Lo suyo son los regresos. Estuvo en el top 10 en 2015, pero los problemas físicos en rodillas, hombro y tobillo, así como una lesión en la cadera, lo hicieron caer al puesto 80 del mundo. Pero en 2017, Kevin Anderson (7º) remontó de manera espectacular, alcanzó los octavos en Roland Garros 2017 y llegó a la final del US Open, que perdió frente a Rafael Nadal.
Ya en abril de este año se clasificó para las semifinales del Masters 1000 de Madrid, aunque fue derrotado por uno de los favoritos de este Roland Garros, el austríaco Dominic Thiem. Un renacimiento que, a sus 32 años, le ha colocado nuevamente entre los 10 mejores del mundo. Ayer se entrenó bajo un sol que no le es ajeno desde que vive en Miami hace algunos años. Se siente como en casa y llega con mucha motivación a París.
"Estoy muy emocionado, llevo preparándome aquí en París dos semanas. Algo distinto a los otros años en que he jugado este torneo. Me estoy tomando el tiempo necesario para ajustarme a las condiciones. Obviamente es un abierto duro, pero es lo que estoy buscando", señala a La Tercera el tenista de 2,03 metros.
Su buen año le hace pensar en grande, aunque prefiere ir paso a paso. "¿Ser favorito? Lo espero, en mi cabeza, en todo caso, sí, y eso es lo más importante. Estoy número siete, pero cada partido es duro. Creo que tiene mucho que ver con quién juegas, pero siento que llego bien. Y aunque pienso que Nadal es el favorito y va a tener éxito, eso no es importante para mí ahora, prefiero analizar mi desempeño en la primera vuelta".
A pesar de algunas ausencias, el sudafricano es cauto. "Hay aún grandes jugadores. Hay nuevas caras, todos son muy buenos con sólo haber llegado a este nivel. Por eso digo que hay que jugar cada juego en su momento y no anticiparse", sostiene.
En el circuito, Anderson es uno de los más cercanos a Nicolás Jarry (59º), quien debutará en París ante el estadounidense Jared Donaldson (57º). "Tengo muchas ganas de verle, para ver cómo ha evolucionado. Vino a entrenar conmigo hace unos años. Sé que tuvo lesiones, pero espero que hayan pasado. Está llegando alto. Es un gran jugador, peligroso y joven. Así que pienso que tiene mucho futuro".