
Juicio a Estadio Seguro, el plan que fracasó en su intento de controlar la violencia en el fútbol
El escándalo en que terminó el partido entre Colo Colo y Fortaleza, con dos muertes incluidas, ratifica la ineficacia del programa que apuntaba a mejorar la conducta en los recintos deportivos. La tragedia le costó el puesto a su jefa, Pamela Venegas.

El jueves, el fútbol vivió una tragedia. Por donde se le mire, lo es. En principio, por el fallecimiento de dos hinchas que habían concurrido al estadio Monumental para presenciar el partido entre Colo Colo y Fortaleza. Ninguna pudo cumplir ese propósito. Los graves incidentes que se produjeron en el exterior y los accesos del recinto les impidieron concretarlo. Terminaron pagando con sus vidas el deseo de ver a su equipo en la Copa Libertadores. La situación es tan triste como lamentable. Nadie debería perder la vida por ir a ver un partido de fútbol. Jamás.
Lo que vino después entra en el plano de lo bochornoso, sin pretender que es concepto esconda la gravedad de lo sucedido. El partido entre albos y brasileños debió suspenderse por la invasión a la cancha de barristas que, de esa forma, pretendían vengar lo que había sucedido en las afueras del reducto. Las acciones habían comenzado con los simbólicos silencio y revoleo de pañuelos en señal de duelo. Poco tiempo pasó para que la violencia tomara protagonismo. Los albos temen, ahora, sufrir graves sanciones por parte de la Conmebol. En el plano político ya se produjo una consecuencia: la renuncia de Pamela Venegas al plan Estadio Seguro. La periodista tuvo que enfrentar otro episodio traumático y similar: la suspensión de la Supercopa de 2024, entre Huachipato y Colo Colo, en el Estadio Nacional, por la invasión de barristas albos al perímetro de la cancha. Después del incidente se implementó el Registro Nacional del Hincha, que apuntaba a controlar de manera más eficaz quienes ingresaban a los recintos deportivos.
Juicio a Estadio Seguro, el plan que nunca pudo controlar la violencia en el fútbol
Teóricamente, Estado Seguro llegaba a aportar soluciones. “Es un departamento perteneciente a la Subsecretaría del Interior del Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Se crea formalmente el año 2012, buscando poner freno a los hechos delictuales y de violencia con ocasión de espectáculos de fútbol profesional, con el objetivo de recuperar los estadios de fútbol como lugares de sano esparcimiento, recreación y encuentro para las familias y los verdaderos hinchas”, consigna la primera parte de su descripción formal. “El Departamento Estadio Seguro, tiene por misión la implementación de la Ley 19.327 de Derechos y Deberes en los Espectáculos Fútbol Profesional. En este marco busca la coordinación de las tareas del fútbol profesional con los diversos actores de la ley”, complementa.
En el último punto se especifican esas relaciones. “Concordando criterios con la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y sus clubes asociados”, consigna la primera. Ya ahí ha siempre ha existido una tensión permanente. “Asesorando a las Delegaciones Presidenciales para la dictación de medidas y la autorización de reglas de funcionamiento de los partidos de alta complejidad”, añade la segunda. “Coordinando con Carabineros, en materia de asesoría a la Autoridad Política, la gestión preventiva, la seguridad y orden público en el fútbol”, puntualiza la tercera. Lo concreto es que los acuerdos son cada vez más infrecuentes.

