En 1961 figuraba como tercer lateral izquierdo en la nómina de Fernando Riera para el Mundial de 1962, detrás de Sergio Navarro y Sergio Valdés. En noviembre de ese año, obtuvo un premio en la Lotería. Al reaparecer en los entrenamientos de O'Higgins, su compañero argentino Federico Vairo, sorprendido, le preguntó: "¿Pero vos sos loco, qué hacés aquí…? Compráte una cancha para vos solo".
"Fueron tres vigésimos, descontados los impuestos, deben ser unos 25 mil dólares de ahora", dice Juan Segundo Pérez Almonacid, quien nació el 26 de octubre de 1935 en Puerto Montt (cumplió 82 años). Medía 1,71 metros y pesaba 67 kilos.
Se hallaba en Puerto Montt cuando enfrentó a Rangers, que hacía una gira al sur. El entrenador visitante, el húngaro Ladislao Pakoszdy, le ofreció integrarse al cuadro talquino y Pérez se embarcó de inmediato. En el bus, con gran desplante, se fue conversando con sus nuevos compañeros, lo que le valió el apodo.
"El defensa Andrés Catalán, a quien le decían Cura, fue el que me bautizó Pechuga, según él por lo patudo".
Pérez defendió a Rangers entre 1954 y 1960, primero de wing, después de insider, luego de mediozaguero y finalmente de lateral, izquierdo o derecho, y llamó la atención por su juego dúctil, que quitaba y apoyaba con velocidad.
En 1959, entrenó en Juan Pinto Durán con la Selección de José Salerno que se alistaba para el Sudamericano de Lima 1957. A última hora no integró la delegación.
¿Quién fue su ídolo? "Cuando yo era delantero, Manuel Muñoz (Colo Colo). En el medio de la cancha, Cua-Cuá Hormazábal (Colo Colo) y Carlos Cubillos (Unión Española). De lateral izquierdo, el Cholo Fernando Roldán (Universidad Católica) y el Marinero Isaac Carrasco (Colo Colo)".
Además del fútbol, Pérez era funcionario del Banco de Talca. Cuando fue trasladado a Santiago en 1960, entrenaba con los juveniles de Universidad Católica en el estadio Independencia y viajaba a Talca los fines de semana. En 1961, trabajó en el Banco Francés e Italiano para la América del Sud, junto con los futbolistas Rosauro Parra (Audax Italiano) y Jorge Dagnino (Green Cross).
En 1961 y 1962, Pérez actuó por O'Higgins. "Con esa tontera de los millones que me había sacado en el premio, en Rancagua me ofrecieron el mismo dinero del año anterior. No acepté y me quedé sin jugar en 1963. Al año siguiente, Pakozdy me llevó a Audax Italiano (1964) y terminé mi carrera en Magallanes (1965)".
¿Cuál es su partido inolvidable? "Contra Colo Colo. En un empate 2-2 en Talca, le anoté un gol a Misael Escuti (mayo de 1959) y en otra ocasión le ganamos 2-1 en el Estadio Nacional y anulé a Mario Moreno (septiembre de 1956)".
¿Se acuerda del gol de cabeza del arquero Walter Behrends a Francisco Valencia, de Colo Colo? "Actué en ese partido. Behrends se lesionó en un brazo y aprovechó la oportunidad en un córner (Rangers 1- Colo Colo 4, agosto de 1960)".
¿Y de la expulsión ante el Ballet Azul en Rancagua la tarde de los dos goles de chilena de Héctor Torres? "Sí. Con las manos le arrojé la pelota al cuerpo al Tanque Campos, él hizo un drama y se tiró como si le hubiese pasado un tren… A Torres yo lo buscaba con centros porque él cabeceaba muy bien. También fuimos compañeros en Magallanes".
Una anécdota. "En 1956, con Rangers disputamos el vicecampeonato con Santiago Wanderers hasta la última fecha en Valparaíso. No jugué ese encuentro, porque el entrenador José Luis Boffi me castigó por una talla de sábanas cortas en el Hotel Amalfi, de Talca. El jugador que ingresó en mi lugar se comió un baile y perdimos 2-0. Yo era inocente de la broma y nunca revelé el nombre de los culpables (Alcides Rigo y Ramón Climent)".