Leyenda. Kobe Bryant marcó una época en la NBA. El estadounidense fue dominador por 20 años de la mejor liga del mundo y la noticia de su muerte inundó de lágrimas el mundo del básquetbol. Una estrella que se apagó para siempre.

Kobe siempre resaltó. Por su nivel como por su buena relación con los colegas. Fichado en el draft de 1996, por los Hornets, el escolta nunca llegó a vestir esa camiseta. De inmediato fue contactado por los Lakers, que sumado al interés del jugador, cumplieron su sueño de defender su lugar de nacimiento.

Cada año sumaba mayor relevancia. Su primer anillo lo ganó en su cuarta temporada, en 1999-2000, en su primer año promediando más de 20 puntos y de ahí, solo dos veces bajó de dicha marca en su carrera. Fue en el ocaso, cuando las lesiones ya complicaban. Eso sí, los años dorados fueron más y aquella corona que se probó iniciando el milenio, la triplicó, pues ganó los dos siguientes campeonatos.

En 2009 y 2010 llegaron los otros dos anillos que ganó, siendo MVP de esas finales. Algunos números de su enorme carrera son las dos veces que fue máximo anotador de la temporada y los 18 años que estuvo en el Juego de las Estrellas. Y, por ejemplo, recién este sábado fue superado por LeBron James como tercer máximo anotador de la NBA. Kobe bajó al cuarto, con 33.643 puntos. Conforme a su forma de ser, su último mensaje público fue una felicitación a LeBron.

Sus éxitos no solo fueron a nivel de clubes. Con la selección de Estados Unidos se colgó la medalla de oro en los Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012.

Bryant se retiró en 2016. Se convirtió en el primer jugador de la NBA, cuyo equipo retiró los dos dorsales que utilizó: el 8 y el 24. Luego se dedicó a esparcir el básquetbol por el mundo. De ahí que fuera embajador del último Mundial.

Mamba, la leyenda de los Lakers, se fue del plano terrenal, pero su legado, su mito, vivirá por siempre.