A solo un par de días del comienzo de la pretemporada, Colo Colo enfrenta un problema mayúsculo: Juan Martín Lucero quiere partir a toda costa al fútbol de Brasil. El problema para él es que recientemente el Cacique ejecutó la opción de compra que tenía sobre el pase del goleador y que ascendía a los US$ 900 mil. Sin embargo, el delantero y su agente, Martín Prest, interpretan que el nuevo contrato les da la posibilidad de partir en cualquier momento.
En Blanco y Negro existe mucha molestia por el giro que está tomando la situación del ariete, pues afirman que ese acápite no puede ser tomado como cláusula de salida y que cualquier ejecución puede realizarse recién en 2024. Sin embargo, mientras esto ocurre, la voluntad del mendocino es partir. De hecho, el viernes tuvo una conversación con Gustavo Quinteros en la que le manifestó su idea de dejar a los albos, lo que obviamente fue un mazazo para el entrenador, según comentan desde el Monumental. El mismo diálogo tuvo con el gerente deportivo, Daniel Morón.
En el cuerpo técnico saben que el riesgo de perder a una de sus máximas figuras es grande y que también el dinero es un factor importante, casi definitivo, ya que una liga como la brasileña es capaz de pagar cifras que en Chile son inalcanzables. Asimismo, con 31 años, Lucero está frente a una posibilidad que quizás difícilmente se le vuelva a dar con el paso del tiempo.
La situación llevó al directorio a reunirse de urgencia para analizar los caminos. La mesa también está en conocimiento de las pretensiones del delantero y se ha enterado a través de las conversaciones que ha sostenido Prest, representante con la Gerencia Deportiva del club. El agente no tiene otra intención que destrabar la salida del atacante, quien durante sus vacaciones disfrutó de la obtención del título mundial de Argentina en Qatar. “Ellos saben todo”, afirman en el círculo más cercano a Lucero.
Las interpretaciones
Sin embargo, más allá de la declaración de intenciones, lo que está en discusión es estrictamente contractual. El 1 de diciembre, el Cacique anunció a través de sus plataformas oficiales que había desembolsado los US$ 900 mil dólares que estaban contemplados como opción de compra para su pase. El monto implicaba un esfuerzo considerable y ponía la operación como una de las más cuantiosas a nivel local en el último tiempo.
En Macul, con números en la mano, estaban convencidos de que cada peso estaba plenamente justificado. La producción futbolística de Lucero (24 goles en 39 partidos) avalaba esa conclusión. De lo otro que no había dudas es respecto de que a la relación le quedaba largo tiempo. “Colo Colo ejerció la opción de compra por el delantero Juan Martín Lucero, extendiendo su vínculo con el Cacique hasta 2025″, comunicaban los albos formalmente. “Vamos por más alegrías juntos, Gato querido”, añadían en un plano más informal, reflejando el cariño por el ariete y la felicidad que embargaba a todo el club, y especialmente a Quinteros, por mantener a una pieza clave para el funcionamiento de la escuadra popular.
Sin embargo, ante el surgimiento de propuestas del exterior, el compromiso que parecía resuelto ahora es sujeto de interpretaciones. En el pacto con Lucero se estableció una cláusula por US$ 1 millón, que el futbolista y su agente estiman que se le permitiría salir del club. Sin embargo en Macul sostienen que el acápite tiene una naturaleza y un objetivo distintos, pues incluso le puede permitir ir a la FIFA si Lucero parte unilateralmente y hasta poner en problemas al club que lo reciba, al que le puede exigir un resarcimiento a modo de compensación. De hecho, esa es la postura acordada por la concesionaria.
En Colo Colo todavía cuentan al Gato como uno más en la pretemporada. Sin embargo, esa situación puede cambiar y el club puede perder a su cuarto titular indiscutido en menos de tres semanas. Eso sí, los alcances todavía son insospechados.