Juvenal Olmos (55) está de vuelta. El técnico vuelve al ruedo más de un decenio después de su última experiencia en la banca (en Everton, en 2007) convertido en el nuevo adiestrador de Tiburones Rojos de Veracruz.

¿Ansioso, sereno, ilusionado?

Expectante, diría yo, frente a uno de los desafíos que más me atraen, que es volver a dirigir, algo que ha sido la pasión de toda mi vida. Había cosas que creía que ya habían pasado, pero me di cuenta de que seguían estando ahí. Y con ganas de empezar este proyecto que se dio porque hubo un dueño, un presidente, que se la jugó por mí, que me dijo: 'Me importa dos cominos que no hayas dirigido hace diez años'.

¿Cómo llega a interesarse un club por un técnico cesante desde hace más de una década?

Me conocía perfectamente; eso me dijo. Cuando me llamó me invitó a México para conocer mi presente. Pero llevo más de un año y medio haciendo fútbol mexicano para Fox y conozco el medio más de lo que cabría presuponer. Y la lejanía ha sido de la cancha, no de la profesión. Yo no andaba buscando volver a dirigir, pero cuando surgió la posibilidad me di cuenta de que lo necesitaba.

¿Pero qué lo motivó?

Yo ya me había juntado antes con los presidentes de otros equipos de nuestro fútbol, pero el proyecto nunca me había terminado de cerrar. Ahora, en cambio, todo terminó calzándome.

¿Con qué equipos se reunió?

No, dejémoslo ahí.

¿Cuánto ha cambiado en estos 11 años alejado de las bancas?

La evolución táctica ha sido la de cualquier especialista que ha seguido trabajando y entregando diagnósticos sobre esta actividad. Yo creo que mi ojo está mucho más analítico que años atrás y que lo que ha cambiado ha sido mi relación con el entorno. Tengo la sensación de que muchos de mis problemas en la última pasada, más que futbolísticos, tuvieron que ver con la relación con los demás, con mis respuestas ante algunas preguntas, con los conflictos con la prensa por culpa mía.

¿Su faceta como comentarista cambió toda esa perspectiva?

Es un valor añadido que voy a poder incorporar a mi proyecto.

¿Va a ser menos perro verde de lo que era antes, entonces?

Bueno, lo que pasa es que a lo de perro verde se le acabó dando una connotación peyorativa, como de que 'éste está loco' y terminó usándose también para herir. Pero lo de perro verde nació de los entrenamientos que yo hacía, que nadie los hacía en Chile en aquel momento, como el trabajo en espacios reducidos. Entonces decían que los entrenamientos de Juvenal eran tan raros como ver en la calle un perro verde. Pero creo que sigo siendo en alma un perro verde, porque me gusta la innovación.

Hábleme del proyecto.

La realidad es que llego a mitad de torneo con un proceso ya iniciado. Pero tengo buenos jugadores, muy veloces, rápidos de mitad de cancha hacia arriba. Ahora me toca amoldarme a algo que está en marcha.

Dos de sus jugadores los conoce bien; Carrasco y Ábrigo..

A Bryan lo conozco hace muchos años: hábil, potente, con buena formación táctica y dócil al entrenamiento. Ábrigo es distinto, es de esos futbolistas que hace jugar, el fútbol brota de su zurda. Hay también tres seleccionados peruanos y, bueno, un equipo con el trabajar la rigurosidad táctica.

Óscar Meneses será su ayudante. ¿Fue difícil convencerlo?

El proyecto ameritaba más madurez que potencia, un ojo tranquilo, sereno, observante. Necesitaba una persona que me solucionara problemas y no me los generara, y con el que poder hacer la división de la pega también para poder centrarme yo en las necesidades del camarín.

¿Le inquietó, a la hora de firmar, los problemas con el narcotráfico y el crimen organizado que sigue habiendo en Veracruz?

Existir deben existir, pero mi ámbito de desarrollo profesional acá está lejos de eso, y también mi ámbito de preocupación, que hoy sólo está con el plantel y los jugadores. La ciudad tendrá sus problemas, pero yo también tengo. Y aunque visualice eso, no influye en el hecho de firmar o no por un equipo.

¿Su regreso es para quedarse?

Sí, definitivamente. He vuelto para relanzar mi carrera. Con otras virtudes, con un ojo más analítico y una boca más mesurada hacia los medios que hace diez años. Con la idea de decir las cosas tal cual son y no dar una cátedra en cada intervención. Hoy conozco mejor mis fortalezas y mis debilidades.

¿Y se ve dirigiendo de nuevo a la UC o la Selección en el futuro?

No, no me alcanza para visualizar eso. Estoy tan centrado en este proyecto que no puedo pensar en eso. El abanico de posibilidades se irá abriendo en la medida que vaya haciendo bien las cosas, pero no me paro ahora a pensar en futuros imaginarios.