Rankeado en el 22º del escalafón de equipos de la UEFA, el Liverpool sorprendió al mundo clasificando a la final de la Champions. A principio de temporada nadie daba un peso por el cuadro de Anfield, el que poco a poco fue avanzando rondas; en cuartos de final dio el gran golpe eliminando al City de Guardiola y en semis, sufriendo más de la cuenta, venció a la Roma para sacar pasajes a Kiev.
Todo de la mano de un técnico que se define como The Normal One (lo contrario de Mourinho, autodenominado The Special One) y que en una entrevista afirmó que esperaba que el juego de sus equipos fuera lo que a la música es el heavy metal. Es Jürgen Klopp, el artífice de la gran campaña de los Reds, rivales del Real Madrid en la final del 26 de mayo.
Siempre de buzo, pinta desaliñada y amigo de los micrófonos, Klopp se las ha arreglado para meterse en la élite de los técnicos del planeta gracias al estilo agresivo de sus cuadros. Con el Dortmund le peleó mano a mano al gigante Bayern Múnich en Alemania y se metió en la final de Champions del 2013 (que perdió precisamente ante los bávaros). Con el Liverpool, se ha ganado el respeto de la Premier merced al permanente espectáculo que regala su equipo, siempre intenso, con transiciones rápidas y una envidiable capacidad ofensiva de la mano del espectacular tridente Salah-Mané-Firmino. En esta versión de la Champions no hay otro cuadro que haya convertido los 40 goles del Liverpool, soslayando sus problemas defensivos con aquella frase de que "no hay una mejor defensa que un buen ataque".
Con 51 años, Klopp llega a otra final, la undécima de su carrera. Sus detractores afirman que le ha faltado fuerza en el momento de las definiciones (solo ganó 3), sin embargo sus campañas en equipos que no corrían como favoritos no hacen más que enaltecer las capacidades de un tipo que, permanentemente, ha afirmado que el fútbol es un espectáculo y que por ello los DT tienen la obligación de conformar equipos para entretener al público.
Es Klopp, uno de los técnicos de moda. Un alemán que espera con su Liverpool dar la sorpresa en Kiev. Elementos para creer tiene, vamos a ver si ante el gigante Real Madrid, el rock pesado de Jürgen no desentona.