cosa ya es polémica, pero me divierte mucho. Tengo el personaje de antihéroe, que a la gente también le divierte mucho porque normalmente no se ve desde un deportista. Cada tanto, cuando me cruzo con alguien que me dice que vuelva a Twitter que no escribo hace mucho, me motivo y meto algo más.

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