A las dos últimas entidades se les responsabiliza, regularmente, de las dificultades que encuentran los clubes para organizar partidos. Sobran ejemplos en ese sentido. Y entre todas se suelen culpar del fracaso en el control del flagelo. El mejor es la fallida organización de la Supercopa de este año, un evento que ninguna ciudad quiso recibir, por el peligro que implicaba un enfrentamiento entre Colo Colo y la U. La Delegación Presidencial de Coquimbo terminó determinando que no se cumplían las exigencias. El partido aún no se programa.
Un fusible que salta
A 13 años de su creación, y más con los graves incidentes de la última jornada en el Monumental a la vista, Estadio Seguro vuelve a estar en la mira. La salida de Venegas es el fusible que, irremediablemente, tenía que saltar. Sin embargo, los cuestionamientos son anteriores y más profundos. “La articulación de un evento no requiere de un órgano como Estadio Seguro. Cada vez entiendo menos Estadio Seguro. La articulación de todo lo que respecta a nosotros tendrá que ser con el ministerio de Seguridad, con gente especializada en seguridad. El gran problema es que no estamos trabajando con especialistas en temas. Pamela Venegas no era especialista en seguridad. El tema es tan delicado que tenemos que rodearnos de especialistas. Los clubes, también", postula Hernán Rosenblum, presidente de Huachipato. Su experiencia es más amplia, pues también fue gerente de Ñublense.
El directivo repara en las exigencias que establece el plan. Insuficientes, a su juicio. “Los guardias no pueden hacer nada. Son un número, nada más. No tienen las capacidades, no están preparados. Nosotros mismos no buscamos al especialista. Mira a Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, donde están más equipados que la policía. A un profesional no le basta con pasar los temas teóricos. Hay que estar preparado técnicamente y tener aptitudes para estar en terreno”, profundiza.
También se detiene en las medidas. “Después, hay que revisar qué pasa desde el estadio para adentro. Quien entra, si tienes penas pendientes en la justicia. Hoy dicen que el que no paga el Transantiago no va a entrar al estadio. Esa no puede ser la preocupación. Si al estadio los que no deben entrar son los delincuentes. No estamos en condiciones de identificarlos. El primero tendría que ser un juez o un carabinero. Les podemos dar herramientas. Si se identifica, qué hacemos. Cómo un club, como organizador, podría evitar una turba. Nosotros ponemos cuatro cercos en estos partidos. La pregunta es qué pasó, cómo se llegó a esta instancia. Estadio Seguro fracasó desde el origen. Lo he dicho en todo momento. Es un fracaso absoluto. Nunca se han entendido bien sus atribuciones, qué tiene que hacer, cómo lo debe hacer. No hay un criterio bien establecido para hacer las cosas. Era de toda lógica suspender el partido de ayer. Es de toda lógica que el Superclásico debe ser suspendido. Y todos dicen que el partido se juega. El riesgo que tiene, dentro y fuera del estadio es gigante. Es obvio”, explica.
“Están a la vista. El resultado es paupérrimo”, dice César Villegas, timonel de Limache respecto del plan. “Los que invaden la cancha no son hinchas, son delincuentes. Cómo es posible que ingresen. No se les ha puesto la mano dura. No pueden estar más en un estadio. Tienen que individualizarlos. La imagen para el mundo es horrible. Dos muertos, partido suspendido. Es terrible”, sostiene.
Luego, aborda la deficiente implementación. “A los clubes chicos se nos piden guardias, enrolamiento y en regiones no pasan estos problemas. Pasan en las barras bravas que juegan al más fuerte, al que destroza más”, insiste. La progresión es lo que más lo alarma. “Si no le ponemos el cascabel al gato, esto se va a ir de las manos . Antes eran las bengalas, los fuegos artificiales. Hoy son destrozos, violencia y muerte”, sentencia.

“Las cosas en la vida se miden por resultados. El resultado no ha sido lo que todos esperábamos. Es con el diario del lunes. No me gusta mucho hacer leña del árbol caído. Pero todo se mide por resultados. El plan no ha leído cuáles son los temas que hay atacar para solucionarlos. Si no está claro cuál es el problema, menos lo vas a solucionar. Nunca se ha hecho un diagnóstico preciso y no se ha tomado las medidas que corresponden. Nosotros nos esforzamos en cumplir las exigencias y lo hacemos a cabalidad. A veces cuesta bastante, significan muchos esfuerzos. Y al final, los grandes problemas los ocasionan en Santiago”, coincide Jorge Contador, presidente de Coquimbo Unido.
Una tarea pendiente
La preocupación es generalizada. El Presidente Gabriel Boric dio un claro indicio del alcance del problema y de la salida de Venegas. "“No podemos dejar que la violencia se tome el fútbol, esto no se puede normalizar. Y por lo tanto, hay que trabajar con más ahínco, con más fuerza, el Ministerio de Seguridad, coordinado con el Ministerio del Interior, para poder garantizar la seguridad en los estadios y que la familia pueda estar en el estadio”, estableció. “Por cierto, como gobierno, lo que nos corresponde es asegurar que se hagan valer todas las responsabilidades. Como saben, ayer (el viernes) le pedimos la renuncia a la encargada de Estadio de Seguro, Pamela Venegas. Y estamos tomando todos los procedimientos para establecer las responsabilidades que correspondan”, sostuvo.
El senador Matías Walker ha sido un permanente crítico de la orgánica del fútbol. Ahora, recuerda que el cambio en el estándar de tratamiento a las barras bravas. “Desde el año 2023, cuando aprobamos la ley que sanciona al crimen organizado, propusimos que las barras bravas sean tratadas como organizaciones criminales y reciban penas de cárcel. Se lo planteé esta semana al nuevo ministro de Seguridad, Luis Cordero. Por eso me parece muy relevante que él haya anunciado que estas acciones se van a ejercer. Es la única manera de que estos delincuentes que hacen aspaviento de las violencia en las redes sociales o que anuncian las avalanchas y los turbazos por las redes sociales, nunca más entren a un estadio. Hoy están todas las herramientas para aplicar el control biométrico al ingreso de los estadios. La ANFP no tiene ninguna excusa para impedirlo”, sostiene el parlamentario. El ministro Cordero, por cierto, anunció el cambio de enfoque. “El Ejecutivo considera que esas personas autocalificadas como hinchas del fútbol en verdad son organizaciones criminales. De ser necesario, nosotros, penalmente, los vamos a tratar como organizaciones criminales”, enfatizó. La autoridad calificó a la ANFP de “oportunista” y fustigó una medida puntual. “No puede utilizar el registro de hinchas cada vez que tiene que asumir sus propias responsabilidades”, manifestó.
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