Hace tiempo que un delantero no era tan gravitante en el devenir de Colo Colo. Desde los tiempos de Lucas Barrios, hace más de 14 años, que en el Monumental no se veía un definidor extranjero tan concluyente como Juan Martín Lucero.

El argentino marcó en 19 encuentros en todas las competiciones del Cacique en este 2022, con una marca más que respetable. De esos duelos, el campeón chileno ganó en 15 oportunidades, empató en dos y perdió en solo dos.

Solo en el campeonato nacional marcó una quincena de goles, además de los cuatro que celebró en la Libertadores y la misma cantidad en la Copa Chile.

Después del torneo de 2021, el mismo que los albos perdieron en las últimas fechas, se hizo evidente la necesidad de traer un centro atacante que completara el volumen ofensivo de un equipo que no tenía tanto gol.

Por esa razón, a inicios de diciembre del año pasado, la secretaría técnica del cuadro albo se puso a trabajar de cabeza en el principal requerimiento del técnico Gustavo Quinteros. El santafesino había extendido su contrato en el Monumental en octubre de 2021 y una de sus principales condiciones era la presencia de un goleador.

Elección con pinzas

La llegada de Nicolás Blandi, a inicios de 2020, había sido un episodio traumático para la directiva de Blanco y Negro. Un jugador probado, por el cual los albos pagaron 1,2 millones de dólares, pero que se fue del club con solo dos goles a su favor, justo en el año de la pandemia y del casi descenso de los albos.

En ese escenario, la dirección deportiva se manejó con cautela y mucho ingenio para no cometer un error parecido en este nuevo casting. El paraguayo Gabriel Ávalos de Argentinos Juniors fue uno de los observados, pero su alto costo trabó la negociación.

Los albos apuntaban alto e, incluso, la opción de traer a Ramón Ábila desde Boca Juniors tomó cuerpo un par semanas. Pero en Buenos Aires nunca contestaron las llamadas desde Macul, como el propio ariete aclaró más tarde.

Fue entonces cuando apareció el nombre de Juan Martín Lucero, un delantero con pasado en Xolos de Tijuana, club en el que no alcanzó a coincidir con Quinteros por solo unos meses.

Sin embargo, el santafesino sabía de las habilidades del delantero argentino, quien había fraguado un gran 2021 en Vélez Sarsfield, equipo con el cual terminaba contrato en diciembre y en el cual anotó 16 goles en el año calendario, además de cinco asistencias.

Fue el propio entorno del entrenador de los albos el que se comunicó con los representantes del Gato. Un jugador que tenía la jerarquía suficiente para llenar los deseos de la institución. Sin embargo, lo más importante es que llegaba como jugador libre al plantel.

Esa, precisamente, era una de las ventajas que representaba el nuevo artillero de los albos. El futbolista arrendaría su pase hasta finales de noviembre con una opción de compra de 900 mil dólares, cifra que el club ya está dispuesto a cancelar.

Jugador en ascenso

El Gato nació el 30 de noviembre de 1991 en la ciudad de Junín de Mendoza, una pequeña localidad ubicada a 55 kilómetros al sureste de la capital provincial.

El club Defensa y Justicia lo fichó cuando el incipiente delantero no llegaba a los 18 años. Con el Halcón de Varela debutó en 2010 en la Primera B Nacional, torneo en el que fue goleador de la categoría en la temporada 2013-14 con 24 conquistas en 37 presencias.

Números que lo llevaron a dar el gran salto a Independiente, cuadro que compró la mitad de su pase en 2014, en una suma cercana al millón de dólares. No alcanzó a explotar con el Rojo, ya que el club porteño aceptó la oferta de 3 millones de dólares del Johor de Malasia, cuadro asiático que lo adquirió en febrero de 2016.

Pasó menos de un año para que Xolos de Tijuana lo regresara al continente americano por una suma cifra similar a la que pagaron en Lejano Oriente. Con el elenco mexicano jugó dos años completos en los que anotó 15 goles en 76 partidos.

Desde enero de 2019 fue cedido sucesivamente a Godoy Cruz de Mendoza, Defensa y Justicia y Vélez Sarsfield; club que no hizo uso de su opción de compra para dejarlo libre para Colo Colo.

Como en casa

Lucero destacó de manera inmediata en la disciplina del cuadro de Macul. En nueve meses con el equipo ha marcado 24 goles: 15 en el campeonato nacional, cuatro en la Copa Libertadores, uno en la Sudamericana y otros cuatro en la Copa Chile.

Pero al margen de sus buenas actuaciones, el futbolista se ha sentido como en casa en e Monumental. “Los dirigentes saben que estoy contento acá, que me quiero quedar”, dijo en julio pasado, públicamente.

A esa altura, sus padres Juan y Ana María ya habían visto en vivo al atacante en Santiago, en el duelo de abril ante River Plate en el David Arellano, cuando confesaron la comodidad de su hijo en la capital chilena.

Así también ha ocurrido con su hermana Victoria, muy activa en Instagram, quien a través de sus redes sociales ha dejado entrever que el Gato no quiere dejar el Monumental, al menos en el corto plazo.

Suficientes señales para destacar aún más el papel que ha tenido el goleador en la consecución de la estrella 33 de Colo Colo. Aunque ahora van por más.