La selección francesa tiene un especial enemigo en la previa a la final del Mundial. Se trata del denominado “virus del camello”, que ha afectado a tres futbolistas del plantel galo. El reciente afectado es Kingsley Coman, quien empezó a sentir síntomas la noche del martes 13, por lo que frente a Marruecos no salió al terreno de juego como venía siendo habitual, como el reemplazante recurrente de Ousmane Dembélé, que dejó su puesto ante los africanos a Marcus Thuram.
Según se reportó, el jugador del Bayern Múnich no estuvo con el resto de sus compañeros durante la comida y tampoco participó en la sesión de recuperación posterior al encuentro.
El proceso gripal, conocido como el “virus del camello” y que los servicios médicos de la selección francesa culpan a los cambios bruscos de temperatura por el uso del aire acondicionado en Qatar, afectó anteriormente a Adrien Rabiot y Dayot Upamecano. El primero no estuvo ni en la banca de suplentes en la semifinal ante Marruecos y el segundo, que ya tenía el alta médica, no saltó al terreno de juego por las secuelas de la enfermedad, según reconoció Didier Deschamps.
Upamecano, quien fue relevado por Ibrahima Konaté, participó con normalidad este jueves en el ligero entrenamiento de la jornada, al que faltaron Coman y Rabiot, que tiene una evolución positiva y trabajó con balón por primera vez en tres días.
Por su parte, Olivier Giroud, Kylian Mbappé y Antoine Griezmann se pusieron en manos del cuerpo médico para mejorar las contusiones que sufrieron en la semifinal, lo que no los pone en riesgo de faltar a la definición ante Argentina del próximo domingo.
Antes de la final, Deschamps enfrentará a los medios de comunicación en la rueda de prensa oficial y se espera que entregue luces respecto a la situación de los jugadores afectados y su disponibilidad para el duelo ante los transandinos.