De nada valió tener al goleador del torneo, ser el equipo maestro en pelotas detenidas (nueve de sus 12 tantos, incluido el de ayer, fueron así) o poseer a uno de los mejores arqueros del Mundial. Inglaterra no pudo con Croacia y deberá sumar otros cuatro años a los 52 que ya cuenta desde la única vez que alcanzó una final de Copa del Mundo.

A los ingleses les dolió mucho la derrota. Porque a Rusia llegaban con pocas expectativas, con un plantel de calidad pero demasiado joven. También con un técnico que había asumido como interino hace menos de dos años y que guió a los suyos a los cuatro mejores de un Mundial que estaba reservado para el protagonismo de otros. El hambre había crecido. La ilusión de campeonar era evidente. E innegable.

"Estamos dolidos por la derrota. No creíamos llegar hasta aquí, pero a medida que te acercas, quieres tomar la oportunidad. El vestuario está golpeado. Pero yo estoy orgulloso de este grupo de futbolistas. Llegaron lejos", confidenció el técnico Gareth Southgate.

Kane, el goleador, agregó: "Duele mucho y lo hará por un tiempo. Podemos estar ogullosos y volveremos".

El cuadro de los Tres Leones tuvo todo para alcanzar la definición del próximo domingo, pero bajó ostensiblemente su nivel en el segundo lapso. Eso le provocó igualar un magro registro: sólo Italia había desperdiciado una ventaja de 1-0 al descanso cuando de semifinales de citas planetarias se trata. A la Azzurra le había ocurrido en su Mundial en 1990, cuando Argentina logró empatar y luego vencerla en penales.

La generación de Bobby Charlton, Bobby Moore y Geoff Hurst seguirá siendo la única que supo jugar una final y ganarla. La de Harry Kane, Jordan Pickford y Jesse Lingard deberá conformarse con jugar por el tercer puesto. Y las lágrimas durarán mucho.