A partir de los 63' el partido entre Juventus y Hellas Verona poco importó... Aunque antes de eso el resultado tampoco inquietaba mucho, en un torneo que ganó hace algunos fechas el cuadro de Turín. Y es que la jornada era por y para Gianluigi Buffon, quien disputaba su último partido por el equipo que defendió desde 2001, y en el que terminó siendo el gran referente y capitán.
Buffon, quien ahora buscará un nuevo desafío deportivo, saludaba y sonreía a los hinchas mientras se disputaba el duelo. Enfrentaban a un equipo ya descendido, por lo que mucho trabajo no había en el arco de la Juventus y tenía tiempo para darse ese gusto.
El portero bromeaba hasta con los rivales. Hasta que llegó el cambio a los 63'. El momento de la ovación. Buffon se despidió de cada compañero que se acercó a saludarlo y de algunos contrincantes que estaban en su camino. Al salir, un pasillo de suplentes y cuerpo técnico marcaron el camino a la banca, donde se quedó algunos minutos.
Después, al camarín para cambiarse y regresar para una especial vuelta olímpica (que duró varios minutos incluso tras el final), saludando a los fanáticos, estrechando cada mano que aparecía. En la cancha el partido seguía, pero lo que importaba era Buffon. Aunque alcanzó para un gran aplauso para Stephan Lichtsteiner, quien en los descuentos dejó la cancha también en su ultimo partido por el club.
Al final, Juventus ganó 2-1, con goles de Rugani (49') y Pjanic (52'), y el descuento de Cerci (76'). Pero eso no importaba. La celebración del título en casa con la entrega del trofeo era un agregado. La emoción era otra, las lágrimas y aplausos de los hinchas era para Buffon, para unos uno de los mejores arqueros de la histora, para algunos el mejor. Para los hinchas de la Juventus, su capitán, su ídolo, a quien despidieron con un ¡Grande Gigi!