Carlos Ramos se transformó, probablemente sin pretenderlo, en protagonista del US Open. El juez fue el objeto de la ira de Serena Williams en la final contra Naomi Osaka. Producto de los excesos de la estadounidense, quien le gritó 'ladrón', el umpire deió aplicarle las respectivas penalizaciones penalizaciones. Williams reclama que su arbitraje fue sexista.
Ramos rompió el silencio. No lo hizo directamente, sino a través de las declaraciones de Miguel Seabra, ex árbitro y amigo del juez de silla que pasó a la historia en Nueva York. El diario portugués Tribuna Expreso consigna declaraciones de Seabra en las que manifieta que Ramos se mostró "seguro" de las decisiones que adoptó.
"Estoy bien, teniendo en cuenta las circunstancias. Es una situación aburrida pero no existe el arbitraje a la carta. ¡No te preocupes por mí!", le comentó Ramos a Seabra. A su vez, Seabra reconoció que su amigo recibió varios mensajes de apoyo tras el incidente.
Ahora, Ramos está designado para dirigir la semifinal de la Copa Davis entre Croacia y Estados Unidos.