Juan Luis Carter (60), presidente de la Fedachi, conoce de cerca la historia de Natalia Duco. Desde su época de entrenador, hace más de 15 años, se maravilló con el talento y trabajo de la lanzadora, la mejor representante de su federación. Sale a dar su visión respecto al duro golpe que el positivo provocó en el deporte nacional.

¿Cómo recibió la noticia del resultado adverso de Natalia Duco?

Estaba en Finlandia, en el Mundial de Atletismo Sub 20, y me contactó Marco Antonio Verni diciéndome que me intentaban comunicarse conmigo por un positivo. Pensé que podía ser de algún fondista, pero nunca de ella. Me dolió mucho porque en el lanzamiento tenemos un proyecto que es la punta de lanza de nuestra administración pensando en Tokio 2020 y los Panamericanos 2023. Quise que fuera un error, pero viendo el informe uno se da cuenta de que el golpe es duro, no hay muchas alternativas de defensa. Ella y Marlene Ahrens han sido las mejores atletas que ha tenido Chile.

¿Se puede seguir creyendo en los logros de Natalia?

Ella obtuvo grandes resultados y pasó limpia siempre, por lo tanto uno tiene que creer en ella. El problema es que cuando se está arriba es más difícil todo y lógicamente se está al límite entre lo permitido y lo prohibido. Hay quienes cometen errores por ignorancia y otros que lo hacen conscientes. Eso se deberá determinar ahora.

Pero Lance Armstrong nunca dio positivo y al final sí resultó ser un tramposo.

Ese es un tema de la Justicia. Para nadie es un secreto que aunque hay gente que lucha contra el dopaje, hay otros que luchan por no ser sorprendidos en ello. Hoy hay récords que son altamente sospechosos, la IAAF incluso quiere eliminarlos desde una fecha determinada. El problema es que para algunos, sin récords el atletismo no vende. Yo soy de la idea de partir de cero, porque hay muchas formas de reconocer a los atletas, no sólo por sus marcas.

¿Asume que el dopaje es una constante en su federación?

Sí. Y también creo que uno no puede tener el consuelo de que no seamos los que más positivos tenemos, ese es el consuelo de los tontos. Nos preocupa la cifra de positivos, pero también nos preocupa la función de los entrenadores. No tengo dudas que los entrenadores que llevan su función profesionalmente, midiendo constantemente la progresión de sus atletas, se da cuenta si su deportista está teniendo resultados dudosos. Los entrenadores tienen que asumir también.

¿Duda de que Dulce Margarita García, la entrenadora de Natalia, no haya sabido de su posible dopaje?

Es muy difícil que ella no haya sabido, porque además viven juntas.

¿Es cierto que cuando ella era atleta fue sancionada por dopaje?

Sí. Ella apareció en el listado de la IAAF cuando era lanzadora de jabalina, no es tan difícil encontrar el documento. No recuerdo bien el año, pero más o menos fue en 1998, en su última etapa de lanzadora. En ese tiempo los controles y los castigos eran menos exigentes. Creo que le dieron seis meses de suspensión, no estoy seguro.

¿Le consta?

Sí, me consta. En ese tiempo yo era entrenador y me llegó el correo con el listado de los atletas sancionados.

Durante los últimos años el progreso de Natalia fue muy bajo ¿nunca cuestionaron el nivel de su entrenadora?

Lo conversamos con los metodólogos del CAR y todos estábamos conscientes en que avanzaba poco. Pero hay que hacer un mea culpa, porque nosotros no administramos los recursos, sino el COCh y el Gobierno. Al final, los que en verdad saben de atletismo quedamos fuera. Yo sé que hay federaciones que administran mal sus recursos, pero no son todas. Nosotros tenemos mucha más transparencia que la que exige la ley, administramos mejor que nadie.

¿Usted sabía que la Comisión Antidopaje tenía en la mira a Natalia?

Cuando hay buenos resultados, los atletas pasan a un seguimiento constante. Y cuando el deportista es asequible, indiscutiblemente que no genera dudas, pero cuando no lo es, se duda.

¿Tenía el temor de que esto ocurriese?

Tengo una muy buena imagen de Natalia. La considero una persona íntegra, honrada y trabajadora. Yo vivía en Osorno y ella llegaba sola con su entrenadora a entrenar mañana, tarde y noche. Era pequeña, pero nunca vi entrenar a una atleta tanto como ella. Por eso nunca tuve la sospecha, lo digo sinceramente. Cuando me hablaban de eso, siempre decía que no.

¿No le llamaba la atención que insistiera tanto en entrenar en Cuba, por ejemplo?

Sí, pero eso tenía que ver más con su entrenadora. También me llamó la atención que compitiera en Estado Unidos en torneos menores. Pero nunca sospeché de ella, sólo me llamó la atención.

¿Cómo cree que planteará su defensa?

Espero que si se cometió un error, se reconozca. Y si hay un error fortuito, también se sepa. A veces sale más a cuenta declararse culpable, porque es menor el tiempo de castigo. Si resulta castigada, espero que vuelva, porque lo que ella ha hecho en el deporte sólo Marlene Ahrens lo ha superado. No merece irse por la puerta de atrás, de ninguna manera.